¿Es equiparable a la dieta mediterránea? ¿Qué evidencia la sustenta?
¿Qué es y en qué consiste la dieta nórdica?
Aunque desde 1980 los países nórdicos trabajan en recomendaciones conjuntas de nutrición, el concepto actual de dieta nórdica (DN), también conocida como nueva dieta nórdica, surgió en 2004 (1). La DN asienta sus principios en un informe publicado en 2010 (2) que fue elaborado con base en las opiniones de expertos en nutrición humana, gastronomía, cuestiones ambientales, cultura e historia alimentaria y de la ciencia sensorial basada en la cultura alimentaria danesa (3). Se desarrolla en países del norte de Europa como Suecia, Noruega, Finlandia, Dinamarca e Islandia. Las últimas Recomendaciones Nórdicas de Nutrición datan de 2012 (4) y actualmente están en revisión (5).
Diferencias entre la dieta nórdica y la dieta mediterránea
¿La ciencia avala la dieta nórdica?
Una revisión exploratoria realizada sobre revisiones sistemáticas y metaanálisis publicados en Medline nos permite conocer más sobre la evidencia que tenemos en la actualidad sobre la dieta nórdica y la salud:
- Relación inversa entre la DN la diabetes tipo 2 y la mortalidad. Con una certeza de estimación entre muy baja a baja (8).
- Resultados contradictorios en distintos estudios sobre la presión arterial (PA). En algunos se observa una reducción de la PA, aunque con una evidencia moderada (9); en otros se sugiere una mejora de la PA (10) y algunos marcadores de lípidos en sangre (11); en otros, en cambio, no se pudieron confirmar el efecto beneficioso sobre la PA (12).
- Prevención de las enfermedades cardiovasculares. En un estudio de 2014 sobre los factores de riesgo cardiometabólicos y su asociación con la DN se obtuvieron resultaron equívocos; por un lado, la adherencia a la DN podía reducir el riesgo de inflamación de bajo grado entre los finlandeses, lo que podría disminuir el riesgo de enfermedades crónicas en la población promedio. Por otro lado, disminuía la concentración de HDL colesterol en las mujeres, por lo que los resultados sobre la salud resultaron controvertidos y sus autores manifestaron la necesidad de realizar más estudios para verificar los beneficios de la DN y el riesgo de ECV (13). Una revisión sistemática, más reciente, de ensayos controlados aleatorios (2021), revelaba que la evidencia sobre el riesgo de enfermedad cardiovascular, aunque con algunos resultados esperanzadores, aún parecía limitado y que aún se requería de más investigaciones para obtener datos concluyentes (14).
- La reducción de la proteína C reactiva en adultos sugiere una atenuación del proceso inflamatorio y mejor salud cardiovascular y se relaciona con los patrones dietéticos altos en frutas, verduras y cereales integrales y con poca carne roja como es el caso de la DN; sin embargo, aún no se pueden sacar conclusiones para la DN debido a la escasez de estudios (15). En otra investigación reciente, los efectos del patrón dietético nórdico tampoco parecen tener efecto sobre los marcadores inflamatorios y, de nuevo, se recomiendan ensayos clínicos con períodos de seguimiento más largos y que incluyan participantes de otras regiones (16).
- Prevención del deterioro cognitivo. Con resultados inconsistentes debido a la considerable heterogeneidad y el sesgo presente en los estudios (17).
- Disminución del riesgo de sarcopenia. El riesgo de sarcopenia aumenta con una dieta alta en grasas saturadas, como ocurre en la dieta occidental. La DN obtiene resultados significativos en la reducción del riesgo de sarcopenia, sin embargo, se necesitarán más estudios debido a que los resultados obtenidos son aún limitados (18).
- Mejora significativa del peso corporal en adultos. En una revisión sistemática y metaanálisis de ensayos clínicos controlados aleatorizados reciente se obtuvieron resultados positivos; sin embargo, los hallazgos no fueron concluyentes debido al número limitado de estudios (19).
-La DN podría no tener un efecto relevante sobre los niveles de glucosa en ayunas, no afectó significativamente a la glucosa en sangre postprandial de 2 h ni al índice de Matsuda (índice de sensibilidad a la insulina obtenido a partir de las determinaciones de glucosa e insulina derivadas de la curva de tolerancia a la glucosa oral), aunque redujo significativamente las concentraciones de insulina sérica. Los autores recomiendan ensayos clínicos bien diseñados y a largo plazo (20).
Habrá que esperar un poco más
José María Capitán
Dietista-nutricionista
NB: Cuatro días después de publicar este artículo se publicó una revisión sistemática y metaanálisis de ensayos controlados aleatorios en el que se compara al aceite de canola con el aceite de oliva dando como resultado que el aceite de canola reduce más el colesterol total, el LDL y el ratio LDL/HDL (21).
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