¡La
comida que le dan a mi hijo es un asco!.
Si tu hijo o hija come todo lo que le
ponen en el comedor escolar, lo más probable es que se deba a que le ofrecen una
comida saludable y tú le has enseñado a comer bien o que, por el contrario, le
ofrecen una comida poco saludable que igualmente ha aprendido a comer en casa.
En el comedor escolar, así como en casa,
la alimentación debe basarse en alimentos de origen vegetal, tales como
verduras, legumbres, cereales integrales, frutas y frutos secos. La presencia
de alimentos de origen animal, como los derivados lácteos, huevos pescados y
carnes magras, debe ser moderada. Los alimentos ultraprocesados no deben
ofrecerse ni en el menú del colegio ni en el de casa. Son alimentos ultraprocesados
los platos precocinados (pizzas, hamburguesas, lasañas…); embutidos o carnes
procesadas; bebidas distintas al agua como son los refrescos azucarados o
edulcorados, batidos lácteos con azúcar o zumos envasados; snacks salados de
patatas o de otro tipo y dulces como los mal llamados cereales para el
desayuno, bollería, heladería o galletería industrial.
Ahora dime: ¿come bien tu hijo en el
comedor escolar?
Si tu hijo come muchos alimentos
refinados, azucarados, con grasas de mala calidad, con mucha sal y
potenciadores del sabor en el comedor y se lo come todo, entonces deberías
preocuparte, pues el colegio no está asumiendo su función de educar en salud. En
este caso reclama la presencia de un nutricionista que diseñe mejor los menús.
En realidad, todos los centros de enseñanza deberían contar con la presencia de
un experto en nutrición altamente cualificado dado el enorme problema de
obesidad infantil que padecemos en los países desarrollados o en vías de
desarrollo y la hipoteca para la salud que a corto, medio y largo plazo supone
esta enfermedad.
Cuando el menú del colegio ya lo diseña un
nutricionista, como pasa en todos los colegios públicos de Andalucía que son
servidos por catering, pero tu hijo sigue sin comer bien, entonces te invito a
seguir leyendo este artículo, puesto que voy a tratar de darte algunas de las
claves para que esta situación cambie.
Cuando tu hijo sale del comedor y
descubres con desagrado que tiene hambre y no ha probado bocado, lo humano es
creer que la responsabilidad es del colegio por servir una comida poco
apetecible, o bien a responsabilizar al propio niño culpándole de tiquismiquis
o mal comedor. Sin embargo, la explicación suele ser más simple: nuestro hijo
no ha aprendido a comer ciertos alimentos o a reconocer ciertos sabores y
cuando llega al comedor se enfrenta a ellos, en ocasiones, por primera vez. Por
tanto, la responsabilidad, en la mayoría de los casos, es tuya.
La buena noticia es que cualquier niño
puede aprender a comer cualquier cosa que le enseñemos a comer siempre que,
como educadores, tengamos la paciencia necesaria, los objetivos bien definidos
y la técnica adecuada.
Para ello debemos tener en cuenta las
siguientes realidades que chocan con algunos de nuestros temores más
irracionales e infundados:
- No hay ninguna comida que se coma en
cualquier lugar de la tierra para la que nuestro pequeño no esté genéticamente
preparado y esto incluye a los saltamontes y otros insectos que se comen en
algunos países asiáticos y a las verduras que comemos aquí, si bien para muchos
niños pueden resultar igualmente repulsivas.
- Si nuestro hijo se salta una comida o no
come “lo suficiente” no se va a desintegrar en el espacio sideral, solo tendrá
más hambre en la siguiente comida.
- Si nuestro retoño tiene arcadas o
incluso llega a vomitar tratando de comer algo, no es el preludio de una muerte
anunciada, no le demos más importancia de la que tiene y actuemos con
serenidad.
- Ningún niño, ni ningún animalillo
salvaje del bosque, se deja morir de hambre voluntariamente si tiene comida a
su alcance, y no, nuestro niño no es el animalillo más torpe del bosque, por lo
que puedes estar seguro de que si tiene suficiente hambre comerá cualquier
cosa.
Por tanto, si queremos que nuestro hijo o
hija se adapte lo antes posible al menú saludable del comedor
escolar, puede servirte algunos de los siguientes consejos:
1. Come tú en casa alimentos sanos y hazlo
junto a tu hijo. Ya sabes, los niños no hacen lo que les decimos que hagan, sino
lo que nos ven hacer. Dar ejemplo es la base de una buena educación.
2. Realiza los cambios oportunos en el
menú de tu casa, no incluyas precocinados ni un exceso de alimentos fritos,
carnes ni embutidos grasos. No acompañes las comidas con bebidas
refrescantes y aumenta el consumo de frutas, verduras, ensaladas, cereales
integrales, legumbres y frutos secos. Usa sal con moderación y que esta sea
yodada.
