El déficit de vitamina D y la diabetes afectan a una elevada proporción de la población, ¿tienen relación?
Por otra parte, la diabetes, enfermedad crónica que se caracteriza por niveles elevados de glucosa en sangre, tiene una gran prevalencia a nivel mundial, actualmente afecta a 450 millones de personas en todo el mundo y se prevé que para 2045 afecte a 693 millones (1), siendo una causa importante de ceguera, insuficiencia renal, infarto de miocardio, accidente cerebrovascular y amputación de miembros inferiores (2).
¿Existe alguna relación entre la deficiencia de vitamina D y la diabetes? Esta es la pregunta que nos planteamos en este texto, con el fin de explorar las evidencias científicas que apoyan o refutan esta hipótesis. Para hallar una respuesta que aclare nuestras dudas, nos hemos asomado a la ventana de PubMed y buscado las revisiones sistemáticas y los metaanálisis publicados en los últimos cinco años para tener una idea de lo que se cuece en el caldero de la ciencia en relación con este tema. A lo hallado le hemos sumado otros artículos de especial interés para enriquecer el texto, y este es el resultado.
Relación entre la deficiencia de vitamina D y la aparición de la prediabetes
La prediabetes es una condición que se caracteriza por una alteración de la glucosa en ayunas y/o una alteración de la tolerancia a la glucosa. Puede ser reversible si la intervención es temprana a través del control de la dieta, la realización de ejercicio físico y la intervención farmacológica, evitando, por tanto, el riesgo de desarrollar diabetes mellitus tipo 2 (3). El nivel sérico de vitamina D se asocia inversamente con el riesgo de diabetes tipo 2 y prediabetes, siendo esta asociación más fuerte para la diabetes (4); sin embargo, los mecanismos biológicos que explican esta asociación no están claros, y podrían estar mediados por otros factores como la obesidad o el estilo de vida; si bien existe cierta evidencia del rol que desempeña la vitamina D en la secreción normal de insulina (5).
¿Puede la suplementación con vitamina D ser útil para mejorar el estado de prediabetes? Efectivamente, la suplementación oral con Vitamina D ha mostrado mejoras en la glucemia en ayunas y de la insulina en ayunas entre personas con prediabetes (3), lo que sugiere que esta intervención podría tener un efecto preventivo o terapéutico para esta población. De hecho, se estima que la suplementación con vitamina D podría reducir el riesgo de progresión a diabetes tipo 2 hasta en un 15% (6). Además, la deficiencia de vitamina D se asocia a un mayor riesgo de mortalidad cardiovascular y por todas las causas en pacientes con diabetes tipo 2 o prediabetes, por lo que se propone corregir las concentraciones séricas de Vitamina D, preferiblemente a 60 nmol/L para así mejorar el pronóstico de estos pacientes (7).
No obstante, hay que tener en cuenta que los resultados de los estudios no siempre han encontrado una asociación tan clara entre la vitamina D y la prediabetes (8), razón por la que debemos mostrarnos cautos a la hora de tomar conclusiones definitivas.
El síndrome metabólico es un conjunto de factores que aumentan el riesgo de padecer enfermedad cardiaca, diabetes y otros problemas de salud; entre estos factores se encuentra tener un nivel de azúcar levemente alto en sangre en ayunas, lo que se conoce como hiperglucemia.
¿La deficiencia de vitamina D está relacionada con la presencia o la incidencia del síndrome metabólico? Algunos autores han relacionado inversamente las concentraciones circulantes de vitamina D con las probabilidades de padecer síndrome metabólico en niños y adolescentes con una relación de dosis-respuesta; es decir, a mayor nivel de vitamina D, menor riesgo de síndrome metabólico (9), de la misma forma esta relación se da también en la población adulta (10) y de forma específica, el riesgo de síndrome metabólico es más alto entre las mujeres con deficiencia de vitamina D que entre las mujeres con niveles adecuados de esta vitamina (11).
Resistencia a la insulina y deficiencia de vitamina D
La resistencia a la insulina se produce cuando las células de los músculos, grasa e hígado no responden bien a la insulina, una hormona que facilita la entrada de la glucosa en la sangre a las células. Cuando hay resistencia a la insulina, el páncreas tiene que producir más insulina para mantener los niveles de glucosa en sangre en un rango saludable. Sin embargo, si el páncreas no puede compensar la demanda de insulina, se produce una hiperglucemia, que es un factor de riesgo para desarrollar diabetes tipo 2 y otras enfermedades cardiovasculares. La resistencia a la insulina se puede medir mediante el índice HOMA (Homeostasis Model Assessment), que se calcula a partir de la glucosa y la insulina en ayunas. (12).
