martes, 5 de junio de 2018

¿QUIÉN ES EL PEOR ENEMIGO DEL DIETISTA-NUTRICIONISTA?: “EL CEDA”

Dietética o religión, ¡vete tú a saber!



En España un Dietista-Nutricionista (D-N) realiza 4 años de estudios universitarios. En la carrera se debe superar materias tan complejas como bioquímica, fisiopatología, farmacología, microbiología y así hasta un total de cuarenta y tantas asignaturas, entre las cuales están las prácticas de empresa y el trabajo fin de grado, además tendrá que acreditar tener como mínimo un nivel de inglés medio antes de obtener el título. Por otro lado, un gran porcentaje de D-N cursan uno o más másteres, especializándose en alguna de las ramas de esta compleja disciplina.

Sin embargo, en el campo de la nutrición es frecuente que cuando habla un D-N y expresa sus conocimientos científicos o su punto de vista relacionado con algún tema de su profesión aparezca el típico “Cuñado Experto en Dietética y Alimentación” al que a partir de ahora denominaremos CEDA.


Efectivamente, alguno se podrá preguntar que tienen en común una bombera, un amo de casa, un estudiante de medicina, una carnicera o el vecino del quinto; efectivamente, ninguno es D-N, a pesar de lo cual, pueden actuar como perfectos CEDA y saber más de nutrición que un Graduado en Nutrición Humana y Dietética.

Cuando el D-N informa o forma sobre algún tema relacionado con su profesión suele recurrir a bibliografía científica, tira de “PubMed” o “Cochrane”, busca artículos recientes y dilucida el peso científico que estos pueden tener para que a partir de la evidencia existente pueda construir su argumentación, la cual, podrá verse modificada en función de los avances científicos y las estrategias comunes que se planteen desde organismos como la OMS, un congreso internacional o su colegio profesional, entre otros. Un CEDA no necesita tanta parafernalia, para defender su postura, solo necesita haber leído un libro, ver un vídeo en YouTube o haber escuchado a alguien alguna vez en televisión diciendo algo relacionado con la temática del debate que él o ella mantiene con el D-N y muy difícilmente cambiará de opinión.

El CEDA no dudará en poner en duda los conocimientos del D-N con frases como: “pues no todos los D-N dicen lo que tú”, “pues el otro día un médico dijo en la tele lo contrario”, “mira, mira este vídeo de YouTube que verás que no tienes razón”, “pues siempre se ha comido así y nunca ha pasado nada”, “pues yo creo justo lo contrario, porque está demostrado científicamente que…” Por supuesto el CEDA no tiene por qué acordarse del D-N que dice lo contrario, el nombre del médico que dijo otra cosa en televisión, saber en qué se basa el vídeo de YouTube, conocer sobre antropología alimentaria o dar las referencias bibliográficas en la que se basa su afirmación de que “está demostrado científicamente lo contrario a lo que tú dices”. De nada valdrán los años de estudio del D-N, su experiencia, su asistencia a congresos, sus publicaciones, o llegado el caso, los premios obtenidos por su rendimiento académico o su trabajo profesional, si alguien dice lo contrario en un programa de María Teresa Campos.

Para ser honrado tendría que decir que existe otro tipo de CEDA, o mejor dicho, existen los que podríamos denominar padres de los CEDA los PCEDA. Estos son mucho más peligrosos que los primeros, suelen ser personas con titulación sanitaria que se atreven a escribir libros del tipo “Mi superestupendis recetas anticáncer”, “La dieta Montigpuaf”, “La revolución dietética del Dr. Atching”, “Mi método del limón como medicina pá tó los días”, etc. Los PCDA tienen en general una característica común, venden libros y/u ofertan cursos de alimentación a un público entregado que se forma para llegar a ser auténticos CEDA.