3. Si el niño tiene hambre, debe comer algo
antes de ir al colegio. Un desayuno típico que recomendamos los nutricionistas
suele tener tres elementos básicos: fruta, pan integral y un lácteo entero sin
azucarar, que puede sustituirse por una bebida de soja. En realidad, no hay
ningún inconveniente en que coma otro tipo de comida menos habitual, pero
igualmente saludable, como por ejemplo huevos, arroz integral con almendras y
fruta.
4. No es nada recomendable para la primera
comida del día que tome "cereales del desayuno", galletas, bollería o
cualquier otro tipo de dulce por su alto contenido en azúcares y grasas de mala
calidad. En este enlace encontrarás un artículo que te ayudará a confeccionar desayunos saludables "Desayunos,
meriendas y obesidad infantil: todo lo que tienes que saber".
5. A media mañana, si tiene hambre y
la hora del recreo no es muy próxima a la del almuerzo, puede tomar un
alimento ligero como fruta o un puñado de frutos secos o frutas deshidratadas.
Se debe evitar los grandes bocadillos o dulces que harán que tu hijo vaya sin
ganas a comer y pueda decidir no ingerir nada por no tener apetito suficiente.
Si llega sin hambre a la hora del almuerzo puede tardar más en aceptar las
novedades del menú escolar.
6. No le des dinero con el que pueda
comprarse chocolatinas, bollos, helados, snacks o refrescos, el niño debe
acostumbrarse a comer alimentos sanos ¡siempre!, y desgraciadamente no suelen
estar al alcance de los pequeños cerca del centro escolar al precio de unas
monedas.
7. Tras recogerlo a la salida del comedor,
si este no ha comido y tiene hambre, aguarda hasta la hora de la merienda antes
de darle cualquier alimento. No te preocupes, no le ocurrirá nada.
Especialmente no le des alimentos insanos, tales como zumos de piña,
naranja o melocotón o bien batidos de chocolate, fresa o vainilla. Si le
esperas, por ejemplo, con un dulce enfundado en tu bolsillo trasero, tu hijo
aprenderá que para comer lo que ya aprendió a comer solo tendrá que esperar un
poco más hasta verte a ti retrasando con ello su adaptación a una comida más
saludable. Si te tira de la blusa o la camisa y te dice que tiene mucha,
mucha hambre, dale una fruta y emplázalo de nuevo a la merienda.
8. La merienda es tan importante como el desayuno, el almuerzo o la cena, pero desgraciadamente suele ser una de las comidas más desequilibradas del día. Nunca le des alimentos malsanos ricos en azúcar, edulcorantes, sal o potenciadores del sabor que puedan hiperestimular sus papilas gustativas y con ello dificultar la introducción de alimentos con sabores más naturales como el de las frutas o las verduras. Cuando salgas con él a jugar al parque asegúrate de llevar en una fiambrera fruta troceada o un pequeño bocadillo de pan integral para cuando se le apetezca comer algo.
9. Fíjate en el menú escolar para no
repetir los mismos alimentos en la cena y que su alimentación sea
suficientemente variada.
10. Asegúrate de que en cada cena y en los
almuerzos del fin de semana haya en todas sus comidas un plato de verduras, un
alimento fuente de hidratos de carbono como la pasta o el arroz integral y otro
alimento fuente de proteínas como los huevos o las legumbres. Acompaña las
comidas con agua y pan integral y de postre dale una buena pieza de fruta.
En estas primeras edades no se trata de
que coman a toda costa cualquier tipo de alimentos, sino que le enseñemos a
comer bien construyendo las bases de una buena salud. Recuerda que nuestro
problema no es la desnutrición o el bajo peso, el problema al que tenemos que
hacer frente es la malnutrición por exceso de alimentos de mala calidad
nutricional que conducen a crear hábitos insanos y a hipotecar la salud.
Créelo, los niños son tremendamente
adaptables a las novedades del menú. Los más pequeños tardarán solo unos días
en aceptar los nuevos alimentos, con más edad tardarán algo más en adaptarse,
pero finalmente lo conseguirán. Aprenderán a comer alimentos saludables
animados por el ambiente del comedor y por ti mismo, que sin duda conoces la
importancia de una buena alimentación y la repercusión que tendrá esta en el
resto de su vida. Confía en la capacidad de tu hijo para adquirir buenos
hábitos con tu ayuda.
Merece la pena dejar como legado una
cultura alimentaría que les proteja de patologías asociadas a una mala
alimentación y contribuya a aumentar su esperanza, su calidad de vida y en
definitiva su bienestar y felicidad, nuestra responsabilidad pasa por
seleccionar adecuadamente el tipo de alimentos que queremos que aprendan a
comer y evitarles aquellos que pueden perjudicar su salud.
