viernes, 13 de enero de 2017

ALIMENTACIÓN, GÉNERO Y PUBLICIDAD

De cómo nos hacen creer que queremos lo que no necesitamos



Tradicionalmente, la mujer ha llevado el peso y la responsabilidad de la educación alimentaria de toda la familia, no solo en España, ha sido una constante histórica en todas las sociedades en cualquier punto del planeta.

La mujer ha sido la encargada de hacer la compra, cuando no de producir los propios artículos de consumo, seleccionar los alimentos y transformarlos en la cocina, para con ellos alimentar a toda la familia, es decir; ha sido la responsable del cuidado de la salud de sus hijos y de su compañero.

Este modelo de mujer tradicional encargada de las labores del hogar y de la cocina ha cambiado en la sociedad actual. Este cambio, en gran medida, se ha producido debido a su incorporación al mundo laboral y al tímido avance que el hombre ha dado en relación con el reparto de las tareas del hogar y que está propiciando un cambio de paradigma. A pesar de ello, en esencia, la mujer sigue siendo la responsable de alimentar y cuidar a la familia.

Esta realidad social es conocida por los publicistas, quienes tienen a la mujer en el centro de su diana cuando de lo que se trata es de promocionar los productos del supermercado.

Para entender esta afirmación debemos comprender que: