jueves, 25 de julio de 2019

DESAYUNOS, MERIENDAS Y OBESIDAD INFANTIL: TODO LO QUE TIENES QUE SABER

¿Cereales para el desayuno?, ¿zumo de naranja?, ¿batido de chocolate?...


En el pasado curso de verano celebrado en la Rábida (Huelva), el 11 y 12 de julio: “ODS (Objetivo Dieta Sostenible). Un objetivo global para vivir” (1), Enrique Sánchez, famoso chef y presentador de ”La Báscula” (2), un concurso que anima a sus participantes a perder sus kilos de más, nos confesaba que en sus siete años de emisión televisiva habían logrado hacer bajar a todos sus concursantes un total de 6 toneladas de peso; acto seguido, desvelaba que en 9 de cada diez casos ya habían recuperado todo lo perdido. En el conversatorio posterior a la conferencia yo añadía que esto probablemente ocurría porque no había pasado suficiente tiempo como para que todos hubieran vuelto a su peso original; es decir, 10 de cada 10.

La obesidad es una enfermedad crónica (3), por tanto, una vez que se desarrolla solo podemos aspirar a tratarla y controlarla, pero no a curarla. La persona que padezca esta enfermedad tendrá la tendencia a recuperar su peso una y otra vez a lo largo de su vida tras someterse a múltiples y sufridas dietas de adelgazamiento (4), este es un hecho que cualquier dietista-nutricionista con experiencia puede constatar en su práctica clínica. Solo cuando a la instauración permanente de una dieta saludable se le suma la práctica constante de ejercicio físico moderado o intenso, podemos hablar de resultados duraderos, aunque el único tratamiento verdaderamente eficaz es la prevención.

Basándonos en lo dicho, se entiende la importancia que tiene que durante la niñez y la adolescencia evitemos condenar a nuestros hijos a desarrollar esta patología y les eduquemos en hábitos alimentarios y estilos de vida saludables; las consecuencias de no hacerlo así podrán arrastrarlas durante toda su etapa adulta disminuyendo con ello su calidad y esperanza de vida.

Durante años se ha bombardeado a la población con afirmaciones tales como que el desayuno es la comida más importante del día o que la merienda para los niños es imprescindible. Estas afirmaciones han ido habitualmente acompañadas de campañas de marketing en las que se han propuesto aquellos productos alimenticios que debían incluirse en estas dos comidas, y en la que se ha incitado al consumo de alimentos poco saludables y con altas cantidades de azúcar. Este hecho, sin duda, ha podido contribuir a que en España el 41,3% de los menores de 9 a 12 años tenga exceso ponderal, según el estudio Aladino de 2015 (5).

El desayuno no solo no es la comida más importante del día, sino que se ha convertido en la comida más desequilibrada, solo superado por la merienda, que puede llegar a ser todo un despropósito. Así que, repito, ni el desayuno es la comida más importante del día, todas lo son, ni la merienda es imprescindible, pero ambas hay que aprender a realizarlas correctamente y deben estar constituidas por alimentos que potencien la salud del menor.


¿Qué es lo más importante que tienes que saber para confeccionar los desayunos y meriendas de tu hijo o hija?

sábado, 13 de julio de 2019

COMER, VIVIR, AMAR EN EL PLANETA TIERRA

Consciencia y Educación para la Sostenibilidad


Del "Somos lo que comemos y con lo que comemos, cambiamos el planeta" al “lo que es arriba es abajo y lo que es adentro es afuera”

Pronto seremos 10.000 millones de personas, 2.500 más que a fecha de hoy, para ello faltan apenas 30 años. Para entonces, habrá que producir un 50% más de alimentos, de los cuales 1/3 serán desperdiciados, igual que ocurre ahora, a pesar de que la producción y el transporte de alimentos son algunas de las actividades humanas que contribuyen más al cambio climático. Dentro de tres décadas tendremos que producir mucha más ropa para vestir a más personas, generar mayor cantidad de energía para abastecernos, haremos mayor uso de la minería y de la industria, talaremos más árboles para ganar terrenos para la siembra, tendremos menos agua disponible sin contaminar, seguiremos cambiando continuamente de teléfonos móviles u otros aparatos electrónicos, convivirán con nosotros menos especies animales y vegetales porque ya se habrán extinguido, generaremos una inimaginable cantidad de basuras cada día que no seremos capaces de reciclar con eficacia, en definitiva, consumiremos muchos más recursos naturales que ahora. En 2050 pasarán todas estas cosas y las viviremos con mucho más calor que ahora, calor que será consecuencia del aumento de la temperatura de la tierra, claro está, si para entonces seguimos teniendo planeta que habitar...