… y no enfermarlo de
obesidad
Según la OMS la obesidad es una enfermedad crónica
multifactorial y multicausal que se caracteriza por el acúmulo de un exceso de
grasa.
Según el estudio Aladino de 2015 (Ref. IOTF), en
España, el 33% de los niños de entre 6 y 9 años padecen exceso ponderal. Este
dato significa que un elevado porcentaje de nuestros hijos e hijas padecen ya
una enfermedad que con una altísima probabilidad se perpetuará en la edad
adulta. La obesidad tiene implicaciones sobre la calidad y la esperanza de vida
y pude provocar trastornos metabólicos desde la infancia, afectando, no solo a
lo fisiológico, sino también a aspectos psicológicos y sociales del menor.
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| África y Pancho |
Por todo ello, como madres y padres nos toca la
difícil, pero apasionante tarea de educar a nuestros hijos e hijas en hábitos
saludables de vida.
1. Dale solo teta a tu hijo hasta los 6 meses.
2. Después de los 6 meses sigue dándole teta hasta que los dos queráis.
3. Pasa de la teta a la mesa, no le des alimentos triturados.
4. Dale comida de verdad, nunca papillas dextrinadas o hidrolizadas, potitos, leches de crecimiento o alimentos publicitados como “especialmente diseñados para ellos”.
5. Deja que coja con sus manos sus primeros alimentos y que aprenda a masticarlos.
6. Los primeros alimentos que consuma deben ser blanditos y que no le provoque atragantamientos; cuidado con las manzanas o zanahorias crudas, frutos secos, uvas, aceitunas o salchichas, conoce más sobre "Baby-led Weaning" (BLW).
7. Si no
quiere comer no le obligues jamás, aprende a reconocer sus señales de saciedad.
8. Tu responsabilidad consiste en seleccionar bien los alimentos que debe aprender a comer y ofrecérselos con amor y la paciencia del educador.
9. Introduce los alimentos de uno en uno dejando pasar entre ellos dos o tres días, así podrás identificar si padece alguna alergia alimentaria.
10. En la alimentación complementaria puedes empezar, por ejemplo, por las legumbres, huevos, cereales integrales, frutas o verduras y luego continuar por cualquiera de los alimentos antes mencionados. No importa el orden, solo importa que sean sanos.
11. No le des golosinas ni snacks salados tipo “gusanitos”, dificultará que aprecie el sabor de los alimentos de verdad como el que tienen las frutas o las verduras y generarán malos hábitos.
12. Asegúrate de que en la guardería no le sirvan alimentos precocinados de mala calidad. Si lo que le dan son alimentos sanos, no te preocupes en exceso si al principio no le gusta mucho el menú que le ofrecen y no se lo come todo (ver post).
13. Si tu hijo rechaza algún alimento no le obligues nunca a comerlo, ofréceselo de nuevo pasado unos días; aprender a comer bien lleva su tiempo.
14. Come junto con tu hijo siempre que puedas y si es siempre mejor.
15. Da ejemplo comiendo solo buenos alimentos.
16. Celebra sus fiestas de cumpleaños con alimentos sanos (ver post).
17. Dale alimentos sanos también los días especiales: excursiones, visitas al parque, cuando vengan a casa los primos, etc.
18. Enséñale a cocinar lo antes posible, ya con un par de añitos te puede ayudar a cortar la ensalada con sus manitas, esto contribuirá a que tenga una buena relación con los alimentos.
19. Nunca premies o castigues nada con la comida, puede crear conductas alimentarias inapropiadas y además es injusto.
20. No tengas alimentos insanos en casa, ni siquiera escondidos, incrementará su deseo por comerlos.
21. Basa la alimentación de tu hijo en alimentos de origen vegetal como las legumbres, cereales integrales, verduras, frutas y frutos secos (ver post).
22. Usa para cocinar el mejor aceite posible, en España lo ideal es el aceite de oliva virgen o virgen extra.
23. Dale de beber solo agua cuando tenga sed, en nuestro país el agua del grifo suele ser de mejor calidad que la embotellada y no tiene contaminantes procedentes del plástico ni genera residuos.
24. Evita ofrecerle cualquier alimento que contenga azúcar añadida, exceso de sal, potenciadores del sabor, harinas refinadas o grasas de mala calidad.
25. Evita comprar alimentos con una lista larga de ingredientes, suele ser indicativo de mala calidad nutricional (ver post).
26. Implica a tu hijo en actividades relacionadas con la alimentación: poner y recoger la mesa, colocar los platos en el lavavajilla, hacer la lista de la compra o meter en el carro de la compra las frutas y las verduras.
27. Come con la televisión apagada. Cuando vemos la tele mientras comemos tardamos más en reconocer nuestras señales de saciedad y tendemos a comer más.
28. Si tu hijo come en exceso, dale solo alimentos sanos, sírvelos en platos pequeños, y si te lo pide, llénaselo de nuevo pasado unos minutos, de esta forma le ayudará a percibir a tiempo la sensación de saciedad.
29. Cuida los desayunos y meriendas, no le des cereales tipo "del desayuno", batidos lácteos o yogures azucarados, galletas o cualquier otro tipo de bollería insana.
30. Mejor los lácteos enteros, ni desnatados, ni semidesnatados. La carne debe ser magra y si tiene menos de tres años que evite pescados con alto contenido en mercurio como el lucio, el tiburón, el pez espada o el atún rojo.
31. Cuando tu hijo coma como el resto de la familia, es deseable que comience los almuerzos y cenas con verduras.
32. De segundo plato puede tomar cereales integrales, tubérculos o legumbres.
33. Las proteínas deben ocupar una fracción más pequeña en el primer o segundo plato: huevo, pescado, tofu, carne.
34. Cuando coma legumbres, no hace falta que las acompañe con carne o pescado, pues tienen ya suficientes proteínas.
35. Puede acompañar las comidas con pan, pero que sea integral.
36. De postre mejor fruta entera.
37. Ten siempre fruta al alcance para picar a cualquier hora, coloca un frutero como centro de mesa.
38. Juega mucho con él, realizad juntos actividades al aire libre y evita la pantalla y el sedentarismo todo lo que puedas.
39. Lo más importante es que se sienta feliz, hazle reír, haz que se sienta muy cerca de ti.
39+1. Aprende más leyendo a los pediatras Carlos González y Carlos Casabona y al dietista-nutricionista Julio Basulto, verdaderas referencias en el mundo de la nutrición infantil y de los cuales he aprendido muchos de estos consejos.
Lo más preciado para unos padres es la salud de sus
hijos, no hay fortuna que pague una sonrisa llena de vida, una mirada curiosa,
unos bracitos que te rodeen el cuello, unos labios en miniatura que te suelten
un beso o un cuerpecillo sedoso dormido en tu regazo. Cuando decidimos que
darles y que no darles de comer, tenemos que recordar que el bienestar de
nuestros hijos debe estar por encima de nuestra comodidad, nuestra pereza,
nuestra inacción o incluso de nuestra falta de conocimientos. Tenemos la
obligación de procurarles los mejores cuidados y así asegurarles una mejor
salud, y con ella, el mejor futuro posible.
José María Capitán
dietista-nutricionista
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