Alergias alimentarias: un problema
creciente
Las
alergias alimentarias son cada vez más frecuentes y están aumentando en todo el
mundo, tanto en los países desarrollados como en los que están en vías de desarrollo. En España, entre los pacientes que van por primera vez a la consulta de un
alergólogo se ha triplicado su prevalencia, pasando del 3,6% en 1992 al 11,4%
en 2015, según el informe de “Alergológica” de 2015. En este mismo informe se
estima que la población alérgica a los alimentos está comprendida entre el 1% y
el 3% siendo más habitual en los menores de 3 años que puede alcanzar el 8% (1).
No debemos confundir alergias con intolerancias. La
diferencia fundamental entre una alergia y una intolerancia
alimentaria es que en la primera interviene
el sistema inmunológico, provocando una reacción exagerada a un alimento que es inocuo para la mayoría de las personas. Las reacciones
alérgicas pueden originar trastornos cutáneos (inflamación de labios,
urticaria, erupciones…), respiratorios (tos, asma, moqueo…), digestivos
(diarrea, vómitos, hinchazón…) o sistémicos (afectando a dos o más órganos) e
incluso pueden llegar a provocar la muerte. En las intolerancias, en cambio, no interviene el sistema inmunitario; un ejemplo de ello es la intolerancia a la lactosa, cuyo problema es un déficit enzimático que impide una correcta digestión del azúcar de la leche, lo que provoca trastornos de tipo digestivos (cólicos, diarreas, gases) (2,
3).
Las alergias alimentarias son para la mayoría de las personas unas grandes desconocidas y a pesar de ser relativamente frecuentes, no se alcanza a comprender sus implicaciones en el día a día de quienes las padecen; en este post te cuento algunas cosas que
quizás no sepas aún sobre ellas.
1.
¿Sabías que se han identificado más de 170
alimentos capaces de causar alergias alimentarias?
Cualquier
alimento puede provocar una reacción alérgica, más de 170 alimentos han sido
identificados como causantes de reacciones mediadas por una inmunoglobulina denominada IgE (4).
Sin embargo, la mayoría de las alergias son causadas por unos pocos alimentos, por
ejemplo, en España, las alergias alimentarias más frecuente en niños menores de 5
años son a las proteínas del huevo (34,4%), seguida por la alergia a las
proteínas del pescado (30,4%) y, en tercer lugar, a las de la leche de vaca
(24,5%). En los niños mayores de cinco años, los alimentos que con más
frecuencia causan alergias son las frutas frescas (37%), los frutos
secos (35%) y los pescados y mariscos (12%) (2).
Hasta un tercio de los niños alérgicos presentan alergias a más de un tipo de alimento
(3).
Pero no se dan
las mismas alergias en todos los lugares, esto va a depender de las costumbres
dietéticas de cada región, por ejemplo, en Europa los ocho alimentos más
frecuentes son: leche de vaca, huevos, trigo, soja, cacahuete, nueces, pescado y
mariscos (5).
2. ¿Sabes qué diferencia existe entre
sensibilización y alergia a un alimento?
Se llama
sensibilización a un alimento cuando mediante pruebas diagnósticas se comprueba
la presencia de IgE, sin que haya trastornos clínicos; en
cambio, cuando existe una alergia alimentaria se manifiesta un cuadro clínico
característico causado por una reacción del sistema inmunológico. La proporción
de sensibilización a los alimentos en los menores de 1 año puede alcanzar
el 20%; sin embargo, los que desarrollan
alergias rondan solo el 3% (3).
3. ¿Qué tiempo
pasa desde la ingestión de un alimento hasta que se desarrolla la reacción
alérgica?