Para un CEDA un PCEDA es la máxima autoridad en el mundo de la nutrición y no necesita saber de mucho más, ¿para qué?, ya lo sabe todo. Un verdadero CEDA defenderá la teoría del PCEDA como si se tratara de un gurú religioso y no dudará en argumentar que si su teoría no es aceptada por todos es porque hay intereses económicos que impiden que su teoría prevalezca. Y es que ya se sabe que “la verdad” no interesa a la industria farmacéutica, a los productores de cereales de los EE. UU., a los lobbies de las multinacionales de la alimentación, a MONSANTO o yo que sé a quién.

Un CEDA es un creyente de la alimentación y puede militar en distintas religiones de la dietética como la religión de la dieta “paleo”, la de la dieta “vegetariana”, la de la dieta “crudivegana”, la de la dieta “macrobiótica”, la de la dieta “de los cinco elementos”, la de la dieta de “a mí no me incordies que yo como lo que a mí me da la gana y de algo hay que morir” la de “yo tengo mi propia teoría” o la de “toda la vida se ha dicho lo contrario y no vas a saber tú más que nadie”. Y como todo religioso no necesita ni de PubMed ni de Cochrane, ni de revisiones sistemáticas ni, por supuesto, de metaanálisis, ya que es de dominio público que eso de las estadísticas es una “pura mentira”.

En definitiva los D-N tenemos un duro enemigo al que vencer y al que nos tenemos que enfrentar con mayor frecuencia de lo que lo hace cualquier otra profesión sanitaria: la ignorancia.



José María Capitán
dietista-nutricionista



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Los compañeros del Consejo General de Colegios Profesionales de la Educación Física y el Deporte (Consejo COLEF) sufriendo, al igual que el Dietista-Nutricionista, una problemática similar han realizado una adaptación de este artículo, titulado “Los educadores físico deportivos tenemos un duro enemigo al que vencer y al que nos tenemos que enfrentar con mayor frecuencia de lo que lo hace cualquier otra profesión: la ignorancia”.

7 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo y extrapolable a muchas otras profesiones. Véase mi rama, el Derecho, el íter formativo universitario y de posgrado viene a ser paralelo, y requiere de continuo estudio y formación para que luego tanto cuñados como "periodistas" traten los temas con absoluta vehemencia y sin rigor alguno.

    Lo peor: El común de la sociedad (y a la cabeza los cuñados) se "ilustra" de esa televisión y "periodistas" o tertulianos, no de libros o estudios... con lo que el mal se vuelve crónico.

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  2. En Colombia el pregrado dura 5 años, lo más triste es ver profesionales de nuestra área que se dejen influenciar de los CEDA y PCEDA y no se defienda nuestro criterio desde la ciencia y el sistema y nos convertimos en nuestros propios enemigos, en realidad consideró que sólo nuestro actuar con nuestros pacientes y la contribución favorable en la salud y los estilos de vida es lo único que demuestra nuestra importancia como profesionales nutricionista dietistas idóneos en nuestro actuar. Me disculpan sin ánimos de ofender pero es necesario hablar desde nuestro conocimiento y seguiré diciendo amo la bioquímica con cada ciclo metabólico y la fisiología del ser humano en mi profesión y promuevo el manejo a nivel individual porque todos somos diferentes y la dieta de mi amigo no le servirá a mi hermano.

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  3. Muy buen artículo. Totalmente de acuerdo

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  4. El problema es que no se puede denunciar. No lo llega a ningún puerto.

    Y ahí tienes a semillerias, psicólogas e influencers hablando de nutrición.

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  5. Un post tan interesante como a la par de verídico. Una pena, porque es una realidad. La forma de explicarlo es sublime. Lo comparto por mi perfil. Gracias por tu labor

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  6. Muy importante destacar la verdad, sobre esta problematica y que mucha gente por ignorancia, van con la primera persona que le dan promesas vacías y en realidad ni siquiera tiene los estudios avalados por una institución seria.

    ¡Saludos desde Méjico!

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  7. Que bien me viene justo ahora este post, magico!

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