sábado, 19 de junio de 2021

HUMANISMO VS. ANTIESPECISMO: ¿QUÉ COMEMOS?, ¿CÓMO VIVIMOS?

Vegetarianismo o veganismo, evolución o cambio de paradigma                           



La población humana sigue creciendo de forma exponencial en un planeta cada vez más deteriorado y sobre el que se ciernen cambios en el clima que vaticinan desastres antes nunca conocidos por la humanidad. En este contexto, en el que la generación actual puede vislumbrar el fin de la realidad que hasta ahora ha conocido, debemos proponer cambios profundos en nuestros estilos de vida que favorezcan una mayor sostenibilidad y justicia social. La alimentación es un factor determinante para frenar el cambio climático. Casi el 30% de los gases de efecto invernadero están relacionados con nuestros hábitos a la hora de disponer los alimentos que colocamos sobre nuestra mesa, y un cambio en nuestra dieta podría ser decisivo para lograr nuestra propia supervivencia (
12).


En este sentido, las dietas basadas en plantas se muestran más eficaces a la hora de abastecer a la humanidad de alimentos de calidad con una menor presión medioambiental: vegana, vegetariana, flexitariana y mediterránea, y por este orden, son dietas basadas en plantas, más o menos estrictas, que pueden presentarse como una alternativa para luchar contra el cambio climático, y que gozan, todas ellas, de suficiente evidencia científica como para considerarlas dietas saludables, además de sostenibles (3, 4, 5).

Tras la alimentación, la salud y la sostenibilidad medioambiental ha surgido un movimiento filosófico que cada vez parece ganar mayor número de adeptos y que plantea basar la alimentación exclusivamente en plantas sin que haya ningún tipo de explotación hacia los animales; se trata del veganismo ético, del que hablaremos más adelante tras contextualizarlo y que tiene grandes diferencias con respecto al que podríamos denominar vegetarianismo humanista.