El tiempo de
reacción va a depender del tipo de alergia que se padezca. Las alergias más
frecuentes son las que están mediadas por IgE y su desarrollo se caracteriza
por ser muy rápido y producirse inmediatamente, o poco tiempo después, tras la ingestión del alimento. Este tipo de alergias puede tener manifestaciones clínicas que pueden ser muy
graves y llevar al shock anafiláctico del que más adelante te hablaré. Existen otro tipo de reacciones no
mediadas por IgE (de tipo celular) cuyos síntomas pueden aparecer horas o
incluso días después, estas no llegan a tener manifestaciones clínicas agudas
tan graves como las primeras (6).
4. ¿Las
alergias alimentarias son para siempre?
Las alergias que
se desarrollan en la etapa adulta no suelen remitir, sin embargo, las que se
desarrollan en la niñez es frecuente que sí lo hagan.
Suelen ser
alergias persistentes las que se desarrollan a las frutas, legumbres, pescados,
mariscos, cacahuetes y frutos secos, mientras que tienden a desaparecer en los
primeros años de vida las que afectan a la leche, huevo, trigo y soja. Los factores
de riesgo para que la alergia llegue a ser persistente incluyen un nivel alto
de IgE en el momento del diagnóstico y que tengan lugar otras alergias (4).
5. ¿Influye el
momento en el que se introducen los distintos alimentos en la dieta del bebé para que se desarrollen alergias alimentarias?
Hasta hace
relativamente poco tiempo se proponía que los alimentos más alergénicos debían introducirse
tardíamente en la dieta del bebé, en los últimos años la tendencia ha sido la contraria,
es decir, a introducir tempranamente los alimentos más alergénicos, pero según una
revisión sistemática de marzo de 2019 de American
Journal of Clinical Nutrition, existe falta de solidez en las
recomendaciones sobre el momento de introducción de los alimentos; no obstante,
al igual que con el resto de los no alergénicos, los alimentos alergénicos
se deben introducir antes del año de vida, especialmente el cacahuete y el huevo (7).
6. ¿Qué puede
provocar las alergias alimentarias?
Las alergias alimentarias resultan de una compleja interacción de un gran número de factores
ambientales y genéticos (4).
Una hipótesis que podría explicar este incremento en la prevalencia está
relacionada con los estilos de vida del siglo XXI, estos originan alteraciones en las comunidades bacterianas intestinales que podrían propiciar la aparición de las alergias: el uso indebido de
antibióticos, cambios en la dieta, tasas elevadas de partos por cesárea y
alimentación con fórmula de leche adaptada (8); factores como la contaminación medioambiental, la exposición al humo del tabaco
durante el embarazo y en los primeros años de vida, la ausencia de lactancia materna, déficits de
vitaminas A, C y D y de minerales como el Zn, Mg y ácidos grasos poliinsaturados durante
el embarazo y el primer año de vida (9), así como el tipo de dieta de la madre durante la gestación
y durante la lactancia (10) son algunas de las posibles causas;
otro de los factores estudiados es la aparición de enfermedades alérgicas relacionadas con
una higiene excesiva (4,
11).
7. ¿Qué
cantidad de alimento puede provocar una reacción alérgica?
Una reacción
alérgica puede ser desencadenada por cantidades muy pequeñas de alimentos, incluso
puede ser provocada sin que sea necesaria su ingestión, ya que en ocasiones será
suficiente el contacto con el producto o incluso la mera inhalación (2,
12),
como puede ocurrir con la alergia al pescado o a los mariscos (13).
Si en una etiqueta leemos que el producto puede contener o contiene trazas del
alimento para el que se es alérgico, este se debe evitar como regla general, aunque en otras
ocasiones su consumo no haya provocado reacción alguna.
No siempre. La mayoría de los alérgenos que reaccionan con IgE e IgG son proteínas o glicoproteínas que son bastante resistentes a la digestión y al cocinado (12), por tanto, ante la falta de garantía es mejor abstenerse primero y consultar al alergólogo o al nutricionista especializado después.
8. ¿Si cocino bien el alimento para el que soy alérgico puedo destruir la proteína que me produce la alergia y tomarlo con tranquilidad?
