Entrevista a María Rodríguez Lazo y
Laura Ramírez Martínez
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María Rodríguez Lazo (izquierda) y
Laura Ramírez Martínez (derecha) |
¿Piensas que la nutrición infantil es una especialización con
futuro? María y Laura están convencidas de ello. Ambas trabajan en el Instituto Hispalense de Pediatría y son pioneras en España en este
difícil campo profesional. Las conocí hace más de 10 años, mientras cursábamos
la carrera de Nutrición Humana y Dietética en la Universidad Pablo de Olavide
de Sevilla. Laura pertenece a la primera y María a la segunda promoción de una carrera
tan novedosa que tiene apenas unos cientos de graduados en toda Andalucía. Con
ambas tuve la oportunidad de compartir muchas asignaturas y a pesar de la
diferencia de edad que había entre los tres, yo comencé la carrera con 42 años,
creo que conectamos bien desde un primer momento. Algunas de las características
que siempre han destacado en ellas han sido su entusiasmo y seriedad en todo aquello
que les ocupara, algo que ha tenido un claro reflejo después en su trayectoria
profesional.
Mis dos estimadas colegas acumulan ya cuatro años de
experiencia en pediatría. En este tiempo han adquirido una visión de la
profesión que estoy seguro será de gran utilidad para aquellos estudiantes o
profesionales de la nutrición que estén pensando en dedicarse a la clínica orientada
a la alimentación de los más pequeños.
En primer lugar quiero
daros las gracias por aceptar esta entrevista a través del Skype, una vía estupenda de comunicación dado estos tiempos
de confinamiento.
LAURA RAMÍREZ MARTÍNEZ: Gracias a ti por invitarnos a asomarnos
a tu blog
MARÍA RODRÍGUEZ LAZO: Un placer José María
Las dos os ajustáis al
perfil de la dietista-nutricionista (d-n) en España, como el 88% de los
profesionales de la nutrición sois mujeres y como es propio de una profesión
tan nueva sois muy jóvenes, 26 y 28 años respectivamente. ¿Qué os atrajo de la nutrición
pediátrica como para dedicaros a ello profesionalmente?
LAURA: Fundamentalmente fue vocación, porque me gustan los
niños y porque desde que cursé la asignatura de nutrición infantil en la
carrera tuve claro que era a esto a lo que quería dedicarme.
MARÍA: A mí me pasó todo lo contrario que a Laura, yo nunca
me imaginé trabajar con niños, creí que mi trabajo se orientaría a los adultos,
pero cuando conocí más a fondo esta especialidad, me llenó tanto, que decidí
dedicarme exclusivamente a ella. Es un trabajo precioso y muy diferente al
trabajo que se desarrolla en otras edades.
Además de vuestro
trabajo en el Instituto Hispalense de Pediatría (IHP) desarrolláis otros
trabajos como nutricionistas?
MARÍA: Antes tenía una consulta privada, pero debido a la
enorme demanda que tenemos en Sevilla, en el IHP, ahora me dedico
exclusivamente a la nutrición pediátrica. Al principio, los médicos eran muy
reticentes a derivar a sus pacientes al servicio de nutrición, pero cada vez es
más frecuente que pongan en valor al d-n y tengamos más trabajo procedente de
más especialidades médicas, por lo que en la actualidad tenemos incluso una lista
de espera bastante larga.
LAURA: En Córdoba la situación es diferente, al ser una ciudad
más pequeña tiene menos densidad de pacientes que Sevilla y esto me permite
mantener mi consulta privada. Además, colaboro desde hace ya algún tiempo con ALCER, la Asociación para la Lucha Contra las Enfermedades Renales
a la que también dedico parte de mi tiempo.
Las dos tenéis una
fuerte presencia en las redes sociales y realizáis una importante labor
divulgadora y docente, ¿podéis contarme algo de esto?
MARÍA: Tengo una página en las redes sociales denominada “No es pienso, luego es pisto” en la que hablo de mi trabajo. Colaboro
asiduamente con Canal Sur Radio y TV; desde el IHP se ha creado Radio IHP, en
la que también participo, y en la que se hace divulgación de todas las especialidades
médicas pediátricas; a través de la Fundación IHP colaboro
con la Fundación MAS y, al mismo tiempo, desarrollo cierta
actividad docente dirigida a padres y médicos e imparto clases en la Universidad Pablo de Olavide en cursos oficiales de posgrado. Otra de las actividades en las que estoy implicada es en la elaboración
de temarios de másteres para universidades como la Autónoma de Madrid, la Cardenal Herrera de Valencia o la Universidad Católica de Valencia.
