La pieza que nos falta para encajar cómo abordar correctamente el tratamiento de la obesidad: la semántica
De la misma manera que a una persona que padece cáncer no le decimos que "es una cancerosa" a un individuo que padece obesidad no deberíamos decirle que "es un obeso", ya que no somos la patología que sufrimos. Del mismo modo, nos rechinaría a todos los oídos si escucháramos decir a alguien que la paciente que sufre de un cáncer "está cancerosa", algo que no nos pasa cuando decimos de alguien que "está obeso". Los verbos ser y estar los utilizamos con extremada alegría al referirnos a un paciente que sufre de obesidad, por ello, al menos, si vamos a utilizarlos deberíamos emplearlos correctamente.
Para entender la obesidad y comprender cómo debe ser su tratamiento, tanto si eres el paciente como si eres el terapeuta que trata esta patología, será fundamental que entiendas que ser obeso no es lo mismo que estar obeso. De hecho, una persona puede estar obesa y al mismo tiempo ser obesa, lo cual es muy frecuente; también se puede dar la circunstancia de que esa misma persona sea obesa, pero no esté obesa, algo que pasa más de vez en cuando; pero lo que es muy difícil que ocurra es que esté obesa y no sea obesa.