Fiestas y excesos dietéticos
Una de las características de estas fiestas es, precisamente, la de los
excesos dietéticos que se suelen cometer. Me refiero a la cantidad
ingente de dulces, mantecados, turrones, polvorones, frutas escarchadas,
mazapanes, frutos secos recubiertos de delicioso chocolate, panetones, bombones de licor y otras bombas calóricas que desde finales de octubre
la mayoría de las cadenas de supermercados ponen ya a la venta. Y es que no es
fácil no dejarse seducir por una campaña de Navidad que nos invita machaconamente
a consumir los productos "propios de las fiestas" dos meses antes del
24 de diciembre, a ritmo de villancico, y que acaba con los restos de los
dulces navideños que hemos ido atesorando en las bandejas del salón y los
estantes de la alacena, allá hacia finales de enero. Si además vives en
una ciudad como la mía y te das un paseo por el centro, verás en casi cualquier
esquina puestos de churros, de dulces navideños, de gofres, de algodones de
azúcar, de frutos secos garrapiñados, de..., de... y de... entremezclados con
el alumbrado que indica claramente que tienes permiso para atiborrarte.
Una de las características de estas fiestas es, precisamente, la de los
excesos dietéticos que se suelen cometer. Me refiero a la cantidad
ingente de dulces, mantecados, turrones, polvorones, frutas escarchadas,
mazapanes, frutos secos recubiertos de delicioso chocolate, panetones, bombones de licor y otras bombas calóricas que desde finales de octubre
la mayoría de las cadenas de supermercados ponen ya a la venta. Y es que no es
fácil no dejarse seducir por una campaña de Navidad que nos invita machaconamente
a consumir los productos "propios de las fiestas" dos meses antes del
24 de diciembre, a ritmo de villancico, y que acaba con los restos de los
dulces navideños que hemos ido atesorando en las bandejas del salón y los
estantes de la alacena, allá hacia finales de enero. Si además vives en
una ciudad como la mía y te das un paseo por el centro, verás en casi cualquier
esquina puestos de churros, de dulces navideños, de gofres, de algodones de
azúcar, de frutos secos garrapiñados, de..., de... y de... entremezclados con
el alumbrado que indica claramente que tienes permiso para atiborrarte.