LAURA: La labor de divulgación es algo que me apasiona, el poder compartir conocimiento y llegar a la población es algo increíble. Actualmente publico
información de interés en mis redes y en las de NutriC, empresa que coordino
junto con otro compañero de profesión y donde puedo trabajar en equipo con
otros dietistas-nutricionistas. Además
colaboro como docente en distintos másteres propios relacionados con la
nutrición clínica y pediátrica.
Laura tú tienes
estudios específicos en nutrición pediátrica, ¿no es así?
¿Y fue a través de este
máster que entrasteis a trabajar en el IHP?
LAURA: Bueno en el caso de María sí, ya que ella hizo las prácticas del Máster
allí. En mi caso, fue a través de Alfonso Rodríguez Herrera, el
profesor que me había dado la asignatura de nutrición infantil en la
carrera. y con el que hice las prácticas del Grado. Además, al
realizar las prácticas del Máster en el Área de Endocrinología Pediátrica del
Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba y contar con cierta experiencia
profesional en nutrición clínica, el me propuso abrir el servicio en mi ciudad,
en Córdoba y, por supuesto, acepté encantada.
MARÍA: Cuando yo me incorporé, en Sevilla ya existía un
servicio de pediatría. Sin embargo, este no cubría las expectativas de Alfonso,
quien nos propuso a mí y a otra compañera del máster, Laura Coto, iniciar un servicio nuevo y
actualizado. Este proyecto nos ha costado a Laura y a mí sangre, sudor y
lágrimas, ya que suponía empezar de cero, sin materiales ni protocolos.
Materiales y protocolos que hemos tenido que ir creando nosotras mismas y que hoy
nos permiten realizar un trabajo muy complejo con una gran eficacia. Hay que
tener en cuenta que al ser un servicio de especializaciones pediátricas llegamos
a ver todo tipo de casos. Todo esto ha valido la pena, porque el número de
pacientes se ha incrementado en un 3000 por ciento en los cuatro años que
llevamos trabajando allí.
¿Cuáles son vuestros
referentes en el mundo de la nutrición pediátrica?
LAURA: Yo lo tengo claro: Alfonso Rodríguez Herrera. Desde que comencé sus clases despertó en mí
el entusiasmo que hoy siento por la nutrición pediátrica.
MARÍA: Coincidimos las dos, Alfonso es un pediatra
maravilloso que tiene siempre la nutrición muy presente, que siempre está en
continua actualización y siempre nos ha valorado muchísimo. De hecho, gracias a
él las dos trabajamos aquí y aunque él está ahora en Irlanda, en un hospital
comarcal, sigue siendo nuestro gran referente.
¿Y algún nutricionista
que sea actualmente un referente para vosotras?
LAURA: Es complicado porque todavía no hay muchos
"nutris" que se dediquen a esto. Nosotras hemos aprendido sobre
todo de pediatras, en concreto de gastroenterólogos, neurólogos, endocrinos y
alergólogos y hemos formado un gran equipo junto con Laura Coto y Ana
Zurita.
MARÍA: Es cierto, además, yo nombraría también a otras compañeras que
están haciendo una labor encomiable, como puede ser nuestra compañera Marta Tejón que está en Almería o Marta Herrador de Málaga,
así como otras grandes profesionales que desarrollan su trabajo por toda
Andalucía. También hay que destacar la labor que realizan las nutricionistas de
los hospitales Vall D’Hebron y Sant Joan de Déu de Barcelona, cuya trabjo es muy especializado,
trabajando cada una de ellas en distintas unidades, como la de disfagia o la de
epilepsia, por poner solo algunos ejemplos. Ese nivel de especialización, ahora
mismo, aquí es impensable. En cierta manera, todas nos conocemos y formamos un
grupo en el que todas avanzamos juntas en una misma dirección.
¿Cuáles creéis que son
las debilidades y las fortalezas para cualquier “nutri” que actualmente
quisiera dedicarse a la nutrición pediátrica en España?
LAURA: Una de las debilidades que yo destacaría es que la
formación en nutrición pediátrica es, en cierta medida, bastante deficiente. En la Universidad se le dedica poco tiempo,
solo una asignatura en un único cuatrimestre. Es verdad que existe la
posibilidad de cursar luego un máster de especialización, pero ni siquiera este
te permite prepararte debidamente para la práctica clínica con suficiente
soltura. Otra importante debilidad es que aún no estemos en el Sistema Nacional
de Salud, y que quien precise de nuestros servicios debe optar por dirigirse a
una clínica privada.
