Nutri-Score, los octógonos negros de Chile o una propuesta delirante que posiblemente sí funcione
- ¡Quiero saber! |
El incremento en las tasas de sobrepeso y obesidad de la mayoría de los
países de la UE, incluida España, y de la morbilidad asociada con la mala alimentación, justifica poner en práctica políticas agresivas que informen al consumidor sobre los
alimentos que adquiere, y si estos son o no son saludables. En este sentido, hace un par de meses, "La Comisión al Parlamento Europeo y al Consejo" emitió un informe sobre la utilización de formas adicionales de expresión y presentación de la información
nutricional, en el que indicaba que era "apropiado introducir un
etiquetado nutricional en la parte frontal de los envases armonizado y obligatorio a nivel de la
UE"
El informe de la Comisión de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para acabar con la obesidad infantil de marzo de 2016 recomienda: "Poner en marcha un etiquetado en el frente del envase fácil de interpretar, apoyado en la educación del público, para que tanto los adultos como los niños tengan conocimientos básicos en materia de nutrición".
Su plan de ejecución de 2017 recomienda adoptar un sistema frontal de etiquetado obligatorio en los envases basado en las mejores pruebas disponibles para indicar
el nivel de características saludables de los alimentos y las bebidas.
Los objetivos que se deben perseguir a la hora de adoptar un
sistema frontal de etiquetado son básicamente dos:
1. Dar información al consumidor, de manera inequívoca, para que pueda adoptar decisiones de compra saludables.
2. Influir en los operadores de las empresas alimentarias para que reformulen sus productos y lo conviertan en opciones saludables.
1. Dar información al consumidor, de manera inequívoca, para que pueda adoptar decisiones de compra saludables.
2. Influir en los operadores de las empresas alimentarias para que reformulen sus productos y lo conviertan en opciones saludables.