domingo, 22 de marzo de 2020

ALZHEIMER: NUTRIENTES, FITOQUÍMICOS, SUPLEMENTOS Y PATOLOGÍAS ASOCIADAS

¿Podemos prevenir o retrasar la aparición del Alzheimer? (3)


Mírame, yo no puedo acordarme de ti, pero por 
favor, tú no me olvides, quiero seguir en tus 
recuerdos, esos que yo ya no poseo
Mi abuela fue ingresada en la residencia de la tercera edad ubicada en la plaza del Pozo Santo, cerca de la plaza de la Encarnación, en el corazón de Sevilla.

Abuela, ¿cómo estás? sonríe, pero no dice nada. Está cubierta por mantas que apenas dejan ver su rostro, hace frío en la habitación. 

Está muy bien, hoy ha comido un poquito más que ayer comenta la religiosa encargada de sus cuidados.

¿Te tratan bien aquí? sonríe, pero no dice nada. Comparte estancia con otras ancianas de miradas perdidas que parecen buscar a las visitas que no llegaron.

Lo único es que apenas quiere levantarse de la cama —vuelve a intervenir la monja.

¿No quieres levantarte y dar un paseíto? sonríe, pero no dice nada. Le cojo las manos que ahora deja asomar de entre las sábanas a la altura del cuello. Las tiene muy frías, se las froto un poco, pero no calientan.

Mi abuela había sido ingresada hacía tan solo unas semanas. Ya casi no se levantaba de la cama y no hablaba, pero mantenía en su semblante una dulce sonrisa. Parecía agradecer que fuera a visitarla, aunque estaba seguro de que no me reconocía. Unos días después se cayó de la cama, se fracturó la cadera y ya no volví a verla nunca más.

Mi mente se calla, solo escucho el silencio, y tras 
el silencio, más silencio, solo eso, nada más
En la tercera etapa de la enfermedad de Alzheimer (EA), se ven afectadas todas las facultades intelectuales. Se observa rigidez muscular y resistencia al cambio postural. Es posible que aparezcan temblores y crisis epilépticas. El enfermo de Alzheimer no reconoce a sus familiares, incluso es probable que no se reconozca en el espejo. Se muestra tremendamente apático, pierde la capacidad de vestirse, lavarse, comer o andar. Pierde en cierta medida la capacidad de respuesta ante el dolor y presenta incontinencia urinaria y fecal. La persona puede terminar encamada y con alimentación asistida.


COMPONENTES DE LOS ALIMENTOS

Ácidos grasos poliinsaturados

Es poco consistente la evidencia de que la suplementación con AGPI sea beneficiosa; mientras que algunos estudios describen alguna mejora en pacientes con demencia o EA muy leves, los resultados son prácticamente inexistentes cuando los suplementos se suministran en estados más avanzados de la enfermedad (1, 2). Ni tan siquiera existe una evidencia adecuada que permita afirmar que los suplementos de AGPI w-3 mejoren el rendimiento cognitivo o que puedan prevenir la demencia en mayores de 75 años (3). En la misma línea, una revisión Cochrane publicada en 2016  indica que no encuentra ni beneficios ni efectos adversos de estos suplementos para la EA leve o moderada (4), algo que confirma un análisis posterior realizado a esa misma revisión un año después (5).


Las grasas saturadas

Aunque con precaución, se puede decir que existe una asociación perjudicial entre la ingesta de grasas saturadas y el deterioro cognitivo (6) y la EA (7). Probablemente, esto ocurra porque el consumo de grasas saturadas también esté asociado a otras enfermedades que predisponen a su vez a la EA.


Vitaminas del complejo B

El déficit dietético de folatos podría aumentar el riesgo de demencia (8). Es un factor de riesgo potencial para el deterioro cognitivo que aumente la homocisteína sérica. La suplementación con vitamina B9 junto a B12 y/o B6 podría reducir el deterioro cognitivo al disminuir los niveles de homocisteína en la EA u otras demencias. Sin embargo, la suplementación que sí demostró ser efectiva para reducir los niveles de homocisteína en suero, no logró una mejora cognitiva en los enfermos estudiados (9). 


