lunes, 15 de marzo de 2021

¿A FAVOR O EN CONTRA DE NUTRI-SCORE?

 Entre la evidencia científica y la ingenuidad



Nutri-Score es una etiqueta resumida de cinco colores basada en una versión modificada del Sistema de Perfiles de Nutrientes de la Agencia Británica de Normas Alimentarias (FSAm-NPS). Según el sistema FSAm-NPS una puntuación más alta implica una menor calidad nutricional. En los últimos meses se ha polarizado el debate sobre la conveniencia de implantar el sistema Nutri-Score en España como sistema de etiquetado frontal de alimentos (Front of Pack Labelling-FOPL), y durante este tiempo he sido testigo de cómo compañeros, a los que aprecio, han mantenido posturas radicalmente opuestas, incluso muy crispadas, sobre esta cuestión. En este artículo voy a tratar de ordenar un poco las ideas y ver qué argumentos hay a favor y cuáles en contra de su implantación. 

 

¿Existe evidencia científica a favor de Nutri-Score?

Si realizamos una búsqueda con la ecuación “Nutriscore or Nutri-score”, en PubMed nos aparecen 70 resultados y en Web of Science 106 entradas; todas ellas entre los años 2017 y 2021, con un incremento anual constante del número de publicaciones. Hasta la fecha la mayoría de los artículos se posicionan a favor de este sistema de etiquetado y aprecian ventajas en él respecto a otros FOPL.

 

Nutri-Score y Salud

Una de las preguntas más importantes que podemos hacernos respecto a la implantación de Nutri-Score es si este puede tener un impacto positivo sobre la salud; lo que tenemos hasta el momento es esto:

- El consumo de productos alimenticios con una puntuación FSAm-NPS más alta se asoció con una mayor tasa de mortalidad por todas las causas y por cáncer en una gran cohorte prospectiva de graduados universitarios españoles de mediana edad, marzo 2021 (1).

- También se asoció el consumo de productos alimenticios con una puntuación FSAm-NPS más alta con una mayor mortalidad en individuos mayores de 18 años de una población representativa de España, a la que se le siguió durante 8,7 años, marzo 2021 (2).

- Resultados similares se obtuvieron previamente sobre una gran cohorte europea de 10 países: consumir alimentos con una puntuación FSAm-NPS más alta se asoció con una mayor mortalidad por todas las causas y por cáncer, enfermedades de los sistemas circulatorio, respiratorio y digestivo, sep 2020 (3).

- En otra investigación, Nutri-Score parece ser el FOPL más eficiente entre los cinco FOPL probados para disminuir la mortalidad por enfermedades no transmisibles relacionadas con la dieta, julio 2019 (4).

- Los resultados de un estudio observacional realizado en una gran cohorte europea, con perfiles y hábitos nutricionales diversos, sugieren que el consumo de productos alimenticios con puntuaciones FSAm-NPS más altas se asocia a un mayor riesgo de desarrollar cáncer, sep 2018 (5).

- Otro estudio realizado sobre una cohorte francesa sugiere que las elecciones de alimentos poco saludables, caracterizadas por la FSA-NPS, pueden estar asociadas con un aumento en el riesgo de cáncer de mama, junio 2017 (6). 

- En otra investigación se asoció consumir alimentos con una puntuación FSAm-NPS más alta con un mayor riesgo de problemas de salud bucal, jun 2020 (7).

- Las elecciones de alimentos poco saludables, con un índice dietético de FSAm-NPS más alto, se asociaron también con mayores síntomas de asma, junio 2019 (8).

 

Nutri-Score y la identificación de la calidad nutricional de los alimentos

Nutri-Score no es el único FOPL existente en la actualidad, ¿Puede el consumidor ser capaz de identificar mejor la calidad nutricional de los productos alimenticios con Nutri-Score que con otros FOPL?; veámoslo:

- En distintos estudios entre consumidores, Nutri-Score se mostró más eficaz que otros FOLP para clasificar los productos de acuerdo a su calidad nutricional: Italia, agosto 2020 (9), Bulgaria, junio 2020 (10); Bélgica, abr 2020 (11); Suiza, feb 2020 (12); España, feb 2020 (13); México, Nutri-Score junto al sistema de semáforos múltiples, sep-oct 2019 (14); Países bajos, agosto 2019 (15); Argentina, mar 2019 (16); Francia, ago 2018 (17).