No siempre. La mayoría de los alérgenos que reaccionan con IgE e IgG son proteínas o glicoproteínas que son bastante resistentes a la digestión y al cocinado (12), por tanto, ante la falta de garantía es mejor abstenerse primero y consultar al alergólogo o al nutricionista especializado después.
9. ¿Puede un
alimento provocar algunas veces alergia y otras veces no?
Sí, puede
ocurrir. A veces, como en la alergia al trigo, para que una reacción
alérgica se produzca necesita de un cofactor, es decir “un facilitador” de la
reacción alérgica. Estos cofactores pueden ser de muy diversa índole; en la
alergia al trigo que hemos mencionado se puede experimentar la reacción cuando
tras su ingestión se realiza actividad física o deporte. Otros
cofactores distintos a la actividad física pueden ser el alcohol, el estrés,
cambios hormonales (estado premenstrual...), consumo de antiinflamatorios no
esteroideos como el ibuprofeno, etc. (14, 15).
10. ¿Se puede tener alergia a varios alimentos? ¿Qué es la
reactividad cruzada?
Una persona
puede presentar alergia a distintos alimentos. En ocasiones se da lo que se
denomina reactividad cruzada entre alimentos cuya proteína es muy similar, así
un niño alérgico a la leche de vaca lo puede ser a la leche de
otros mamíferos o incluso a la proteína de la carne de vaca. Otra reacción
cruzada bastante conocida es la que se da entre el látex y algunas frutas como
el plátano, aguacate, castaña y otras (4).
En el síndrome LTP, alergia a la Proteína Transportadora de Lípidos, proteína
que está ampliamente distribuida en muchos alimentos de origen vegetal, puede ocurrir (no siempre) que el paciente
debute con una alergia a un alimento y de un modo progresivo desarrolle
alergias a otros como frutas, frutos
secos, verduras y cereales, ampliándose con el paso del tiempo los alimentos a los que se reacciona. En ocasiones esta alergia se puede expresar solo con la
presencia de cofactores y sus manifestaciones clínicas van desde leves a muy
graves (16).
11. ¿Si yo nunca he padecido alergia a ningún
alimento, significa eso que ya no la
desarrollaré jamás?
Una persona puede
desarrollar alergia alimentaria a cualquier edad, si bien se desarrollan con mayor frecuencia en la niñez, teniendo el pico máximo de prevalencia alrededor del año de vida (4).
12. ¿Es lo mismo la alergia al trigo que la celiaquía
o la sensibilidad al gluten no celiaca?
No. La enfermedad
celiaca es una enfermedad crónica mediada por fenómenos inmunes y autoinmunes,
que se da en individuos genéticamente susceptibles. Se inicia de forma gradual
y se experimentará un periodo previo de latencia que puede ser de meses o años
entre el inicio de la ingesta de gluten y la aparición de la enfermedad. La
sensibilidad no celiaca al gluten es una reacción adversa al gluten en la que
no existen ni mecanismos alérgicos ni autoinmunes. La alergia al trigo, en
cambio, es una reacción adversa inmune (no autoinmune) mediada por IgE que tiende a curarse (17).
13. ¿Cuándo ocurre un contacto cruzado?
Cuando un
alimento entra en contacto con otro mezclando sus proteínas. Ejemplos: quitar el queso de un bocadillo y en su lugar poner
embutidos. Si se es alérgico a la proteína de la leche, el resto de queso que
pueda quedar en el pan podrá ser suficiente para provocar la reacción alérgica.
Otro ejemplo puede ser el de no lavarse las manos antes de manipular los
alimentos del individuo alérgico tras haber tocado alimentos que le pueden
provocar una reacción alérgica.
14. ¿Está regulada mediante algún tipo de legislación la
presencia de alérgenos en los alimentos?