Vitamina D

Los receptores de vitamina D están presentes en las regiones del cerebro responsables del desarrollo de la memoria y las funciones cognitivas, y pueden estar involucrados en la eliminación de la placa amiloide que se acumula en el cerebro. En algunos estudios se ve una relación entre la deficiencia de vit D, la demencia y/o la EA (10, 11), en otros, esta relación parece marginal (12), algo con lo que no coincide un paper publicado en BMC Neurology hace tan solo tres meses, en el que se encontraba que a mayor deficiencia mayor riesgo de padecer demencia o EA (13). 


Vitamina E

La vitamina E actúa como antioxidante para eliminar los radicales libres tóxicos. Los radicales libres pueden contribuir a los procesos patológicos existentes tras el deterioro cognitivo, por lo que se ha generado gran interés por el uso de suplementos de vitamina E para tratar el deterioro cognitivo leve y la EA, en especial, porque la EA se asocia con una baja concentración de vitamina E en suero en las personas mayores (14). A pesar de ello, en una revisión Cochrane publicada en 2017 no se encuentran evidencias de que la forma alfa-tocoferol de vitamina E administrada a personas con EA fuera eficaz; no encuentra evidencias de que afecte a la cognición, aunque podría retrasar el deterioro funcional (15). Otro estudio publicado en Neurociencia Nutricional en marzo de 2019 tampoco encontró evidencia sobre la asociación o la correlación entre la vitamina E y la EA (16).


Magnesio

La EA parece estar asociada a un estado más bajo de este mineral. Los pacientes con EA pueden mostrar concentraciones de Mg significativamente más bajas en el líquido cefalorraquídeo  y en el cabello en comparación con controles sanos, y valores de Mg significativamente más bajos en plasma y en glóbulos rojos en comparación con controles médicos. El Mg ha demostrado, en la investigación in vitro, estar involucrado en los trastornos neurológicos degenerativos, pero se necesitan más estudios para ver el verdadero papel que juega este mineral en la EA (17).


Manganeso

El Mn es un mineral clave en la salud humana y en el sistema nervioso, y se asocia con algunos trastornos neurodegenerativos y en la progresión de la EA. Se ha observado que los enfermos de Alzheimer tienen el metabolismo desregulado de este mineral. Los pacientes de EA tienen niveles de Mn en suero significativamente más bajos en comparación con controles sanos. Por ello, serían necesarios más estudios para dejar claro los mecanismos que son responsables de la deficiencia de Mn en pacientes con EA, sin descartar los déficits dietéticos (18).


Polifenoles

Los alimentos ricos en polifenoles se han relacionado con un menor riesgo de EA. Son ricos en polifenoles el café, el té verde y negro, el vino tinto, frutas y verduras, chocolate y aceite de oliva. Los polifenoles son antioxidantes y antiinflamatorios, y tanto el estrés oxidativo como la inflamación son dos procesos involucrados en el mecanismo de envejecimiento que podrían estar implicados en el desarrollo de la EA. Sin embargo, la evidencia de que los polifenoles puedan tener efectos beneficiosos contra la EA es insuficiente (19).


SUPLEMENTOS

Cuando se estudian los efectos de los suplementos aislados de antioxidantes, inositol, vitamina B, triglicéridos de cadena media, omega-3, fórmulas poliméricas, polipéptidos y vitamina D y se miden los efectos sobre el estado cognitivo y las capacidades funcionales, no se encuentran evidencias convincentes de que puedan proporcionar un beneficio significativo (20). Tampoco se encuentra evidencia suficiente como para recomendar el consumo de suplementos de venta libre para la protección cognitiva en adultos con cognición normal o deterioro cognitivo, tales como el Ginkgo biloba, la vitamina D + calcio, vitamina C o el betacaroteno, los suplementos de múltiples ingredientes u otros suplementos (21).