- Sin embargo, entre los consumidores portugueses, no se aprecia que ningún sistema frontal de etiquetado fuera significativamente superior a otros, nov 2020 (18).

- En un estudio más extenso en el que participaron 12 países (Argentina, Australia, Bulgaria, Canadá, Dinamarca, Francia, Alemania, México, Singapur, España, el Reino Unido y los Estados Unidos) Nutri-Score, junto con el sistema de semáforos múltiples, fueron los sistemas más eficaces para guiar a los consumidores hacia los alimentos más saludables, nov 2019 (19).

- Nutri-Score ha resultado el FOLP más efectivo para ayudar a los consumidores a identificar la calidad nutricional de los alimentos en doce países europeos (1000 participantes por país), nov 2020 (20); en un estudio similar realizado dos años antes ya se habían obtenido conclusiones similares, oct 2018 (21).

- Algo que se ratifica en un último estudio, aún más reciente, entre consumidores de la Unión Europea, los cuales también evaluaron mejor la salubridad de los productos cuando Nutri-Score estaba presente que cuando no, febrero 2021 (22).

 

Nutri-Score y calidad de la compra

Pero no basta con que el consumidor identifique mejor la calidad nutricional de los productos, también debemos saber si Nutri-Score es capaz de modificar favorablemente las elecciones de compra de los consumidores frente a otros FOPL; de nuevo, esto es lo que tenemos:

- La implementación de la etiqueta nutricional Nutri-Score parece tener el potencial de alentar las intenciones o elecciones de compra de alimentos de mayor calidad nutricional frente a otros FOPL en distintos países: Francia entre las personas de bajos ingresos, feb 2021 (23), Francia entre estudiantes, agosto 2019 (24) y Suiza, feb 2020 (12).

- En cambio, en otros países no se presentaron diferencias significativas entre los distintos FOLP en relación a las elecciones de compra: Italia, agosto 2020 (9) y Bélgica, abr 2020 (11).

- En otro estudio, al comparar los efectos de cinco FOLP sobre el resultado de compra de 691 sujetos, se obtuvo que todos mejoraron la calidad nutricional de la compra, aunque el que mejores resultados tuvo fue Nutri-Score, abr 2020 (25).

- Nutri-Score parece una herramienta eficiente para alentar a los consumidores a reducir el tamaño de su porción de productos menos saludables en una cohorte francesa, sep 2018 (26).

- En cambio, el efecto sobre el comportamiento del consumidor para las categorías de productos no saludables fue más pronunciado para el esquema de etiquetas de advertencia que para Nutri-Score, sep 2018 (27).

- Los consumidores de la Unión Europea presentaron intenciones de compra para productos saludables significativamente más alta con Nutri-Score que sin él, pero no afectó las intenciones de compra cuando de lo que se trataba era de productos no saludables, feb 2021 (22).

- En un metaanálisis anterior en el que se compararon Nutri-Score (Francia), Octógonos (Chile), Health Star System (Australia) y Semáforo (Reino Unido) Nutri-Score no sale bien parado sobre la calidad de la compra "en la vida real", siendo el más eficiente el sistema de advertencias (octógonos), may 2020 (28).

 

Nutri-Score y aceptación de la población

También debemos preguntarnos si la población acepta bien este sistema de clasificación de los alimentos; pues allá vamos:

Nuti-Score ha sido un sistema bien recibido y utilizado por todos los extractos socioeconómicos en la población francesa, sep 2020 (29).

 

Nutri-Score y su correspondencia con la verdadera calidad nutricional de los productos alimenticios

Otro factor clave es saber si los estudios existentes establecen una correspondencia adecuada entre los alimentos saludables y no saludables con el sistema Nutri-Score; prestemos atención:

Nutri-Score ha sido capaz de discriminar correctamente la calidad nutricional dentro de los principales grupos de alimentos en el contexto alimentario de ocho países europeos: Finlandia, Francia, Noruega, Polonia, Portugal, Eslovaquia, Suecia y Suiza. Nutri-Score fue globalmente consistente con las pautas dietéticas, en general, y para cada uno de los ocho países, mayo 2020 (30). ¡Ojo! no todos los alimentos fueron bien clasificados.