MARÍA: Como fortaleza yo destacaría que este es un
mundo maravilloso, yo me emociono muchísimas veces en consulta. La ilusión que
desprenden los niños se te contagia. Te puedo decir que los he echado muchísimo
de menos durante este confinamiento y me siento muy feliz de volver a la
consulta y volver a ver sus caras, ahora ya en la desescalada. Ellos me
escriben mensajes y y me dicen que me han visto en la tele y que estaba
muy guapa, que tienen muchas ganas de verme, aunque no puedan darme un
abrazo; en fin, esa sensación es indescriptible.
LAURA. Además que sabes que lo que estás haciendo en estas
edades se va a ver reflejado en la edad adulta, ya que es en los primeros años
donde se forman los hábitos dietéticos y donde se cimenta la salud, lo cual
resulta aún más gratificante.
MARÍA: Y también que los padres hacen todo por los niños. El
adulto cuando asiste a la consulta se muestra muy reticente a los cambios, pero
cuando viene por su hijo, hace de todo; si cree que es lo mejor para el
niño, pues allí que va. Esto marca una gran diferencia y hace que este trabajo
sea aún más satisfactorio.
¿Cuáles fueron vuestras
principales dificultades para adaptaros al trabajo que actualmente realizáis en pediatría?
LAURA: Como te hemos comentado antes, una de las mayores
dificultades, fue la falta de materiales específicos para nutrición pediátrica
y de protocolos adaptados. Una vez elaborados, la inversión de tiempo en la consulta se ha reducido
y hemos ganado en eficacia.
MARÍA: Otra de las dificultades que inicialmente tuvimos fue que
los médicos no nos derivaban suficientes pacientes. Pero una vez que se dieron
cuenta de todo lo que podíamos hacer, esto cambió mucho; en definitiva, le
sacamos muchas castañas del fuego, porque ellos no tienen ni tiempo suficiente
ni los recursos adecuados para realizar nuestro trabajo. Hoy recibimos
derivaciones desde todas las especialidades: neurología, gastroenterología, alergología,
endocrinología…, de todas.
¿Tenéis oportunidad de
realizar labores investigadoras en vuestro trabajo?
MARÍA: En realidad sí. Existe un área dentro del IHP que se
dedica a la investigación. Es cierto que cuando Alfonso trabajaba con nosotras
era más fácil publicar, puesto que él tenía una gran relación con la
Universidad y dirigía tesis doctorales. Hoy disponemos de muchos casos clínicos
que nos gustaría dar a conocer; pero que, en más de una ocasión, solo compartimos
en algún congreso o en alguna conferencia, sin llegar a publicarlos. Es una
labor que me gustaría desarrollar mucho más en el futuro, ya que creo que
podría ayudar a otros nutricionistas que quisieran dedicarse a esta
especialidad. Del mismo modo, me gustaría crear un “Experto en Nutrición
Pediátrica”, para que los estudiantes al salir del grado tuvieran la opción de
adquirir una mayor especialización.
¿Qué casos son los que
tratáis con mayor frecuencia?
MARÍA: Tanto Laura como yo vemos mucho sobrepeso y obesidad
infantil. Aquí en Sevilla hemos creado el programa “VAMOS” cuyas siglas significan: Abordaje
Multidisciplinar de la Obesidad y el Sobrepeso, la “V” inicial es la de la
Victoria. Desde este programa abordamos esta patología en grupo, tanto con las
familias como con los niños, obteniendo una respuesta muy positiva en relación
a la que podríamos llegar a tener con la consulta individual. El programa lo
creamos junto a una psicóloga y un endocrino y ha sido aceptado como Proyecto
Estratégico por la Red Española del
Pacto Mundial. Esta Red
depende de la Organización de las Naciones Unidas y promueve que las empresas
grandes, medianas y pequeñas orienten su actividad a la consecución de los
Objetivos de Desarrollo Sostenible marcados en la Agenda 2030.
