miércoles, 20 de diciembre de 2017

COSAS QUE NO FUNCIONAN Y COSAS QUE SÍ EN UN TALLER DE "EDUCACIÓN NUTRICIONAL"

¡Me aburro! ¿Queda mucho?
.


No funciona / Sí funciona
Una de las actividades que con mayor frecuencia realizamos los dietistas nutricionistas es la impartición de talleres de "Educación Nutricional" o mejor dicho de Educación Alimentaria.

A continuación, voy a contarte aquello que he ido descubriendo a lo largo de los años que no funciona y que, por tanto, resta valor a mi actividad como educador, y aquello que sí logra captar el interés de los asistentes y con lo que aspiro a alcanzar su complicidad.

No funciona centrarse en los beneficios que para la salud tiene una alimentación saludable en talleres para niños, adolescentes o jóvenes universitarios. No funciona hablar de salud a un público que no tiene noción de lo que es la enfermedad, al contrario de lo que ocurre cuando la población a la que nos dirigimos es adulta y/o mayor.

Sí funciona centrarse en aspectos como la solidaridad y la sostenibilidad alimentaria al dirigirnos a un público joven, y de los beneficios que se obtienen al llevar una alimentación saludable en este sentido. En una edad en la que se es naturalmente idealista pesa más los motivos referentes a la salud social y medioambiental que el deseo de obtener, proteger o mantener una mayor salud personal, aunque esta se alcance con la selección de los mismos alimentos.

No funciona llevar un guion de clase y tratar de desarrollarlo a toda costa.


Sí funciona fomentar que tu público te pregunte, no te deje avanzar y te interrumpa constantemente tratando de aclarar sus dudas. Cuando concluyas un taller de esta naturaleza podrás considerarlo todo un éxito si sientes que tus alumnos han sido capaces de satisfacer todas sus dudas o al menos las que más les inquietaban.

No funciona hablar de metabolismo basal o del gasto energético, de clasificaciones de nutrientes, de la definición de caloría, explicar el ciclo de Krebs u otros tecnicismos alejados de los intereses reales de tu audiencia.

Sí funciona aclarar que no hay alimentos que curen el cáncer, que lo importante es la alimentación en su conjunto, aprender cómo se debe leer una etiqueta en el súper o la importancia de excluir los alimentos insanos antes incluso de introducir en la dieta los alimentos sanos. En definitiva, hablar de aspectos prácticos de su cotidianidad, hablar de aquellas cosas que realmente les importan.

No funciona centrar la charla en los alimentos que no deben consumir.

Sí funciona centrar la charla en las alternativas existentes a los alimentos insanos, hablar de la comida real y de los miles de posibilidades que tiene una dieta basada en alimentos de verdad evitando los ultraprocesados. Debemos centrarnos en el mensaje positivo y cuando hablemos de un alimento insano debemos presentar su alternativa saludable.  Al finalizar tu intervención, la sala no debe acabar con la sensación de que nada de lo que hace sirve, y que es un imposible comer bien y seguir siendo felices. No nos centremos en el problema, sino en las soluciones.


No funciona usar un lenguaje demasiado técnico o académico.

Sí funciona usar un lenguaje cercano y que sea capaz de entender cualquiera que se aproxime a tus seminarios. Por supuesto, esta norma podrás matizarla en función del nivel cultural de la audiencia o de si esta está formada por personal sanitario. En definitiva, un buen comunicador debe ajustarse a su público, siendo empático y adaptándose a sus exigencias.


No funciona usar como base para las charlas manuales desfasados. Puede contribuir a que sigas extendiendo bulos y conocimientos ya superados.

Sí funciona basarse en la evidencia científica actualizada. Facilita a tu audiencia los enlaces a las referencias bibliográficas en las que basas tu trabajo, esto te dará mayor credibilidad y hará consistente los conocimientos que impartas.


No funciona dar cifras, porcentajes ni gramos. Los números que no se acompañan de referencias prácticas no aportan gran cosa. Que la distribución calórica de proteínas, lípidos e hidratos de carbono aconsejada por algunos expertos es de un 15%, 30%, 55%, al público en general, le dice lo mismo que si le dijeses que es de un 80%, 3% 17%, es decir nada.

Sí funciona convertir las raciones en volúmenes, en medidas caseras, en frecuencias de consumo, o bien en utilizar la palma de la mano para mostrar a qué nos referimos cuando hablamos de las distintas raciones de alimentos. Por ejemplo, es mejor decir que el tamaño de una ración de carne no debe superar el tamaño de la palma de nuestra mano, o lo que es casi lo mismo, que no debe ser mayor que el tamaño de una baraja de cartas, a que digamos que debe pesar 110 g; es mejor hablar de que debemos consumir un plato de verduras en cada comida principal, a que la cantidad de verduras recomendada es de 400-500 g/día.