 

Nutri-Score y la reformulación de los productos alimentarios

Uno de los principales argumentos que se utilizan para apoyar Nutri-Score es que la industria se puede ver incentivada a reformular sus productos para obtener mejor calificación y, con ello, fabricar alimentos más saludables; ¿es cierto?:

Sí, según un estudio que se realizó con más de 300 cereales para el desayuno en el mercado belga, si bien la reformulación fue mínima durante el año que duró el estudio, abr 2020 (31).


Nota: en la recopilación de artículos referenciados se ha destacado las principales conclusiones y resultados obtenidos por sus autores. No he pretendido analizar si el sistema FSAm-NPS es acertado y si refleja adecuadamente o no el perfil saludable de los alimentos; no se ha analizado la metodología empleada, si el estudio estaba o no bien planteado, o si sus autores pudieran tener posibles conflictos de intereses. 


Por tanto:  

Como se puede apreciar, la evidencia científica existente en la actualidad tiende a apoyar claramente a Nutri-Score como una alternativa viable a la hora de implantar un sistema frontal de etiquetado. A Nutri-Score se le atribuyen, entre otras cosas, buenos resultados potenciales sobre la salud; el facilitar la elección de alimentos más saludables al consumidor, en líneas generales, e incentivar la compra de estos productos; así mismo, es bien recibido por parte de la población cuando se implanta; además, es un sistema que, en líneas generales, ha sido capaz de establecer en varios países una buena correspondencia entre la calidad nutricional de los alimentos y la clasificación que hace de los mismos; y que es capaz, en cierta medida, de lograr una reformulación más saludable de los productos alimenticios (más o menos). Por otro lado, hay que tener en cuenta que muchos de estos estudios están realizados por prestigiosos científicos de nuestro país y de los países de nuestro entorno. A algunos de estos investigadores los conozco personalmente y no me cabe duda de que creen en su trabajo y que están convencidos de que la implantación de Nutri-Score conllevará beneficios para la salud de la población.


Entonces, ¿dónde está el problema?

El debate abierto sobre la implantación de Nutri-Score ha implicado a conocidos divulgadores, científicos y personas con una solvencia intelectual más que demostrada, los cuales se han posicionado en contra del FOPL Nutri-Score por diversos motivos. Voy a tratar de exponer las causas principales, por lo que Nutri-Score no ha sido bien acogido, utilizando los argumentos de algunas de las voces más críticas.

 

1.Nutri-Score califica nutrientes y no alimentos  

Juan Revenga, dietista-nutricionista, biólogo, divulgador y profesor universitario, argumenta al respecto: “Nutri-Score nace desactualizado, o si se prefiere, es una herramienta de otro tiempo, caduca”. “Las tripas del algoritmo de Nutri-Score se basan en establecer una serie de límites para nutrientes significativos, tanto con un peso negativo (azúcar, grasas saturadas y sal, además de la densidad energética), como positivos (proteínas y fibra, además de la proporción de frutas y verduras en los ingredientes). Pues bien, este enfoque está trasnochado a la luz de las más recientes recomendaciones. Tal y como sostienen diversos epidemiólogos nutricionales desde hace ya unos años, las campañas y recomendaciones centradas en nutrientes (y solo en nutrientes), además de contar con el germen de la duda en su interior -¿realmente son malas, e igual de malas todas las grasas saturadas?- son frecuentemente utilizadas por la industria para crear confusión en una población completamente mediatizada. En su lugar, las recomendaciones y nuevas herramientas para prevenir las enfermedades no transmisibles deberían empezar por incentivar o desincentivar categorías completas de alimentos. Para que me entiendas: bollería = mala (aunque esté enriquecida en fibra) y fruta = buena”  (32). Otros artículos del autor (33, 34, 35 36). 

 

2.Nutri-Score califica alimentos ultraprocesados como saludables cuando el sistema NOVA los califica como no saludables 

El sistema NOVA es el más utilizado en los estudios que relacionan a los llamados alimentos ultraprocesados con malos indicadores de salud.

Algunos de los ejemplos que nos muestras las incongruencias de Nutri-Score, es la calificación que le asigna a ciertos productos calificándolos positivamente con una A o con una B.

- Calificados con una letra A: patatas prefritas, pan de molde con harina refinada o macarrones elaborados con harinas refinadas.