Varios estudios han encontrado que la deficiencia de vitamina D está inversamente asociada con la resistencia a la insulina; es decir, a menor nivel de vitamina D, mayor resistencia a la insulina; de forma que las personas con obesidad tienen una mayor resistencia a la insulina y una menor concentración de vitamina D que las personas con normopeso. Además, la población femenina es más dependiente del IMC (índice de masa corporal), para su nivel de resistencia a la insulina, por lo que la suplementación de vitamina D podría tener mayor impacto que en los hombres (13). Hay que señalar que la resistencia a la insulina está relacionada con el estado de la vitamina D, no solo en poblaciones diabéticas, sino también en las no diabéticas (14), lo que sugiere que la vitamina D podría tener un papel preventivo para esta enfermedad. De hecho, se ha observado que la suplementación con altas dosis de vitamina D en niños y adolescentes mejora también la resistencia a la insulina, lo que podría reducir el riesgo de diabetes tipo 2 en el futuro (15).
A pesar de lo expuesto, no todos los estudios son coincidentes y algunos no encuentran suficiente evidencia de que la suplementación con vitamina D tenga un efecto beneficioso sobre la sensibilidad periférica a la insulina en personas con resistencia a la insulina o riesgo de padecerla (16), por lo que una vez más debemos ser cautos a la hora de adoptar conclusiones definitivas.
Neuropatía diabética
La diabetes tiene numerosas complicaciones, una de ellas es la que afecta al sistema nervioso periférico, que es el encargado de transmitir las señales entre el cerebro y el resto del cuerpo. La neuropatía diabética se produce por el daño que la hiperglucemia crónica causa en los nervios, lo que provoca una alteración o una pérdida de la sensibilidad, el movimiento o la función de los órganos afectados, es una complicación que provoca una alta morbilidad y mortalidad. La neuropatía diabética es una complicación frecuente en las personas con diabetes, que puede afectar hasta a un 50% de los pacientes. Entre los factores que influyen en su aparición está: el sexo masculino, el aumento de la edad, el IMC, la altura y la duración de la enfermedad (17). La neuropatía diabética afecta con mayor frecuencia a los nervios de las piernas y de los pies, pero puede afectar a otros órganos como la vejiga o los intestinos, también puede dificultar la deglución y originar problemas en la respuesta sexual, entre otros muchos trastornos. Aunque en muchas personas la neuropatía diabética provoca síntomas leves, en otras puede ser bastante dolorosa e incapacitante (18).
La suplementación de vitamina D está justificada en estos pacientes, puesto que
ha mostrado beneficios en la reducción de los síntomas (17),
pudiendo mejorar el dolor en la neuropatía diabética periférica dolorosa (19) y revelando que la
deficiencia de vitamina D se puede convertir en un indicador para el
tratamiento y prevención de la neuropatía periférica diabética y para la
diabetes tipo 2 (20).
Disfunción eréctil en la diabetes tipo
2
La disfunción eréctil es la incapacidad persistente o recurrente para conseguir o mantener una erección suficiente para tener una relación sexual satisfactoria. La vitamina D induce a la expresión de óxido nítrico sintasa en células endoteliales, que es un vasodilatador y que cumple un papel importante en la fisiología de la erección (21).
Un estudio pudo comprobar que las concentraciones de vitamina D séricas en
hombres con diabetes mellitus con disfunción eréctil era significativamente
menor que en los pacientes con diabetes sin disfunción eréctil, y que la
suplementación con vitamina D podría llegar a ser útil para el tratamiento y la
prevención de la disfunción eréctil en personas con diabetes mellitus tipo 2 (22).
Pie diabético
El pie diabético es una complicación que afecta a la piel, los tejidos y los huesos de los pies de las personas con diabetes, debido al daño que la hiperglucemia crónica causa en los vasos sanguíneos y los nervios de esta zona. (23). La úlcera del pie diabético es una complicación grave que puede provocar necrosis y amputación de la extremidad afectada en pacientes con diabetes mellitus, doblando la mortalidad en aquellos pacientes diabéticos que la padecen. Entre los muchos factores que predisponen al pie diabético se encuentran el mal control de la glucosa.
Distintos
estudios establecen una asociación entre los niveles séricos de vitamina D y la
úlcera del pie diabético (23, 24); es decir, a menor nivel de vitamina D, mayor
riesgo o severidad del pie diabético, siendo posible que suministrar
vitamina D a estos pacientes pueda prevenir o mejorar los resultados de las
complicaciones del pie diabético (25), acelerando la
cicatrización de las úlceras (26).
Salud mental
La salud mental es un aspecto importante en el manejo de la diabetes, ya que esta enfermedad puede afectar al estado emocional y psicológico de las personas que la padecen. De hecho, es frecuente que la persona que padece diabetes padezca de ansiedad o depresión. Estos trastornos pueden afectar negativamente a la calidad de vida, a la adherencia al tratamiento, al control glucémico y al riesgo de complicaciones de las personas con diabetes.