En Europa existen diversos reglamentos que
regulan la declaración de alérgenos, estos son los más importantes:
- El reglamento
(UE) 1169/2011 obliga a declarar los 14 alimentos más alergénicos que se dan en la comunidad europea. En
virtud de este reglamento, la industria alimentaria debe declararlos en su
etiquetado, destacando en negrita, con mayúsculas o de
cualquier otra forma la presencia de estos alimentos. Los 14 alérgenos
regulados son: gluten, crustáceos, huevos, pescado, cacahuetes, soja, lácteos,
frutos de cáscara, apio, mostaza, granos de sésamo, dióxido de azufre y
sulfitos, moluscos y altramuces (18).
- Real Decreto
126/2015. Esta normativa regula la información alimentaria de los alimentos que
se presenten sin envasar para la venta al consumidor final y a las
colectividades, de los envasados en los lugares de venta a petición del
comprador, y de los envasados por los titulares del comercio al por menor (19).
15. ¿Qué significa que un alimento esté “libre” de
alérgenos?
Cualquier
alimento es susceptible de contener alérgenos, por lo que cuando escuchamos el
reclamo publicitario de “libre de alérgenos” nos están proporcionando una información imprecisa. Un
alimento que se publicita como libre de alérgenos, en realidad, quiere decir que
no tiene ninguno de los 14 alérgenos regulados, pero podría contener otros que
no se incluyen en la norma (UE) 1169/2011 (18).
16. ¿Y si soy alérgico a otros alimentos de los que no existe una
declaración obligatoria?
La cosa se
complica. Los 14 alérgenos más frecuentes en Europa y que deben ser declarados con base en el reglamento (UE) 1169/2011 (18), no se corresponden necesariamente con los que originan más alergias en España.
De hecho, aquí es muy frecuente la alergia al melocotón, alimento que no está obligado a ser declarado como alérgeno en la etiqueta de
los productos alimenticios. Una persona alérgica a otros alimentos distintos a los 14 de obligada mención, tendrá que
tener especial cuidado con los alimentos procesados cuya composición puede
ser muy compleja y que, por si fuera poco, no tienen la obligación de declarar ingredientes
que no superen cierta cantidad. Del mismo modo, tendrán que extremarse los cuidados
cuando se coma fuera del hogar, ya que los platos preparados podrían tener oculto el
alérgeno alimentario problemático para el que no exista obligatoriedad de ser declarado. Además, habrá que tener en cuenta que fuera de la comunidad europea
la declaración de alérgenos puede ser diferente o no existir legislación alguna al respecto, por lo que al
salir de viaje se tendrá que tener mayor cuidado; incluso dentro de Europa nos
encontraremos con la barrera idiomática que nos dificultará la comprensión de
la lectura del etiquetado debidamente regulado, por lo que será obligada tener una buena planificación en cada salida.
17. ¿Qué es la anafilaxia? ¿Es frecuente?
Es una reacción alérgica potencialmente
mortal. Ocurre 50-112 episodios cada 100.000 personas al año, aunque la muerte
por anafilaxia es muy poco frecuente, situándose en 0,35-1,06 muertes por millón de personas por año. En los últimos 10-15 años se ha incrementado
hasta en 7 veces la admisión hospitalaria por anafilaxia. (20).
Cuando la anafilaxia ocurre por razones alimentarias, la incidencia es de solo 5,6 episodios cada 100.000 personas al año (21).
18. ¿Y si se produce una reacción alérgica grave?
Si la reacción es
leve, quizá no haya que hacer nada, o en todo caso suministrar antihistamínicos,
pero si la reacción es grave y se produce un shock anafiláctico será necesario administrar adrenalina y llamar al
112 explicando lo que está ocurriendo. Otros medicamentos que pueden estar
prescritos por el alergólogo, además de la adrenalina, son los corticoides y los broncodilatadores. Si
tras 5 minutos de administrar la adrenalina los síntomas persisten, se puede
aplicar una segunda dosis. Para los niños de entre 10-25 kg la dosis de
adrenalina es de 0,15 mg, y para aquellos con un peso mayor de 25 kg es de 0,3 mg.