- Calificados con una letra B: cereales azucarados para el desayuno, cacao con un 77% de azúcar, churros, yogures azucarados, zumos envasados, pizza precocinada, refrescos de cola sin azúcar, canelones precocidos, maxi burguer sésamo, caramelos de menta sin azúcar, fiambres de pechuga de pavo, yogur azucarado de fresa o natural, o Nuggets de pollo con salsa barbacoa.

- También parecen incongruentes la calificación negativa que se le da a productos que a priori son más saludables que los del listado anterior. 

- Calificados con una C: sardinas en aceite de oliva, atún en aceite de oliva o mejillones al natural.

- Calificados con una D: filetes de anchoa en aceite de oliva y sobre todo el mismísimo aceite de oliva virgen extra.

También es cierto que muchos productos saludables de acorde con NOVA son calificados como A o B y que otros no saludables según también NOVA son calificados con C, D o E, pero esto no quita para que las incongruencias antes mencionadas existan, sean muy llamativas y generen críticas y dudas más que justificadas sobre el sistema Nutri-Score.

Como una imagen vale más que mil palabras, enlazo los artículos de distintos autores que nos muestran con fotografías las incongruencias antes mencionadas en Nutri-Score: Luis Jiménez, químico e importante divulgador científico (37, 38, 39, 40); Beatriz Robles, dietista-nutricionista, tecnóloga de los alimentos, docente universitaria y colaboradora en distintos medios de comunicación (41); o Antonio R. Estrada, fotógrafo e impulsor del proyecto “sinazucar.org” (42, 43).



3.Nutri-Score no es capaz de valorar con una nota positiva a ciertos alimentos saludables, algunos de ellos emblemáticos de la dieta mediterránea.  

Efectivamente, algunos de ellos tan emblemáticos como el aceite de oliva antes mencionado, con el que finalmente y después de clasificarlo primero en la categoría D y luego pasarlo a la C, se le ha sacado del sistema Nutri-Score ante las numerosas críticas recibidas. Recordar que la dieta mediterránea está ampliamente avalada como dieta saludable por numerosos estudios y que uno de sus alimentos estrellas, y de los más estudiados, es el aceite de oliva; un auténtico sinsentido:

Ramón Estruch, jefe del Servicio de Medicina Interna del Hospital Clinic de Barcelona y promotor del mayor ensayo clínico sobre dieta mediterránea (PREDIMED) dice: "Es triste que haga jugar al aceite de oliva en tercera división. Lo colocan en el tercer nivel y se quedan tan anchos. Sorprende que el aceite de oliva tenga una 'C' y la cola una 'B'  (44).

Luis Aguilar, dietista-nutricionista, licenciado en ciencias de la actividad física y escritor, nos dice “La última incompetencia (pues Nutri-Score no sirve adecuadamente para informar de manera clara al consumidor sobre la salubridad de los alimentos) es su incapacidad para calificar como saludable un alimento tan relevante como el aceite de oliva virgen extra, que han tenido que indultar «a mano» como señalaban el otro día desde el Ministerio. Y es que este es uno de los problemas, cuando estas herramientas informativas se centran en el nutricionismo, y tienen en cuenta las calorías y el nutriente, de manera aislada y sin atender a lo saludable (cualitativamente) del alimento en su conjunto” (45).

Javier Sánchez Perona, doctor en CC. Químicas, licenciado en Ciencia y Tecnología de los Alimentos, científico titular del Instituto de la Grasa (CSIC) y profesor en la Universidad Pablo de Olavide: “En el caso del aceite de oliva virgen, en particular, una parte importante de su valor nutricional se debe a polifenoles, esteroles y tocoferoles, que no se tienen en cuenta en Nutri-Score. Adaptar el etiquetado nutricional a las características y hábitos dietéticos de la población es deseable, tal y como se hace para las guías alimentarias, siempre que la adaptación esté basada en la evidencia científica y no de forma arbitraria o a conveniencia de los intereses meramente económicos de cada país” (46).

