De la autocrítica al cielo
El
dietista-nutricionista (DN) tiene un amplio abanico de salidas profesionales
que va desde la cooperación internacional hasta la promoción de la salud en la
administración pública, pasando por la consulta o la empresa privada, la
restauración colectiva, la enseñanza, la investigación, la industria alimentaria,
el control de calidad, la seguridad alimentaria, la nutrición deportiva o como
clínico en la sanidad pública o privada, entre otras, ¿sanidad pública o
privada?
En España,
las primeras promociones de DN datan de finales del siglo pasado. En este
tiempo, y tras miles de profesionales formados para desarrollar una labor
especializada en el campo de la dietética y la nutrición, la mayoría de las
comunidades autónomas siguen sin incluir a este profesional en la sanidad
pública. Tampoco forman parte de otros equipos que realizan su labor
profesional en otros ámbitos del campo de la alimentación, el complemento
alimenticio o el medicamento (salvo excepciones); además, otros profesionales
sanitarios siguen sin contar con nosotros como ponentes en la mayoría de los
congresos científicos no organizado por DN y en los que la alimentación, la
seguridad alimentaria, la nutrición y la salud se debaten y se aúnan criterios
de aprendizaje, ¿por qué? Sin duda, la respuesta no es sencilla y las posibles
razones que pueden dar un poco de luz a esta cuestión pueden no gustar a
determinados sectores de este colectivo profesional.