Si bien, en un principio, se nos conocía sobre todo por el
tratamiento de la obesidad, hoy vemos también diabetes, muchos problemas
gastrointestinales (disbiosis intestinal por sobrecrecimiento bacteriano,
celiaquía, intolerancia a la fructosa, Crohn…), alergias alimentarias, tratamos de la conducta alimentaria y
errores congénitos del metabolismo, entre otras. Por ejemplo, esta tarde tengo
una aciduria glutárica y una argininémia que nos derivan del Hospital Virgen del Rocío, allí
solo los pueden ver cada seis meses y los padres buscan en nosotras una mayor
orientación y que estemos más encima de sus hijos. Aunque quizás la dieta que más
me emociona, por el cambio que supone en la vida del niño, es la dieta
cetogénica para epilepsia refractaria. Esta dieta para mí es la verdadera dieta
milagro, y no la dieta
de la piña o la dieta détox —María ríe de manera franca, mientras Laura asiente
con una sonrisa— El cambio que se produce en los niños que llevan esta dieta llega
a ser radical. En una primera consulta puedes verlo entrando en silla de ruedas,
mirando al suelo. Pasado un tiempo regresan por su propio pie, mirándote a los
ojos, chocándote la mano, realmente es una sensación increíble.
Pero, no solo vemos a niños con patologías, también vemos a niños
sanos; orientamos a sus mamás sobre alimentación complementaria, revisamos la
dieta de sus hijos, les valoramos su estado nutricional, vemos a niños que son
comedores selectivos y cuyos padres se empiezan a preocupar porque puedan
desarrollar sobrepeso, en fin, como ves vemos de todo.
Lo que está claro es
que la verdadera universidad es la práctica. Estoy seguro que algunas de las dietas
que mencionas, muchos “nutrís”, ni siquiera las han estudiado en la carrera.
MARÍA: Es cierto, yo tengo tres alumnas en prácticas cada
trimestre, de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, de la Universidad de
Granada y de la Universidad de Murcia, y es que alucinan, porque nos comentan
que algunas de las patologías que tratamos no las han visto en su vida. Pero,
no solo las que pueden sonar menos como las metabolopatías, es que no saben por
dónde empezar con dietas tan de moda como la baja en FODMAP, en fin...
LAURA: La práctica te permite enfrentarte a cada paciente y a tener que analizar y estudiar cada caso concreto, dedicándole el tiempo que sea necesario. Es una gran responsabilidad, pero el objetivo es ayudarle con su problema de la forma más efectiva posible.
Dado el momento que estamos
viviendo, os tengo que preguntar cómo ha afectado a vuestro trabajo el estado
de alarma.
LAURA: Yo he mantenido mis consultas
online, pero a partir de la semana que viene ya me incorporo a la consulta
presencial, guardando todas las medidas de seguridad, tal y como se nos ha indicado
desde el colegio profesional (CODINAN) y observando todas las medidas implementadas
por IHP.
MARÍA: Sí, tomaremos todas las medidas necesarias para que la consulta sea segura.
Dentro de las actividades de las
comisiones de trabajo del CODINAN, estáis colaborando en la revisión de las raciones
de alimentos recomendadas para menores de tres años. ¿Les estamos recomendando
de forma incorrecta a los padres sobre como alimentar a sus hijos?
LAURA: El estudio de las raciones en pediatría es bastante
controvertido. Si ya para adultos las raciones no son ideales, en pediatría
pasa lo mismo. Creo que, efectivamente, habría que actualizar las
recomendaciones sobre la frecuencia en el consumo de alimentos para los menores
de tres años. Se sigue aconsejando lo mismo que hace décadas, mientras que los
conocimientos que tenemos hoy han evolucionado mucho.
¿Cuál es el principal
error en la alimentación de nuestros niños y niñas al que se tiene que
enfrentar el d-n?
LAURA: El
consumo de alimentos ultraprocesados y el bajo consumo de alimentos saludables
como son las frutas, verduras, cereales integrales o legumbres.
MARÍA: Yo creo que la alimentación de los niños se ha desvirtuado mucho, ahora estos toman demasiadas cosas de “cajitas”. Todo está muy procesado. En especial, con las comidas que se hacen en los desayunos, medias mañanas y meriendas se suele meter mucho la pata y se consume un exceso de bebidas azucaradas, galletas, bollería y cereales para el desayuno. Muchos niños no han visto nunca lo que es una remolacha o una coliflor; parte
del tiempo de la consulta la invierto en enseñarles a conocer las frutas y
verduras para fomentar su consumo. Esto lo hacemos también con los padres para
que entiendan que alimentos son los que hay que potenciar en la alimentación
infantil y cuáles son los que hay que evitar.