Dr. Federico Soliguer, médico, miembro de la Academia Malagueña de Ciencias: “Los científicos españoles que apoyan la introducción del Nutri-Score sin duda son bien intencionados e incluso algunos han contribuido con sus estudios a identificar a la dieta mediterránea como una de las más saludables del mundo. Hasta cantan como una victoria (ciertamente pírrica) que se haya conseguido que el AOV pase de la categoría D a la C (de suspenso alto a suspenso bajo). Pero la buena intención es compatible con una benevolente ingenuidad, como la que lleva por ejemplo a algunos de los científicos, a firmar los dos documentos. Sin duda su presencia en una de las dos declaraciones debe ser un error, pero nunca sabremos de cuál de ellos se trata. Una ingenuidad que parecen haber contagiado al señor ministro de Consumo, que no habiendo podido asaltar los cielos, parece dispuesto a hacer la reforma agraria andaluza con el Nutri-Score en la mano (y disculpen la ironía)” (47).

Y por último, señalar el documento de posicionamiento de la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética (FESNAD) que recuerda que “Nutri-Score no cuenta con el aval de las sociedades científicas del sector alimentario en España” (48)

 

4. Nutri-Score ignora el medio ambiente y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) 

Nutri-Score no evalúa si el alimento es o no sostenible, ni parece estar comprometido con la agenda 2030 de Naciones Unidas. La salud del planeta más que nunca va de la mano de la salud de las personas. De hecho, con la crisis medioambiental que padecemos, y teniendo en cuenta el alto impacto medioambiental que supone la obtención de alimentos para el ser humano, cabría esperar que el consumidor pudiera optar a la información necesaria en el etiquetado sobre el grado de sostenibilidad que tiene los alimentos que adquiere y consume, y que mediante sus decisiones de compra pudiera contribuir a lograr los ODS; algo imprescindible para frenar el cambio climático y luchar por nuestra propia supervivencia en el planeta. 

Francisco Pérez Jiménez, catedrático emérito de la Universidad de Córdoba, investigador del Instituto Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba, dice: “El otro gran error es ignorar los alimentos ultraprocesados, fuente importante de producción de gases de efecto invernadero, que cada vez se consumen más en España, con efectos perjudiciales sobre la salud. En un estudio en niños, se comprobó que la ingesta diaria de ultraprocesados ronda los 446 gramos, 39.9% de las calorías diarias. Un ejemplo de estos alimentos es el danonino, que incluye hasta 8 ingredientes, incluido fructosa y azúcar, a pesar de lo cual goza de una clasificación B. El Nutri-Score no debería ser implantado porque ignora los graves problemas de la alimentación moderna. No permite una dieta sostenible para el planeta ni para la salud humana. Entre otras razones porque no califica negativamente a los ultraprocesados y es demasiado tolerante con los azúcares añadidos, especialmente con la fructosa” (49)

 

5. Nutri-Score puede convertirse en un sistema para “blanquear” alimentos ultraprocesados 

Una pequeña reformulación en los productos puede permitir ascender de categoría a un alimento poco saludable, permitiendo que se venda como más saludable, a pesar de que sea muy cuestionable que esa variación en su composición pueda resultar significativa para la salud del consumidor. Un ejemplo de esto ya lo vimos en un estudio realizado con cereales en Bélgica (31). Todo esto hace sospechar que el sistema permita “blanquear” productos de mala calidad nutricional, como denuncia Juan Revenga en un artículo publicado en el comidista: “Recordemos que desde la industria ya intentaron colarnos su propio sistema, llamado Evolved Nutrition Label Initiative, una iniciativa tremendamente condescendiente con sus basuras nutricionales que fue abandonada a finales de 2018. No es casualidad que ahora Nestlé abrace sin reservas la implantación del Nutri-Score. Al igual que Danone, en quien es fácil descubrir sus intenciones queda-bien, al usar la peligrosa bala de plata que supone la reformulación propiciada por el uso del Nutri-Score, algo que ya ha sucedido en Alemania” (50).


6. Otros importantes argumentos en contra de Nutri-Score

Entresaco algunos datos de lo que indica Luis Jiménez en su artículo “Por qué es poco probable que Nutriscore mejore la alimentación de los españoles:

- No hay evidencia de que la reformulación de alimentos procesados sea una herramienta eficaz para mejorar de forma significativa la alimentación y la salud de las personas.

