lunes, 30 de julio de 2018

MITOS ALIMENTARIOS: POPULARES, PELIGROSOS, SORPRENDENTES, RENTABLES, ESTRAFALARIOS…

Test para saber cuánto sabes de mitos en la alimentación




¿Qué son?

Los mitos alimentarios son falsas creencias relacionadas con la alimentación y los alimentos que construyen en el imaginario popular la idea de lo que es sano o deseable y lo que es dañino o perjudicial para nuestra salud.


Juventud, maldito castigo


La dietética, la nutrición o la alimentación son terrenos abonados a los mitos, y en gran medida es responsable de ello su corto recorrido en el mundo de la ciencia. Se puede decir que damos apenas los primeros pasos, a veces muy torpes, en estas disciplinas del conocimiento, y es que para hacernos una idea, al contrario que con las matemáticas que ya demostraban sus fundamentos miles de años atrás, a la primera vitamina la descubrimos hace poco más de un siglo. De hecho, en las últimas décadas, nos hemos reafirmado y desdicho con cada nuevo descubrimiento, revisión sistemática o metaanálisis que nos ofrecía la literatura científica; lo cual ha contribuido a volver loca a la población con eso del "ahora sí y ahora no". Si antes el pescado azul o el aceite de oliva, como recuerdan los más viejos del lugar, eran malos y con el tiempo se volvieron buenos, lo mismo ha pasado más recientemente con el huevo o el café, que han pasado de villanos a héroes en un abrir y cerrar de ojos. Pero no solo eso, si antes había que beber leche desnatada, beber dos litros de agua al día y el desayuno era la comida más importante, hoy es mejor tomar la leche entera para prevenir el sobrepeso y la diabetes, beber cuando se tiene sed y desayunar solo si se tiene hambre, como indica Julio Basulto en su muy recomendable libro “Se me hace bola”; si antes había que comer cinco veces al día, beber zumo natural de frutas y tomar una copita de vino con las comidas, hoy no parece que haya mayores beneficios en fraccionar tanto la ingesta (enlace), la fruta se debe tomar entera (enlace) y debemos evitar el alcohol, incluso en pequeñas cantidades, por su efecto hepatóxico y oncogénico.