La pieza que nos falta para encajar cómo abordar correctamente el tratamiento de la obesidad: la semántica
De la misma manera que a una persona que padece cáncer no le decimos que "es una cancerosa" a un individuo que padece obesidad no deberíamos decirle que "es un obeso", ya que no somos la patología que sufrimos. Del mismo modo, nos rechinaría a todos los oídos si escucháramos decir a alguien que la paciente que sufre de un cáncer "está cancerosa", algo que no nos pasa cuando decimos de alguien que "está obeso". Los verbos ser y estar los utilizamos con extremada alegría al referirnos a un paciente que sufre de obesidad, por ello, al menos, si vamos a utilizarlos deberíamos emplearlos correctamente.
Para entender la obesidad y comprender cómo debe ser su tratamiento, tanto si eres el paciente como si eres el terapeuta que trata esta patología, será fundamental que entiendas que ser obeso no es lo mismo que estar obeso. De hecho, una persona puede estar obesa y al mismo tiempo ser obesa, lo cual es muy frecuente; también se puede dar la circunstancia de que esa misma persona sea obesa, pero no esté obesa, algo que pasa más de vez en cuando; pero lo que es muy difícil que ocurra es que esté obesa y no sea obesa.
Me explico y trato de aclarar este aparente juego de
palabras. La OMS define la obesidad como una enfermedad crónica, multifactorial y multicausal, que se caracteriza por el acúmulo
de un exceso de grasa. Por otra parte, una enfermedad crónica es toda aquella
que progresa lentamente, que tiene una duración superior a seis meses y que
puede intercalar periodos de remisión
parcial con recaídas; es decir, es una enfermedad que va a evolucionar con
el tiempo y de la que no se espera una
curación en el futuro.
Atendiendo a estas dos definiciones, la única forma de no ser obeso es previniendo el desarrollo de la enfermedad, ya que alguien que la desarrolla será siempre una persona obesa, niños incluidos. Repito: la obesidad es una enfermedad crónica y no esperamos de ella que tenga una curación en el futuro. Eso sí, la persona que es obesa puede tener remisiones y, por tanto, expresar delgadez y estar delgada en periodos más o menos prolongados de su vida, como, por ejemplo, tras someterse a una dieta de adelgazamiento. Pero como todos sabemos, y si no lo sabes ya te lo digo yo, las dietas de adelgazamiento no curan la enfermedad de la obesidad, y en un porcentaje próximo al 100% la persona que es obesa tiende a tener recidivas, volviéndose a expresar, con el paso del tiempo, el exceso ponderal. Esto es fácil de comprobar porque todos conocemos a personas que se someten continuamente a dietas de adelgazamiento y, a pesar de poder estar delgados durante un tiempo, vuelven a recuperar una y otra vez la grasa que lograron hacer desaparecer. Sí, las recidivas acontecen en esta patología y lo hacen para desesperación del paciente y de su dietista, endocrino o dietista-nutricionista. Ahora ya lo sabes: una persona que es obesa puede no estar obesa, pero siempre será obesa: la obesidad, hoy por hoy, se puede tratar, pero, probablemente, no se pueda curar, por eso no se puede estar obeso y no ser obeso.
Comprender la diferencia entre ser y estar obeso es el primer paso para tratar la enfermedad de un modo más eficaz e intentar que el periodo de remisión se prolongue en el tiempo, o incluso que el paciente no vuelva a expresar obesidad, algo muy complejo, pero posible. Si entendemos bien qué es ser obeso y qué es estar obeso dejaremos de cometer uno de los errores más imperdonables que puede perpetrar un profesional de la nutrición: someter a la persona que padece obesidad a innumerables regímenes dietéticos que, con el paso del tiempo, podrán llegar a ser aún más perjudiciales para su salud que la propia enfermedad.
Siendo la obesidad una enfermedad crónica, la forma correcta de abordarla es a través de un tratamiento que sea efectivo y permanente, para que las complicaciones que se dan con esta patología, en la medida de lo posible, no mermen la esperanza ni la calidad de vida del paciente. Es lo mismo que intentamos hacer con otras enfermedades crónicas, como es el caso de la diabetes y el tratamiento con insulinoterapia. Abordar la obesidad eficazmente pasa por modificar indefinidamente aquellos aspectos que puedan propiciar el exceso de peso.
En la definición de obesidad, junto a la palabra "crónica", aparecen también los términos "multifactorial" y "multicausal"; es decir, si solo modificamos la alimentación, estaremos modificando solo uno de los factores que causan la obesidad y, los resultados, muy probablemente, serán discretos. Al contrario de lo que ocurre cuando abordamos todos aquellos factores que sabemos que pueden causar el desarrollo de esta patología. Por ello, además de pautar de forma permanente una alimentación saludable, habrá que prescribir, también permanentemente, que se deje de ser sedentario y que se sea más activo, que se trabaje la relación emocional con la comida, que se duerma suficientes horas durante la noche y con horarios regulares, o que se trate de tener una vida con menos estrés y más satisfacciones personales, entre otros importantes aspectos. En definitiva, que se cambie para siempre y de forma radical el estilo de vida que le ha conducido o le ha consolidado su obesidad.
Dependiendo de la persona y del momento vital en el que se encuentre, los factores que causan el exceso de peso podrán ser diferentes y, por tanto, el tratamiento también lo será. Es por esto que el enfermo de obesidad siempre debe exigir un tratamiento personalizado y contar con un profesional de la nutrición, dentro de un equipo multidisciplinar, lo suficientemente preparado y perspicaz como para que dé con la terapia más apropiada y, a través de ella, pueda aspirar a obtener el resultado más satisfactorio y duradero posible; por supuesto, mucho más allá del que le pueda propiciar una simple dieta de adelgazamiento.
Para concluir, decir que, a pesar de haberme permitido la
licencia de jugar con los verbos ser y estar para explicar la naturaleza de
esta enfermedad y la dificultad de su tratamiento, deberíamos dejar de usar todos, estas dos formas verbales para referirnos a alguien que padece exceso ponderal.
Una persona no es obesa ni está obesa, sino que es alguien que padece obesidad,
un enfermo que requiere de tratamiento y de toda nuestra comprensión. Como dice
la periodista Laura Caorsi (@lauracaorsi) especializada en alimentación y salud: “La obesidad,
como la enfermedad crónica que es, puede condicionar muchos aspectos
importantes de tu vida, puede ocupar el centro de tu existencia, incluso ser tu
principal preocupación, pero nunca podrá ser tú”.
José María Capitán
dietista-nutricionista
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Este es un argumento muy interesante. Gracias! La manera de "llamar" algo; como se usa la "palabra".
ResponderEliminarMe sorpende leer el juego "ser/estàr" porque aquì en Italia lo usamos en una manera diferente.
Sin embargo el hecho es: no te identefiques con tu patologìa; eso es el primer paso para tratar de gestionarla.
Gracias por la riflesiòn!