PATOLOGÍAS ASOCIADAS

Obesidad

Existe evidencia que respalda la asociación positiva entre sobrepeso y obesidad en la mediana edad (por debajo de los 65 años) y el posterior desarrollo de demencia. Uno de los problemas para evaluar si el exceso ponderal se asocia causalmente con la demencia es que este también está relacionado con otras comorbilidades que podrían aumentar el riesgo de desarrollar EA; un ejemplo de ello son las enfermedades cardiovasculares. No obstante, la asociación obesidad y EA también podría ser explicada por factores mecanicistas o genéticos (22, 23, 24).


Diabetes tipo 2

La diabetes tipo 2 puede favorecer el deterioro vascular y neurodegenerativo. Para algunos investigadores el riesgo de EA y, por tanto, de deterioro cognitivo, es mayor entre las personas que padecen diabetes en relación con la población general (8232425), para otros, en cambio, esta asociación no está tan clara (26). Algo que sí debemos tener en cuenta es que tanto la EA como la diabetes tipo 2 tienen variantes genéticas comunes, lo que puede resultar interesante de cara a plantear nuevos objetivos terapéuticos (27). Además, algunos autores han relacionado el uso de antidiabéticos orales con una mejora de la cognición en enfermos con Alzheimer y deterioro cognitivo leve, siendo la pioglitazona de 15 a 30 mg la que tiene mejores resultados en relación con el placebo (28). 


Hipercolesterolemia

La relación entre el colesterol y la enfermedad de Alzheimer (EA) está respaldado por la identificación de grupos de genes que influyen en la unión de los lípidos y el metabolismo en el cerebro, también hay estudios epidemiológicos que vinculan la hipercolesterolemia en la mediana edad con el aumento del riesgo de padecer EA tardía (29). Por su parte, aunque algunos estudios sugieren que el uso de estatinas podría tener un efecto protector frente a la EA, no existen evidencias suficientes como para proponerlas como un tratamiento eficaz en esta enfermedad (30).


Enfermedad coronaria  

La enfermedad coronaria se asocia con un mayor riesgo de deterioro cognitivo en estudios de cohorte prospectivos. Ambas comparten factores de riesgo compartidos como pueden ser el tabaquismo, la inactividad física o la obesidad. Sin embargo, que la enfermedad coronaria pueda favorecer la EA o la demencia en general es todavía incierto (31, 32). 


Hipertensión

La hipertensión es uno de los factores de riesgo modificables en el desarrollo de la demencia (2324), si bien, no todos los estudios encuentran esta correlación (8). En cuanto a los fármacos hipertensivos, para algunos autores, su uso podría reducir la incidencia de demencia, pero no ocurriría lo mismo para la EA (33).


Cáncer

La EA y el cáncer son enfermedades relacionadas con la edad, una es degenerativa y la otra es sobreproliferativa. Muchos factores que están regulados al alza en cualquier cáncer, y que mantienen el crecimiento y la supervivencia celular, están regulados negativamente en la EA, contribuyendo a la degeneración neuronal. Existe, por tanto, una asociación inversa entre la EA y el riesgo de desarrollar cáncer (34, 35, 36).



Un día después del día de los enamorados, 15 de febrero de 2020, es el cumpleaños de mi padre.

Estoy junto a ti, no temas, no estás solo;
caminaremos cogidos de la mano hasta alcanzar
 la línea que separa el cielo del océano
Feliz cumpleaños, papá, ¡ya son 81!

¡Uff!, eso ya son muchos, mejor dale la vuelta y dime que tengo 18 mi padre siempre ha sido muy bromista y, a pesar de la edad, conserva intacto su buen humor.

Bueno, 18 años en cada pierna y cada brazo, y todavía te quedan por repartir unos cuantos nos reímos los dos.

Papá, ¿por qué no te has venido al campo, a casa de Inma?

Es que hoy vendrán mis hijos y quiero pasar el día con ellos.

¿Tus hijos?, ¿entonces Inma quién es?

¿Inma?, mi sobrina.

¡No, papá!, Inma es tu hija.

¿Mi hija? —su cara de desconcierto y miedo me recuerda a la que veía décadas atrás en el rostro de su madre, mi abuela.

Esta historia, de momento, no tiene fin.



Páginas Webs consultadas:



José María Capitán
dietista-nutricionista




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