Un planeta
con límites, una población que alimentar
El
hombre es omnívoro, esto quiere decir que puede obtener nutrientes de distintos alimentos y en distintas proporciones y no, necesariamente, que esté obligado a comer de todo. Su
diversidad dietética ha sido una constante a lo largo de su evolución, durante cientos de miles de años, en todos los lugares de la Tierra donde ha habitado, y en los que
se ha tenido que enfrentar a condiciones climáticas muy diversas y a recursos alimentarios muy variables, de ahí, en gran medida, su éxito biológico.
Paquita |
El
planeta ha sido capaz de soportar a duras penas el crecimiento exponencial de
la población humana, teniendo que pagar por ello un alto precio con la degradación creciente de sus
ecosistemas. Estos ecosistemas empezaron ya a alterarse con la aparición de la
agricultura en el Neolítico, hace ahora unos 10.000 años. Entonces, la población humana era solo de unos cientos de miles de habitantes en todo el planeta y no suponía
graves riesgos para los hábitats en los que se desarrollaba. Hoy, en cambio, la necesidad de abastecer con alimentos a 8000
millones de personas en todo el mundo llega a ser uno de los factores más determinantes en los cambios que se están produciendo en el clima y que, indiscutiblemente, estamos ya experimentando de forma palpable. El cambio climático, originado por el propio ser humano, está poniendo en jaque nuestra propia supervivencia, así como la continuidad de muchas de las formas de vida que conviven junto a nosotros. Solo en España, según el informe de sostenibilidad
elaborado por la Comisión Europea y el Gobierno de España en 2022, la alimentación representa, prácticamente, la mitad
del impacto que la actividad humana genera sobre cambio climático.