Será aconsejable llevar siempre dos autoinyectables por si hubiera que repetir
la dosis (22).
19. ¿Qué es una reacción bifásica?
Es la
presentación de un segundo shock anafiláctico. En alrededor de un 4,6% de las
ocasiones se puede dar, en un periodo de unas pocas horas, una segunda reacción anafiláctica (22); por este motivo, y aunque los síntomas tras la
administración de la adrenalina hayan desaparecido, será conveniente acudir a un
hospital para poder observar la evolución del paciente.
20. Si nunca he tenido una reacción grave,
significa eso que nunca la tendré.
No. Las
reacciones alérgicas no tienen por qué manifestarse siempre de la misma forma y, a pesar de no haber experimentado previamente reacciones graves ante la ingesta
de un alimento determinado, en algún momento los síntomas pueden variar y
agravarse ante nuevas exposiciones al alérgeno. Los síntomas pueden variar
desde leves a graves, y su gravedad dependerá de la edad, la sensibilidad
individual, el nivel de exposición al alimento consumido y la existencia de
otros factores o cofactores, como que se padezca asma, se realice ejercicio físico tras la ingesta del alimento, se consuma alcohol, o se use medicamentos tales como esteroides o antihistamínicos (12).
En el próximo
artículo seguiré contándote más sobre alergias alimentarias, esta vez la
información irá más centrada en el escolar y de cómo se debe abordar esta
problemática para que su escolarización sea segura, así como de la importancia que juega la figura del dietista-nutricionista en el medio educativo con relación al cuidado y la educación de estos niños y niñas.
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Referencias:
1. Alergológica 2015. 2017.
2. Una visión global de las reacciones adversas a
alimentos: alergia e intolerancia alimentaria.
Nutrición Hospitalaria, 2018.
3. Alergia alimentaria en la edad pediátrica,
conceptos actuales. Anales de
pediatría, 2016.
4. Alergias a alimentos. Alergia, Asma e Inmunología Pediátricas,
2017.
5. Prevalence of common food allergies in Europe:
a systematic review and meta‐analysis.
Allergy, 2014.
6. Alergia Alimentaria. Revista chilena de nutrición, 2018.
7. Complementary feeding and food allergy, atopic
dermatitis/eczema, asthma, and allergic rhinitis: a systematic review. American Journal of Clinical Nutrition, 2019.
8. Healthy infants harbor intestinal bacteria
that protect against food allergy.
Nature Medicine, 2019.
9. Prevención de las enfermedades alérgicas en la
infancia: entre la teoría y la realidad.
Archivos argentinos de pediatría, 2016.
10. Diet during pregnancy and infancy and risk of
allergic or autoimmune disease: A systematic review and meta-analysis. Plos Medicine, 2018.
11. Desarrollo
del sistema inmunológico, ¿naturaleza o crianza? Archivos Venezolanos de Farmacología y
Terapéutica, 2017.
12. Alergias
alimentarias: Importancia del control de alérgenos en alimentos. Nutrición clínica y Dietética Hospitalaria,
2018.
13. Seafood-Associated Shellfish Allergy: A Comprehensive
Review. A Journal of Molecular and Cellular
Immunology, 2016.
14. Food-dependent
exercise-induced anaphylaxis: a stepwise diagnosis. Revue médicale suisse, 2017.
15. World Allergy Organization Guidelines for the
Assessment and Management of Anaphylaxis.
The World Allergy Organization journal, 2011.
16. Diagnóstico de la alergia en Atención
Primaria, ¿para qué? Pediatría
Atención Primaria, 2015.
17. Sensibilidad no celíaca al gluten. Una
patología más que responde al gluten.
Revista médica de Chile, 2015.
20. Epidemiology
of anaphylaxis. Clinical &
Experimental Allergy, 2017.
21. Recurrence of Anaphylaxis in a Spanish Series. Journal
of investigational allergology & clinical immunology, 2013.
José María Capitán
dietista-nutricionista
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