lunes, 29 de mayo de 2017

VEGETARIANOFOBIA

¿Por qué el científico JM Mulet se mete tanto con los vegetarianos y los veganos?


¡Go vegan!
JM Mulet es un científico y escritor, autor del libro “Comer Sin Miedo” entre otros títulos, de muy recomendable lectura. Mulet ha contribuido a mi formación personal y a tener una visión más completa a la hora de desarrollar mi profesión como dietista-nutricionista. He disfrutado de su visión crítica de la alimentación leyendo sus libros y post y me solidaricé con él cuando Mercedes Milá lo llamó gordo como único argumento a las teorías falaces que sobre alimentación mantenía en una televisión pública. Sin embargo, cada vez que toca el tema del vegetarianismo lo hace con sumo sarcasmo y con la misma falta de respeto que la presentadora mostró hacia él en aquella ocasión.

Mulet con mucha frecuencia deja caer algunas de sus ocurrencias por las redes sociales quedándose tan pancho mientras lo jalean sus seguidores. Hoy leía en su perfil la siguiente frase “Si eres vegano, no deberías consumir productos ecológicos, ya que se fertilizan con estiércol de origen animal”

En principio nada ofensivo y de hecho muestra una evidencia, ¿quizá una amable advertencia? Conociendo su trayectoria, creo que en esta frase podemos adivinar que piensa Mulet de los vegetarianos y quizá también nos cuenta algo sobre la personalidad de los propios veganos, vamos a analizarla someramente.

martes, 23 de mayo de 2017

AL FILO DE LA NAVAJA

El estrecho camino entre el divulgador y el gurú de la nutrición


Que conste que siempre he pensado que la dietética debía ser deconstruida y que he sido siempre muy crítico con muchos de los conceptos que he recibido como estudiante de nutrición. Sin embargo, hoy asistimos, sobre todo en las redes sociales, a un fenómeno que aunque empecé a ver con ilusión y simpatía, hoy además me inquieta y me preocupa.

Locos por un like
Sin duda existen grandes referentes en nuestro país de la “nueva dietética”, profesionales de la nutrición, buenos divulgadores y escritores que acercan el concepto de lo sano a la gente de a pie con un mensaje claro e inequívoco que apuesta por una mejor alimentación. Estos nuevos paladines de la alimentación saludable emprenden batallas valientes contra enemigos de gran tamaño, equiparables a gigantescos molinos de viento donde las lanzas parecen no hacer mella, y sin ningún rubor denuncian las malas prácticas de la industria alimentaria, las dudosas estrategias comerciales para vender productos insanos o la indiferencia de la administración ante el problema de salud pública que origina la selección inadecuada de los alimentos que componen la dieta del conjunto de los ciudadanos.

lunes, 22 de mayo de 2017

LA ALIMENTACIÓN HUMANA

Del interés científico al fanatismo moralizante pasando por el esperpento mediático


Siempre nos quedará París
En mi casi medio siglo de vida me he horrorizado y horrorizo en muchas, muchísimas ocasiones de cuán grande puede ser la estupidez humana.

Existe cierta necesidad en el hombre de sentirse especial, único e importante y esto lo manifiesta de diversas formas y maneras. Una de las más características es la necesidad de sentirse agraciado con la verdad, de sentirse elegido. De ello hay numerosos ejemplos en la historia del mundo de la religión o de la política por poner solo dos ejemplos claramente identificables (y no meterme con el mundo futbolístico).

El fanático religioso y el no tan fanático piensan que su fe es la verdadera y esto los diferencia del resto, los cuales están claramente equivocados y son manifiestamente enemigos al no compartir con ellos su verdad. Lo mismo pasa con el que es firme defensor de unos ideales políticos; liberales, comunistas, conservadores, nacionalistas, socialistas o anarquistas, entre otros, todos tendrán en común sentirse poseedores de la mejor solución ideológica para una sociedad siempre necesitada de adoctrinamientos. Y todos, tanto desde la religión como desde la política, esgrimirán argumentos que puedan apoyar su certeza de encontrarse en posesión de la verdad, obviando sistemáticamente los argumentos de sus adversarios o menospreciándolos.