Nuevo libro de JM Mulet: Ecologismo Real
Permitidme que comience la reseña de este libro de una forma tan poco habitual como es hablando de mí mismo.
Este libro es un ejercicio de pensamiento crítico, es un
libro protesta, o más bien es un libro denuncia. ¿Qué es lo que denuncia Mulet?, denuncia la
ecotontería, el postureo ecologista pueril, la estupidez del pensamiento
simplista para abordar problemas complejos con soluciones únicas; los
conflictos de intereses de ciertos grupos ecologistas como Greenpeace, Amigos
de la Tierra, WWF o Ecologistas en Acción, conflictos de intereses de esos que
te dan una patada directamente en tu propio ecopecho; la relación extraña de
cierto sector del movimiento ecologista con las pseudociencias y las terapias
alternativas; la enorme cantidad de ecotimos que vas a poder encontrar en
ferias como "BioCultura" o en tu propio supermercado cada día que vas a comprar. Pero, además, Ecologismo Real, nos da una lección de historia cuando nos
muestra que, a pesar de que el movimiento ecologista se asocia a ideologías de izquierda a partir de los años sesenta, el origen del movimiento "verde" tiene una estrecha relación con la nobleza, la
derecha o directamente con el fascismo de Franco o el de Hitler; sí, lo has
leído bien.
Este libro, pequeño en volumen, es denso, muy denso en información,
a pesar de lo cual es de muy ágil lectura. El nuevo libro de Mulet destaca por
estar muy bien documentado, con una argumentación impecable que nos sitúa en la realidad de lo que debe ser la verdadera conciencia ecológica en el ser humano,
apuntando algunas soluciones globales y personales a los problemas
medioambientales que nos afectan a todos y a los que no podemos obviar mirando
para otro lado.
El análisis crítico que hace Mulet, con su gruesa ironía, sobre
lo que creemos que es ecológico y lo que es en realidad ecológico nos
despierta una agria sonrisa entre vómito y vómito y nos golpea con el rígido bate
de la realidad. Y este bate, que rompe mentes ecoacomodadas, nos ayuda a entender
mejor la tremenda complejidad que supone preservar el medioambiente y el
bienestar humano.
¿A quién no le interesa
este libro?
Este libro, ya te adelanto, que no lo va a leer nadie que esté
en contra de la ingeniería genética, ningún negacionista de la realidad que vivimos, ningún conspiranoico, ningún seguidor de Josep Pàmies (el vendedor de lejía curalotodo), ningún antivacunas,
nadie que defienda la homeopatía o la acupuntura, nadie que crea que va a salvar el
planeta comprando productos de la agricultura ecológica (aunque estén envueltos
en plástico, recorran 6000 km de distancia hasta llegar a su mesa y se haya pagado a sus productores
un sueldo miserable). Tampoco lo va a leer quien no esté dispuesto a
enfrentarse a las mentiras con las que se ha construido su propia imagen autocomplaciente
de falso ecologista, con la que se lleva gustando tanto tiempo. Este libro no es
apto para todo el mundo, es solo para quien quiera darse un baño de cruda realidad con la honestidad y la valentía que exhibe con su pluma el profesor Mulet.
¿Qué te va a quedar
claro tras leer el libro?
Lo primero que vas a poder comprobar es que, como dice su autor, no ha escrito este libro para hacer amigos. Que el libro tiene verdades muy incómodas a las que muchos no van a estar dispuestos a enfrentarse, verdades tales como que es un verdadero chiste enjuiciar las políticas medioambientales de terceros países, menos desarrollados, sin mirar los desastres ecológicos que se han perpetrado, en aras del desarrollo, en su propio país; que son hipócritas las políticas medioambientales estrictas de los países ricos que compran productos a países donde el medioambiente no es precisamente su prioridad; que individualmente no vale defender esas medidas medioambientales o pedir que sean aún más estrictas con la chapita de ecologista en el pecho, la barriga llena, sentado en el sillón, mientras se compra productos de Asia a golpe de clic; que el ecologismo, no se puede perpetrar como una nueva forma de neocolonialismo verde, un yugo para que los países pobres sigan siendo pobres y los ricos aún más ricos. No se puede impedir, sin más, que otros progresen sin ofrecer soluciones viables a los menos favorecidos y se les impida alcanzar, como hemos hecho otros, el anhelado y necesario bienestar económico.
En definitiva
Es responsabilidad de los gobiernos y también es
responsabilidad de cada uno de nosotros minimizar la huella ecológica del ser humano sobre
la tierra, y todo ello, desde la justicia social. Este es un problema complejo que no tiene soluciones
únicas. Las soluciones reales a los problemas reales
no van a venir de grupos ecologistas o de lobbies del poder verde. Las soluciones a los problemas del hombre y de su viabilidad sobre el planeta vendrán, como en otras ocasiones, como ahora está
ocurriendo con la COVID-19, de la mano de la ciencia, entendamos esto. Por todo lo dicho, te recomiendo que leas este libro con la mente y los ojos bien abiertos y con los prejuicios en el inodoro.
José María Capitán
dietista-nutricionista
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