No funciona la charla expositiva y demasiado teórica.

Sí funciona el taller participativo y práctico en el que utilices el método interrogativo para buscar la interacción con tu audiencia. El objetivo fundamental de cualquier charla básica de educación alimentaria es que el alumnado aprenda qué comer y a como confeccionar sus propios menús saludables. Yo utilizo para ello el método FICOMESA que diseñé con este fin y cuya explicación introduje en este post. Las actividades prácticas en nuestras sesiones deben buscar afianzar los conocimientos más importantes que queramos transmitir.


No funciona construir conocimientos sin demoler falsas creencias.

Sí funciona hablar de lo que es cierto en alimentación desmintiendo lo que es erróneo. Cuando des unos cuantos talleres verás que las preguntas que te hacen habitualmente son siempre las mismas: ¿la fruta de postre engorda?, ¿el pan, los frutos secos o el aguacate engordan?, ¿engorda cenar de noche hidratos de carbono?, ¿es mejor la estevia para adelgazar?, ¿qué es más saludable la mantequilla o la margarina?, ¿y qué engorda menos?, ¿el aspartamo provoca tumores en el cerebro?, ¿cuándo debemos obligar a comer a un niño?, ¿se puede tomar un yogur caducado?, ¿si tomas "Actimel" dejas de fabricar tus propias bacterias beneficiosas?... y como estas o parecidas unas cuantas más. Puedes centrar tu charla en las falsas creencias o mitos desde un principio, pero si no lo haces así debes prepárate a desterrarlos en el apartado de ruegos y preguntas, porque la gente está ansiosa por saber y tiene un lío tremendo con las informaciones que de un modo contradictorio e interesado se vierten desde los distintos medios de comunicación, este será gran parte de tu trabajo.

No funciona ser demasiado reduccionistas y centrar el mensaje de una alimentación saludable solo desde la perspectiva de los beneficios que se obtienen para la salud, resulta demasiado manido.

Sí funciona expandir las fronteras de lo que significa comer bien y de su importancia para la salud del planeta introduciendo conceptos como alimentos de cercanía o de temporada, comercio justo, reciclaje, desperdicio de alimentos, contaminación medioambiental, gases de efecto invernadero, economía circular etc. Haciendo entender que elegir qué se compra es un acto político en sí mismo y que, por tanto, nuestro carro de la compra debe convertirse en un carro de combate, como "grita" el doctor José Esquinas Alcázar en cada una de sus conferencias magistrales.

No funciona no llevar bien preparada tu charla. Cuando das respuestas erróneas o poco precisas tus alumnos lo saben, se lo dirán tus gestos de inseguridad y además lo percibirán como una falta de respeto por tu parte hacia ellos.

Sí funciona decir que no lo sabes, así de simple. Si bien es cierto que el 95% de las preguntas siempre son las mismas y estas aprendes a superarlas tras tus primeras intervenciones, lo cierto es que siempre te podrán hacer alguna para la que no tengas respuestas en ese momento, entonces, lo mejor que puedes hacer es reconocer que lo ignoras. El público apreciará tu sinceridad y será mejor siempre a que des cualquier respuesta errónea que confunda y termine dañando tu reputación. Cada pregunta que te hagan y no sepas, anótala, si puedes envía la respuesta a quien te la formuló o haz que forme parte de los apuntes que entregues con posterioridad. Ten en cuenta que si te hacen una pregunta una vez es muy probable que vuelvan a formulártela en otra ocasión.
∞∞∞


Creo que la docencia es una de las partes más nobles de este apasionante trabajo nuestro. Es muy gratificante llegar a influir positivamente en la vida y en la salud de otras personas, es parte de la magia de esta profesión, por eso deseo y espero que este post “SÍ TE FUNCIONE”.



José María Capitán
dietista-nutricionista





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9 comentarios:

  1. gracias!

    has sido de mucha inspiración en un momento crítico de mi carrera

    por eso, gracias!

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  2. Muchas gracias!! Es gratificante que se comparta lo que se sabe, incluso lo que se ha hecho erróneamente, para saber lo que funciona

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  4. Me siento muy identificado con muchos de los puntos que has expuesto de forma muy clara. Siempre aprendo de cada charla que doy. Al final aunque sigas un guión general, has de estar preparado para la improvisación y lo inesperado y eso te hace aprender mucho.
    Gracias por compartir tus experiencias. Un cordial saludo.

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  5. Gracias por la información, Muchas de las cosas que no funcionan, las he vivido en mi propia actividad. La charla "por descubrimiento" exige mucho conocimiento y preparación.

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  6. Excelente! gracias por la información me ha sido de mucha utilidad!

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