- No hay evidencia sólida de que Nutriscore sea capaz de cambiar de forma significativa los hábitos dietéticos de las personas en la vida real. La mayoría de los estudios que analizan su influencia en la alimentación del consumidor son simulados o de intención de compra. Cuando se analizan los cambios reales y a más largo plazo la evidencia se desploma.

- Los criterios de Nutriscore no son suficientes para caracterizar un alimento como saludable. Los valores de puntuación sobre fibra y azúcares son poco coherentes con las recomendaciones dietéticas internacionales para estos nutrientes y el origen de buena cantidad de valoraciones erróneas. Hay nutrientes y características que el algoritmo penaliza con bastante severidad, independientemente de que los ingredientes principales sean saludables; como son las grasas saturadas, la sal o las calorías. Eso "castiga" a productos como las conservas de pescado o encurtidos, que obtienen valoraciones sorprendentemente bajas. Nutriscore no tiene en cuenta en su algoritmo la presencia de cereales refinados, un ingrediente indeseable y enormemente utilizado en alimentos procesados. A pesar de que hay evidencia clara y gran consenso de que son muy poco recomendables.

Además, en un tweet Luis Jiménez me recuerda que: "El FSAm-NPS se calcula con toda la dieta, no solo con procesados, por lo que productos frescos son un factor de confusión enorme en relación con salud". Otros artículos relacionados del autor (51, 52, 53, 54)

Bien, como muestra un botón, estos no son los únicos argumentos que indica Luis Jiménez, Juan Revenga u otros autores; para profundizar más recomiendo la lectura detenida de los artículos enlazados. 

 

¿Existe alternativa?

Como dije en “Rotulado frontal de alimentos, un sistema que se quiere ineficaz”, y después de analizar todos los argumentos a favor y en contra, Nutri-Score, no me parece el FOPL más apropiado para informar al consumidor sobre lo que es y lo que no es saludable, ni mucho menos para informar sobre la sostenibilidad de los alimentos, que no lo hace. Tampoco me parecen suficientes los posibles resultados favorables obtenidos sobre la salud o las elecciones de compra más saludables que los consumidores puedan realizar. Pienso que, dada la situación actual, con un incremento tan importante de la obesidad y de las enfermedades crónicas relacionadas con la alimentación, hay que ser mucho más ambiciosos y optar por un sistema que realmente pueda originar cambios profundos en el comportamiento de compra de los consumidores y logre disminuir drásticamente, y no solo “significativamente”, tanto las enfermedades crónicas como la obesidad en niños y adultos, así como favorecer la sostenibilidad alimentaria.

¿Podemos hacer las cosas mejor? Sí, tenemos suficientes datos para categorizar a los alimentos en sanos o insanos, ¿por qué no hacerlo?, ¿de nuevo prima más la economía que la salud pública? ¿Por qué no decirle directamente al consumidor lo que sabemos que va bien para su salud y lo que le puede perjudicar?

Recojo aquí un artículo de Rafael Moreno Rojas, catedrático de nutrición en la Universidad de Córdoba, autor o coautor de más de 57 libros: Desde hace unos meses, quien me ha seguido en redes, o en algún webinar, me habrá oído decir que el sistema de etiquetado frontal Nutri Score, a pesar de ser uno de los sistemas más contrastado y estudiado científicamente, tiene fallos de incoherencia con algunos alimentos (muchos). Existen dos opciones, la más fácil es no usarlo, pero también queda la opción de realizar excepciones con ellos, como se ha hecho con el agua, que directamente se clasifica como A, sin más explicaciones” (55)Rafael aboga por salvar Nutri-Score realizando excepciones para algunos alimentos. Indultar alimentos para Nutri-Score podría ser una posible solución y quizá sea por lo que se termine optando. 

Como hice en mi primer artículo, aprovechando el marco que me da este blog, me gustaría hacer una nueva propuesta, esta vez para salvar Nutri-Score, compatibilizarlo con NOVA y evitar sus incongruencias… allá voy:

Clasificar como A o B a los alimentos saludables y como C, D o E a los alimentos ultraprocesados según la clasificación NOVA.

De esta forma, se sigue dejando margen de mejora para la reformulación de los productos ultraprocesados y, se le da un mensaje más claro y sin contradicciones al consumidor de lo que es y no es saludable.

¡En fin!, seguiremos debatiendo…

 

 

José María Capitán

dietista-nutricionista

 



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