lunes, 17 de septiembre de 2018

¿CUÁNTA LECHE DEBEMOS DAR A UN NIÑO PARA QUE NO ENGORDE?

El exceso de proteínas se relaciona con la programación metabólica en el menor de tres años para el desarrollo de la obesidad


¿Son correctas las recomendaciones que
hacemos sobre el consumo de leche
 en menores de tres años?
La leche es probablemente uno de los alimentos que genere más debates con relación a sus beneficios en la alimentación humana contando con casi tantos defensores como detractores. Hoy me dispongo a hablar de ella, consciente de que quizá esté destapando una de las cajas de Pandora mejor guardadas del mundo de la nutrición. Cuando termines de leer estas líneas, te aseguro que no quedarás indiferente, y que sentirás la misma urgencia que siento yo para que los males que esconde esta caja, y que perturban a todo buen nutricionista, se desvanezcan para que nunca jamás dañen el futuro de los que más queremos y solo quede en ella el espíritu de la esperanza.

Desarrollar sobrepeso en los primeros años de vida es un importante factor que predispone a ser obesos el resto de la vida (1). Existen numerosos estudios que relacionan el exceso ponderal en la infancia con un consumo excesivo de proteínas, me gustaría mostrarte algunos de ellos:

- “Postnatal High Protein Intake Can Contribute to Accelerated Weight Gain of Infants and Increased Obesity Risk” (2). En este estudio publicado en 2016 se concluye que “Las medidas preventivas contra la obesidad infantil y adulta deberían incluir la promoción de la lactancia materna durante 6 meses o más y el uso de fórmulas bajas en proteínas en lactantes no amamantados”.

- “Protein needs early in life and long-term health” (3). Publicado en 2014. Esta revisión indica que “Existe evidencia emergente de que la ingesta alta de proteínas durante los primeros 2 años de vida es un factor de riesgo para el posterior desarrollo de sobrepeso y obesidad. Por lo tanto, parece prudente evitar una alta ingesta de proteínas durante este periodo. Esto podría lograrse disminuyendo el límite superior admisible del contenido de proteínas de las fórmulas infantiles durante el primer año de vida y limitando la ingesta de leche de vaca en el segundo año de vida”.

jueves, 6 de septiembre de 2018

OBJETIVOS BÁSICOS EN LA PROMOCIÓN DE UNA ALIMENTACIÓN SALUDABLE

Educación Alimentaria


Los menores son la población diana más
importante en Educación Alimentaria

En este primer post de un mes como septiembre, que marca el inicio de un nuevo curso académico en España y en gran parte del mundo, me gustaría hablarte de objetivos educativos relacionados con la alimentación.


En primer lugar, déjame recordarte que la nutrición no es educable, es un proceso ajeno a nuestra voluntad, en cambio, si lo es la forma en la que decidimos alimentarnos, por eso prefiero hablar de educación alimentaria o de educación para una alimentación saludable, en lugar de hablar de educación nutricional.


Una de las principales actividades que frecuentemente desarrollamos los dietistas-nutricionistas y los técnicos en dietética es la educación en hábitos alimentarios saludables.  Ante las cifras sin precedentes de obesidad y otras enfermedades relacionadas con los hábitos de alimentación y estilos de vida inadecuados, y que afecta de forma especialmente hiriente a la población infantil, los profesionales de la alimentación debemos unificar nuestros criterios de actuación cubriendo una serie de objetivos comunes. Estos objetivos tendrán que ser matizados o adaptados en función del grupo etario al que pertenezcan nuestros alumnos y de sus peculiaridades para perseguir que el conjunto de nuestras acciones tengan mayor fuerza y efectividad a nivel poblacional. He aquí mi propuesta: