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viernes, 20 de diciembre de 2019

OBESIDAD INFANTIL: EMERGENCIA SANITARIA DE DIMENSIONES PLANETARIAS

¿Cómo queremos salvar el planeta si tan siquiera somos capaces de salvar a nuestros hijos?


Recientemente, se ha celebrado en Madrid la cumbre del clima COP25. Ha sido un nuevo intento de llegar a acuerdos para tratar de frenar el calentamiento global que puede llegar a afectar de forma irreversible a la vida en la Tierra. Sin embargo, los intereses económicos y el cortoplacismo político ha impedido llegar a acuerdos lo suficientemente ambiciosos como para parar el desastre. Una de las estrategias utilizadas, por determinados líderes políticos, ha sido negar que se esté produciendo el cambio climático o que el hombre sea responsable del mismo. Un hecho que ha sido avalado por cientos de informes científicos es tachado convenientemente de alarmista. 

El futuro del ser humano está ligado al futuro del planeta y aquello que degrada al segundo enferma al primero (1). Del mismo modo que es incuestionable la situación de emergencia climática que estamos atravesando, es innegable la situación de emergencia sanitaria en la que nos encontramos y que, del mismo modo que ocurre con el cambio climático, puede condicionar la vida de las generaciones futuras, estoy hablando de la obesidad infantil.

martes, 26 de noviembre de 2019

COMEMOS LO QUE PODEMOS, LO QUE APRENDIMOS, PERO SOBRE TODO, LO QUE SENTIMOS

Emociones, educación, consciencia y obesidad



La ingesta de alimentos está regulada por las sensaciones de hambre y saciedad, lo que explica la razón por la que comemos o dejamos de hacerlo, pero no explica la selección que hacemos de los alimentos que construyen nuestra alimentación.

Los alimentos para nosotros también son emociones, comemos no solo para nutrirnos, comer nos proporciona placer y bienestar, pero también puede despertar en nosotros angustias y miedos. Los alimentos que para algunos son un deleite, para otros generan asco o repulsa: carne, caracoles, insectos, leche, queso azul, huevos fermentados, aceitunas o fresas son solo algunos ejemplos que dividen a los hombres y mujeres entre adoradores y odiadores de estas viandas.

Son muchas las razones que explican que no todos comamos igual, que no a todos nos guste lo mismo, o que no todos deseemos comer de la misma forma.


Factores que influyen en la ingesta de alimentos:

Gestación y lactancia. Nuestras preferencias o aversiones alimentarias ya se ven condicionadas desde la gestación y la lactancia. Una alimentación variada y saludable durante estos periodos favorecerá que el bebé acepte comer de un modo variado y saludable con posterioridad. Los sabores de los alimentos que consume la madre se vuelven familiares, primero para el feto y después para el lactante, y aquellos que no consume su progenitora se tornan sabores extraños, no reconocibles, y su tendencia será la de rechazarlos.

Alimentación en la primera infancia. Los primeros alimentos que consuma el menor construirán su universo de sabores y determinará sus hábitos y preferencias alimentarias. Por ello, no será lo mismo enseñarle a comer frutas, verduras, cereales integrales, legumbres o huevos, que papillas (potitos) de farmacia, cereales dextrinados, galletas o yogures azucarados. El sabor excesivamente dulce o salado de los alimentos ultraprocesados le impedirá apreciar correctamente el sabor natural de aquellos que debe aprender a comer, y podrá condicionar su paladar el resto de su vida, prefiriendo sabores más artificiales y alimentos menos saludables.

La familia y los hábitos aprendidos en el hogar. El momento de la comida debería seguir siendo el momento de la familia, el momento en el que se sabe del otro y se le escucha, y no el de los móviles, la televisión o la tableta. Nuestros desayunos, almuerzos y cenas se han desritualizado y han dejado de ser conviviales. ¿Cómo se comía en tu casa?, ¿el ambiente era tenso o relajado?, ¿se hablaba o se permanecía en silencio?, ¿había que comérselo todo antes de levantarse de la mesa?, ¿los domingos se pedía una pizza o se comía paella?

jueves, 25 de julio de 2019

DESAYUNOS, MERIENDAS Y OBESIDAD INFANTIL: TODO LO QUE TIENES QUE SABER

¿Cereales para el desayuno?, ¿zumo de naranja?, ¿batido de chocolate?...


En el pasado curso de verano celebrado en la Rábida (Huelva), el 11 y 12 de julio: “ODS (Objetivo Dieta Sostenible). Un objetivo global para vivir” (1), Enrique Sánchez, famoso chef y presentador de ”La Báscula” (2), un concurso que anima a sus participantes a perder sus kilos de más, nos confesaba que en sus siete años de emisión televisiva habían logrado hacer bajar a todos sus concursantes un total de 6 toneladas de peso; acto seguido, desvelaba que en 9 de cada diez casos ya habían recuperado todo lo perdido. En el conversatorio posterior a la conferencia yo añadía que esto probablemente ocurría porque no había pasado suficiente tiempo como para que todos hubieran vuelto a su peso original; es decir, 10 de cada 10.

La obesidad es una enfermedad crónica (3), por tanto, una vez que se desarrolla solo podemos aspirar a tratarla y controlarla, pero no a curarla. La persona que padezca esta enfermedad tendrá la tendencia a recuperar su peso una y otra vez a lo largo de su vida tras someterse a múltiples y sufridas dietas de adelgazamiento (4), este es un hecho que cualquier dietista-nutricionista con experiencia puede constatar en su práctica clínica. Solo cuando a la instauración permanente de una dieta saludable se le suma la práctica constante de ejercicio físico moderado o intenso, podemos hablar de resultados duraderos, aunque el único tratamiento verdaderamente eficaz es la prevención.

Basándonos en lo dicho, se entiende la importancia que tiene que durante la niñez y la adolescencia evitemos condenar a nuestros hijos a desarrollar esta patología y les eduquemos en hábitos alimentarios y estilos de vida saludables; las consecuencias de no hacerlo así podrán arrastrarlas durante toda su etapa adulta disminuyendo con ello su calidad y esperanza de vida.

Durante años se ha bombardeado a la población con afirmaciones tales como que el desayuno es la comida más importante del día o que la merienda para los niños es imprescindible. Estas afirmaciones han ido habitualmente acompañadas de campañas de marketing en las que se han propuesto aquellos productos alimenticios que debían incluirse en estas dos comidas, y en la que se ha incitado al consumo de alimentos poco saludables y con altas cantidades de azúcar. Este hecho, sin duda, ha podido contribuir a que en España el 41,3% de los menores de 9 a 12 años tenga exceso ponderal, según el estudio Aladino de 2015 (5).

El desayuno no solo no es la comida más importante del día, sino que se ha convertido en la comida más desequilibrada, solo superado por la merienda, que puede llegar a ser todo un despropósito. Así que, repito, ni el desayuno es la comida más importante del día, todas lo son, ni la merienda es imprescindible, pero ambas hay que aprender a realizarlas correctamente y deben estar constituidas por alimentos que potencien la salud del menor.


¿Qué es lo más importante que tienes que saber para confeccionar los desayunos y meriendas de tu hijo o hija?

lunes, 7 de enero de 2019

CINCO COSAS INACEPTABLES QUE OCURREN HABITUALMENTE Y QUE SE INTERPRETAN COMO NORMALES

Frenar la obesidad infantil: un compromiso que necesita de todos


¡Ponles rostros!
Como nutricionista observo día a día a una sociedad indolente con el sufrimiento que se está inflingiendo a nuestros niños y niñas. Hoy sabemos que la obesidad que se desarrolla en la infancia tiende a perpetuarse en la edad adulta y que esta es origen de multitud de patologías que acortarán la esperanza de vida y afectarán negativamente a la calidad de vida de nuestros hijos. Sin embargo, ni las instituciones públicas, ni los educadores, ni nosotros mismos parecemos darnos cuenta de nuestra responsabilidad en este hecho que se antoja insoportable, y que hoy afecta ya al 41,3% de los niños en España de entre 6 y 9 años (Ref. OMS, Estudio Aladino 2015), los cuales padecen exceso ponderal. Para ilustrar lo que digo voy a relatarte una serie de hechos insólitos que pasan por normales al ser tremendamente habituales y que ni siquiera se plantean como lo que son: una serie de realidades que perpetúan una violencia estructural, continua y consentida por todos, un verdadero maltrato infantil generalizado, y que en su conjunto podemos denominar "crimen contra la infancia".

lunes, 17 de septiembre de 2018

¿CUÁNTA LECHE DEBEMOS DAR A UN NIÑO PARA QUE NO ENGORDE?

El exceso de proteínas se relaciona con la programación metabólica en el menor de tres años para el desarrollo de la obesidad


¿Son correctas las recomendaciones que
hacemos sobre el consumo de leche
 en menores de tres años?
La leche es probablemente uno de los alimentos que genere más debates con relación a sus beneficios en la alimentación humana contando con casi tantos defensores como detractores. Hoy me dispongo a hablar de ella, consciente de que quizá esté destapando una de las cajas de Pandora mejor guardadas del mundo de la nutrición. Cuando termines de leer estas líneas, te aseguro que no quedarás indiferente, y que sentirás la misma urgencia que siento yo para que los males que esconde esta caja, y que perturban a todo buen nutricionista, se desvanezcan para que nunca jamás dañen el futuro de los que más queremos y solo quede en ella el espíritu de la esperanza.

Desarrollar sobrepeso en los primeros años de vida es un importante factor que predispone a ser obesos el resto de la vida (1). Existen numerosos estudios que relacionan el exceso ponderal en la infancia con un consumo excesivo de proteínas, me gustaría mostrarte algunos de ellos:

- “Postnatal High Protein Intake Can Contribute to Accelerated Weight Gain of Infants and Increased Obesity Risk” (2). En este estudio publicado en 2016 se concluye que “Las medidas preventivas contra la obesidad infantil y adulta deberían incluir la promoción de la lactancia materna durante 6 meses o más y el uso de fórmulas bajas en proteínas en lactantes no amamantados”.

- “Protein needs early in life and long-term health” (3). Publicado en 2014. Esta revisión indica que “Existe evidencia emergente de que la ingesta alta de proteínas durante los primeros 2 años de vida es un factor de riesgo para el posterior desarrollo de sobrepeso y obesidad. Por lo tanto, parece prudente evitar una alta ingesta de proteínas durante este periodo. Esto podría lograrse disminuyendo el límite superior admisible del contenido de proteínas de las fórmulas infantiles durante el primer año de vida y limitando la ingesta de leche de vaca en el segundo año de vida”.

lunes, 27 de agosto de 2018

SI PADECES OBESIDAD NO ERES CULPABLE DE ELLO, ERA PRÁCTICAMENTE INEVITABLE QUE ENFERMARAS

La obesidad es incurable, pero tratable



Déjame que te cuente, cuando estudiaba el Grado de Nutrición Humana y Dietética en la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla (España) era frecuente ver entre los alumnos a individuos afectados por sobrepeso u obesidad. En la misma facultad se impartía el Grado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (CAFD), pero entre los chicos y chicas que lo cursaban no se observaba esta problemática, ¿por qué crees que ocurría esto?

En otros artículos te he hablado de la obesidad como de una enfermedad crónica (1) que se puede tratar, pero que difícilmente se puede curar. Lo cruel de esta enfermedad consiste precisamente en que el cuerpo parece tender a volver a alcanzar el máximo peso que logró alguna vez. Es habitual que una persona que se someta repetidas veces a dietas de adelgazamiento a lo largo de toda su vida no logre mantener el peso que desea. Por este motivo, podemos hablar de un fracaso generalizado de las dietas de adelgazamiento a medio y largo plazo. Si padeces esta enfermedad sabrás de qué te hablo, ya que habrás experimentado más de una vez un gran sentimiento de frustración al comprobar esto que te comento. Quizás hayas achacado este fracaso a la falta de adherencia a tu dieta, a que la abandonaste o a que no la mantuviste suficiente tiempo, pero no es así, o desde luego no es solo eso, de hecho serías injusto contigo mismo si lo pensaras o si te fustigaras por ello.


La obesidad es generada y estigmatizada por la propia sociedad en la que vivimos


Antes de continuar me gustaría dejarte algo claro, “el mejor tratamiento para la obesidad es su prevención, es decir, es no desarrollarla jamás y en especial evitarla durante la infancia (2). Y esto, en una sociedad obesogénica como la nuestra, puede resultar complicado para un gran número de personas, ya que el desarrollo de la obesidad no solo depende de uno mismo, de hecho podemos llegar a ser poco determinantes en su origen. Sin tratar de hacer una revisión de todos los factores que influyen en la obesidad, te presento aquí algunas de las causas que justifican que podamos desarrollarla antes siquiera de que lleguemos a tener ningún control sobre nuestra propia dieta, te adjunto algunos enlaces a distintas publicaciones para que compruebes las líneas de investigación que están abiertas, así como algunas de las certezas que ya tenemos sobre los factores determinantes del desarrollo del exceso de adiposidad.

domingo, 15 de abril de 2018

SI HACES DEPORTE, NO TE CORTES: BEBE ALCOHOL E HIDRÁTATE CON REFRESCOS

Esto lo está promoviendo sin cortarse un pelo tu universidad y tu ayuntamiento



Es generalizado que organismos oficiales con responsabilidad en materia educativa o competencias en salud organicen eventos deportivos, y que entre sus patrocinadores se encuentren conocidas empresas del sector de las bebidas alcohólicas o de las bebidas azucaradas.

El patrocinio implica que se promueva entre los participantes el consumo de alcohol o de refrescos durante todo el evento con numerosos reclamos publicitarios y estands donde se pueden adquirir sus productos. Este aspecto se agrava cuando en los mencionados acontecimientos deportivos se permite la participación de menores de edad.

Desde este blog quiero denunciar esta circunstancia que considero inaceptable por los siguientes motivos:

1. Las instituciones públicas deben velar por la salud de sus ciudadanos y promover hábitos saludables.

2. Los eventos deportivos auspiciados por instituciones públicas no deben asociar el deporte con el consumo de bebidas alcohólicas o bebidas azucaradas. 

3. No se debe fomentar el consumo de alcohol ni de bebidas azucaradas especialmente entre los menores.

4. El consumo de alcohol NUNCA es saludable y se asocia a multitud de patologías.


5. El consumo de bebidas refrescantes favorece el desarrollo de la obesidad y de la diabetes entre otras patologías de gravedad.

martes, 28 de noviembre de 2017

EL 41,6% DE LOS ESCOLARES SEVILLANOS PADECE EXCESO DE PESO, PERO ESTO NO SIGNIFICA MUCHO

Curvas de crecimiento, patrones, tablas, criterios, estándares, referencias...


Recientemente, he tenido la oportunidad de asistir al I Congreso de Alimentación, Nutrición y Dietética que ha tenido lugar los días 10 y 11 de noviembre en la ciudad de Zaragoza (España) y que ha sido organizado por la Academia Española de Nutrición y Dietética. Muchos colegas de profesión y otros sanitarios han realizado magníficas ponencias y comunicaciones orales y presentado pósteres cuyos resúmenes pueden leerse aquí.

Durante todo el congreso, se han dado cifras demoledoras de la prevalencia de obesidad infantil, cifras con las que todos estamos familiarizados a pesar de lo dramáticas que resultan. Sin embargo, los datos expuestos frente al atril generalmente no iban acompañados de las referencias que hubieran sido necesarias para entender adecuadamente su significado, poder contextualizarlas y compararlas con otros estudios realizados sobre poblaciones similares en distintos periodos de tiempo y localizaciones. No ha ocurrido únicamente en Zaragoza, los datos de obesidad infantil suelen divulgarse a través de la prensa y otros medios sin señalar qué tablas de referencias se han usado, originando con ello cierta confusión.

La enorme cantidad de estudios realizados cada año en el mundo, teniendo al menor como protagonista, nos enfrentan a una terrible realidad de trágicas consecuencias en el corto, el medio y el largo plazo. Estos trabajos usan distintos estándares de crecimiento y tablas que son empleadas por los distintos investigadores para dar a conocer los datos más relevantes de sus pesquisas. Este hecho origina que las cifras de sobrepeso y obesidad obtenidas sobre una misma población y periodo sean, en no pocas ocasiones, radicalmente distintas.

Un ejemplo de ello lo tenemos en el informe de 2017 “Sobrepeso y Obesidad en Escolares de Educación Primaria de Sevilla”, que se ha dado a conocer recientemente en rueda de prensa y cuyos principales resultados fueron presentados con una comunicación oral en el pasado congreso de Zaragoza con el código 0-090, y que puedes consultar en el enlace del primer párrafo.

El informe aludido ha sido de carácter poblacional, descriptivo, transversal, originado a partir de una muestra representativa de dicha población y ha sido el quinto de estas características llevado a cabo desde el Servicio de Salud del Ayuntamiento de Sevilla desde el año 2009.


El estudio, que ha sido liderado por la Dra. Mª Ángeles García y en el que he tenido la oportunidad de participar junto a las enfermeras Rocío Muñoz y Gema Conejo y la licenciada en estadística Ana Mª Rueda presenta, entre otros, los siguientes resultados:



sábado, 8 de julio de 2017

FIESTA DE CUMPLEAÑOS INFANTIL: CRIMEN ORGANIZADO

Y cuando creíamos que no se podía hacer peor, vamos y lo conseguimos.



Pijamada
Tendría yo unos nueve años, quizá diez, por tanto, estoy hablando de mediados de los años setenta, cuando ocurre la pequeña historia que os voy a relatar. En aquella época no era costumbre, en barrios como el mío, celebrar la fiesta de cumpleaños habitualmente. Eran frecuentes las familias numerosas con cinco, ocho y hasta catorce hermanos y los recursos económicos disponibles hacían sopesar qué gastos eran necesarios y cuáles prescindibles. Con esa edad recuerdo asistir a la primera fiesta de cumpleaños de toda mi infancia, que por cierto fue también la última. Mi amigo Carrión (entonces todos nos llamábamos por nuestro primer apellido) celebraba su cumpleaños en su casa. Acababa de comprarse la primera televisión en color del barrio de la que hubiera conocimiento. Yo siempre sospeché que la fiesta tenía como objetivo secreto presumir de semejante adquisición. Os engañaría si os dijera que recuerdo que alimentos formaron parte de la merienda de cumpleaños de aquel día, pero estoy casi seguro que debió consistir en pequeños bocadillos con diversos rellenos, zumos de frutas recién exprimidos, (todavía no se vendían los de caja) y con toda seguridad alguna tarta casera o bizcocho elaborado por la mamá de mi presumido amigo.

Las cosas han cambiado mucho, ahora es habitual que los niños en edad escolar celebren siempre su fiesta de cumpleaños invitando a una gran cantidad de niños, que a su vez celebran sus fiestas de cumpleaños a las que invitan a más niños. Tampoco es raro que un menor celebre su onomástica varias veces: el viernes en el colegio, el día señalado en casa con amigos y primos y de un modo más íntimo en casa de la abuela, quien con toda seguridad tendrá preparado el enésimo regalo para su amado nietecillo. De hecho, la vida social de nuestros hijos en estas cortas edades es tremendamente activa y los padres no ganamos para regalo.