Proteger la lactancia materna, una necesidad biológica, una
responsabilidad social
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Renata y Gael
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A veces se nos olvida, pensamos que
estamos por encima de la naturaleza, pero no es así, el ser humano es
un animal mamífero, esto es un hecho incontestable. La leche materna es un verdadero superalimento, su composición única
satisface todas las necesidades nutritivas del bebé en sus primeros meses de
vida y su composición se va adaptando a sus necesidades a lo largo de su
desarrollo y varía en función del número y la duración de las tomas. El consumo
de leche materna favorece la salud del neonato más allá del periodo de
lactación y se extiende a lo largo de toda su vida. Para la mamá también tiene
increíbles beneficios, también protege su salud y también lo hará a lo largo de
toda su vida. Por todo ello, como sociedad, debemos potenciar y proteger la
lactancia materna por encima de las dificultades que la rodean, dándole toda
la importancia que tiene para la salud del ser humano y reconociéndola como un
bien de incalculable valor.
Beneficios para el lactante
En los últimos cinco años se han publicado
numerosos estudios que sugieren o asocian en mayor o menor grado a este mágico alimento con importantes beneficios para la salud del bebé. Entre ellos
destacamos:
- Prevención
de la obesidad infantil (1, 2).
- Menor
incidencia de diabetes tipo 1 (3).
- Menores
probabilidades de desarrollar diabetes tipo 2 en la adolescencia (4).
- Protección
frente al desarrollo del síndrome metabólico en niños y adolescentes (5).
- Riesgo
reducido de los ronquidos habituales en los niños (6).
- Analgesia
o reducción del dolor en el lactante (7).
- Protección
frente a la otitis media infantil en los dos primeros años de vida (8).
- Protección
de la caries dental, al menos en el primer año de vida (9, 10, 11).
- Protección
frente al asma y quizás también contra los eccemas y la rinitis alérgica (12, 13).