Algunas investigaciones han relacionado la deficiencia de vitamina D con el estado
de la salud mental, así como con otras complicaciones propias de la diabetes (27). La
suplementación con vitamina D puede mejorar el estado de la vitamina D y los
resultados de salud mental en este grupo de pacientes (28).
Diabetes gestacional
La
diabetes gestacional es un tipo de diabetes que puede aparecer durante el
embarazo en mujeres no diabéticas y que se produce cuando el páncreas no puede
producir suficiente insulina durante el embarazo, ya que las células, como
resultado de los cambios hormonales que se producen en el cuerpo de la mujer, usan
la insulina de un modo menos eficaz, llegando a producirse resistencia a la
insulina. Esta afección puede afectar hasta un 10% de las mujeres en EE. UU. Suele diagnosticarse entre la semana 24 y
la 28 de gestación mediante una prueba de tolerancia oral a la glucosa. La diabetes gestacional puede tener
complicaciones tanto para la madre como para el bebé, si no se controla
adecuadamente. Entre las
complicaciones para la madre se encuentran la presión alta y la preeclampsia,
el parto prematuro, la cesárea, o el desarrollo de diabetes tipo 2 después del
embarazo. Entre las complicaciones para el bebé se encuentran la macrosomía, el
síndrome de dificultad respiratoria, o el riesgo de obesidad y diabetes tipo 2
en la vida adulta (29). Aunque la diabetes desaparece tras el parto, hasta un 50% de
las mujeres desarrollarán diabetes tipo 2 a lo largo de su vida (30).
Algunos trabajos de investigación establecen una asociación significativa entre la deficiencia de
vitamina D y un mayor riesgo de diabetes gestacional (31),
situándose el riesgo más bajo entre aquellas mujeres con niveles de vitamina D
de entre 40 a 90 nmol/L (32).
La suplementación con vitamina D durante el embarazo mejora las concentraciones
de vitamina D maternas e infantiles y puede desempeñar un papel en la
resistencia a la insulina materna y en el crecimiento fetal (33), promoviendo un mejor
control glucémico en las mujeres gestantes (34).
Sin embargo, los resultados son inconsistentes cuando se trata de establecer
asociaciones entre la suplementación o la concentración de vitamina D durante y
después del embarazo y el desarrollo de diabetes después de la diabetes
gestacional (35).
Diabetes tipo 1
La diabetes tipo 1 es un tipo de diabetes que se
caracteriza por la destrucción autoinmune de las células beta del páncreas, que
son las encargadas de producir insulina (36). La diabetes tipo 1 es menos común
que la diabetes tipo 2, generalmente se diagnostica a los niños, adolescentes o
jóvenes, denominándose diabetes juvenil, pero, en realidad, puede
diagnosticarse a cualquier edad. Esta diabetes la puede padecer un 5 %-10% de
las personas que padecen diabetes. El
tratamiento de la diabetes tipo 1 consiste en la administración de insulina
mediante inyecciones o bombas, el control de la dieta y el ejercicio físico, y
el seguimiento médico periódico.
Los
niveles bajos de vitamina D en la madre durante el embarazo se asocian con un
mayor riesgo de diabetes tipo 1 en la descendencia (37). La deficiencia de
vitamina D puede ser una posible causa en el desarrollo de diabetes tipo 1 en los primeros años de vida, especialmente
en niños con predisposición genética (38),
existiendo una asociación inversa significativa entre la concentración de
vitamina D en circulación y el riesgo de padecer diabetes tipo 1 (39).
Para terminar
Numerosos
estudios encuentran una posible relación entre los bajos niveles de vitamina D
sérica y la prediabetes, la resistencia a la insulina, el síndrome metabólico, la
diabetes tipo 1 y 2, la diabetes gestacional y algunas complicaciones de la
diabetes como el pie diabético, la neuropatía periférica diabética, la
disfunción eréctil o algunos trastornos mentales. La suplementación de vitamina
D podría, por tanto, ser beneficiosa para muchos de estos problemas.
El
90% de la vitamina que almacenamos en nuestro organismo se sintetiza a través
de la exposición solar. En un país como España, la síntesis de vitamina D se ve
muy disminuida, especialmente en los meses que van de noviembre hasta febrero,
lo que supone que gran parte del año podríamos estar por debajo de las
concentraciones deseables de esta vitamina, y a veces, este déficit se prolonga
incluso en los meses con más horas de luz solar. Es recomendable aconsejar a la población mantener unos niveles
adecuados de vitamina D, mediante una exposición solar moderada y una
alimentación equilibrada, y a las personas con diabetes o con riesgo de
padecerla, consultar con su médico o su dietista-nutricionista sobre la
conveniencia de tomar suplementos de vitamina D, especialmente en los meses de
invierno o en aquellas regiones con menos horas de luz solar. De esta manera, muy
probablemente, se podría mejorar la prevención, el control y el pronóstico de
la diabetes y sus complicaciones, y contribuir a una mejor calidad y esperanza
de vida.
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