José María Capitán
dietista-nutricionista
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Buenas tardes, soy sanitaria del servicio andaluz de salud, y en mi labor diaria, aconsejo a mis pacientes a tomar una dieta rica y equilibrada, les recomiendo, ya que existe sufiente evidencia científica en el beneficio para la salud, LA DIETA MEDITERRANEA, entonces, me quedo cuanto menos, sorprendida por este articulo en el que expone las supuestas razones para que un niño no se coma la comida del comedor escolar, ya que, claro que habrá niños en el planeta comiendo grillos, pero claro, no se trata de eso, sino de darles una comida DE CALIDAD A NUESTROS ESCOLARES, me pregunto si usted conoce el menú que se come en nuestros comedores escolares, y si , por ejemplo , sabe el tipo de pescado que se sirve en ellos, es un pescado que se cría en el fondo de aguas pantanosas, y que se importa de Asia, y se cocina a varios cientos de kilometros del centro escolar donde se sirve esa comida.
ResponderEliminarle explico esto Por ponerle algun ejemplo. Pero hay mucho más.
Entonces vamos a no tratar a nuestros escolares como animalillos del bosque, porque NO lo son, y vamos a darle una comida de calidad, frutas, verduras, pescados y carnes que tengan un minimo de garantia de calidad, por supuesto con serenidad.
Buenas tardes, soy sanitaria del servicio andaluz de salud, y en mi labor diaria, aconsejo a mis pacientes a tomar una dieta rica y equilibrada, les recomiendo, ya que existe sufiente evidencia científica en el beneficio para la salud, LA DIETA MEDITERRANEA, entonces, me quedo cuanto menos, sorprendida por este articulo en el que expone las supuestas razones para que un niño no se coma la comida del comedor escolar, ya que, claro que habrá niños en el planeta comiendo grillos, pero claro, no se trata de eso, sino de darles una comida DE CALIDAD A NUESTROS ESCOLARES, me pregunto si usted conoce el menú que se come en nuestros comedores escolares, y si , por ejemplo , sabe el tipo de pescado que se sirve en ellos, es un pescado que se cría en el fondo de aguas pantanosas, y que se importa de Asia, y se cocina a varios cientos de kilometros del centro escolar donde se sirve esa comida.
ResponderEliminarle explico esto Por ponerle algun ejemplo. Pero hay mucho más.
Entonces vamos a no tratar a nuestros escolares como animalillos del bosque, porque NO lo son, y vamos a darle una comida de calidad, frutas, verduras, pescados y carnes que tengan un minimo de garantia de calidad, por supuesto con serenidad.
Hola Marita, soy también sanitario, en concreto Graduado en Nutrición Humana y Dietética. He sido promotor y responsable de los cambios en los menús escolares en Sevilla desde el año 2004, cuyo programa de Implantación de Menús Saludables se extendió a toda Andalucía entre el año 2008 y 2009 y sirvió de base al actual programa EVACOLE de la Junta de Andalucía, adelantándose en muchos años a otras comunidades autónomas. Los menús de los comedores escolares tienen un profundo arraigo en la Dieta Mediterránea y están basados en la evidencia científica. La aceptación general del mismo se confirma en el día a día desde 2007 y hasta la fecha ya que los técnicos del Servicio de Salud en Sevilla y los inspectores sanitarios en el resto de Andalucía comprueban "in situ" la calidad organoléptica e higiénico-sanitaria de los menús servidos a nuestros escolares estableciendo un sistema de vigilancia único en toda España. Los menús previamente son diseñados por dietistas o dietistas nutricionistas en base a un protocolo nutricional que está publicado en el pliego de prescripciones técnicas que sirve para la contratación del servicio de catering. El programa se extiende a todos los escolares de centros de titularidad pública de modo obligatorio y poco a poco al resto de colegios concertados y privados. Entre otras características el menú escolar en Andalucía se basa en gran medida en lo expuesto en el artículo y podemos decir que es de una gran calidad. Esto no significa que no se detecten incidencias que por supuesto tienden a corregirse en el menor tiempo posible. Un servicio que ofrece cientos de miles de comida cada semana no está exento de errores y aspectos que puedan mejorarse, pero en general podemos estar bastante orgullosos de lo conseguido hasta la fecha sin que esto nos deba relajar en el deseo de llegar aún más lejos, a un servicio de restauración colectiva que alcance la excelencia. En cuanto al panga al que hace referencia le paso el posicionamiento oficial del Colegio de Dietistas Nutricionistas de Andalucía publicado tras suscitarse la polémica: http://codinan.org/cod/wp-content/uploads/2017/01/Documento-de-posicionamiento-CODINAN-sobre-el-PANGA.pdf. Por otro lado decir que nuestros niños no tienen que comer grillos y que no son animalillos del bosque, es algo en lo que estamos de acuerdo, por eso precisamente lo digo como lo digo y estoy seguro que tras una segunda lectura usted también entenderá lo que hay detrás de esas frases que no es otra cosa que una llamada a la responsabilidad de los padres y madres de nuestros escolares, que dada las tremendas cifras de obesidad infantil que actualmente padecemos, deben formar parte de la solución dejando de ser parte del problema.
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