En España todos
conocemos la situación del nutricionista clínico en general, y la del
nutricionista clínico infantil todos la podemos imaginar. Vosotras de hecho
sois pioneras en este campo y quizá dentro de no muchos años seáis verdaderos referentes, pero ¿cómo está la situación en el
resto de Europa o en el resto del mundo?, ¿hay esperanzas para que se
desarrolle la profesión en esta área, o está igual en todos lados?
LAURA: Bueno, existen países como el Reino Unido en el que el
d-n sí está en el sistema de salud público y sí pasan por planta visitando a
los pacientes, realizan valoraciones nutricionales, se dedican a confeccionar
los menús para los niños, elaboran la alimentación enteral y parenteral en la
farmacia del hospital, incluso puede enfocar su trabajo según especialidades.
MARÍA: También decir que mientras que aquí priorizamos en
consulta temas como la obesidad infantil, en otros países lo que se trata fundamentalmente
es la desnutrición, que es la otra cara de la moneda. En estos países el nutricionista hace una
importante labor realizando un trabajo imprescindible y muy gratificante. Aquí en España
quizá el d-n que está en planta y rota por las distintas especialidades se
encuentra en lugares como Barcelona, donde al terminar la carrera pasa por las
distintas unidades del hospital completando de este modo su formación. Aquí en
Andalucía aún estamos muy lejos de ello.
Quizás haría falta un NIR (Nutricionista
Interino Residente) similar al MIR de los médicos al acabar la carrera para
adquirir ese grado de especialización, ¿no creéis?
MARÍA: ¡claro! es que no podemos saber de todo; por tanto,
cuánto más te especialices mejor servicio podrás realizar.
LAURA: totalmente de acuerdo.
¿Cómo veis el futuro de
la nutrición pediátrica en España?
MARÍA: Yo lo veo en positivo, durante estos cuatro años he
podido ver de primera mano todo lo que ha evolucionado, como los médicos
confían cada vez más en nosotras para derivarnos pacientes, cómo los padres
confían cada vez más en nuestro trabajo. No podemos olvidar que mientras que el
resto de las especialidades quedan cubiertas por el seguro privado, en el caso
de la consulta de nutrición pediátrica, los padres tienen que abonarla de sus
bolsillos. Ellos aprecian el servicio que les damos a sus hijos, el tiempo que
les dedicamos y, en definitiva, la calidad del servicio que ofrecemos.
LAURA: En relación a la progresión de la nutrición Infantil
en el ámbito privado esto es así, sin duda. Es en relación a lo público donde todavía
queda mucho por andar hasta que se valore nuestra figura y se den cuenta de
todo lo que podemos aportar. Mucho me temo que cuando por fin el d-n se
incorpore al Sistema Nacional de Salud no se priorice la pediatría entre sus
labores, ¡ojalá me equivoque!
¿Y no creéis que esta
situación que estamos viviendo tan anómala, en la que se ha puesto en valor el
increíble trabajo del personal sanitario, no podría favorecer que hubiera una
mayor sensibilidad a la hora de incorporar al d-n dentro de los equipos multidisciplinares
de los hospitales? Precisamente, algunas de las patologías derivadas de la mala
nutrición como la obesidad, la diabetes o las enfermedades cardiovasculares
disminuyen la supervivencia del enfermo de la COVID-19, en este campo también
el d-n tiene mucho que decir, ¿no?
MARÍA: Es posible, en general, no hay nadie en los hospitales
que valore el estado nutricional de los enfermos en su ingreso o a la salida
del mismo. ¡Podríamos hacer tanto en este medio!, por ejemplo, que la estancia del
paciente fuera menor mejorando su estado nutricional. Esto no solo beneficiaría al paciente, sino al
propio Sistema de Salud que podría ahorrar mucho dinero en estancias
hospitalarias, con todo lo que ello conlleva. Lo cierto, es que sí que veo un
interés creciente por nuestra figura, y que con el tiempo el d-n clínico será
una realidad en nuestros hospitales. Antes se nos consideraba solo como
“gordólogos” y hoy ya se empieza a conocer que en realidad podemos aportar
mucho más, como de hecho lo estamos demostrando. No sé el tiempo que nos
llevará, pero prefiero pensar que terminaremos estando allí donde se nos
necesita.
LAURA: Cada vez se está viendo más la necesidad de nuestro
trabajo, yo estoy teniendo más contacto con lo público por mi trabajo en ALCER y sí que es verdad que se observa ese interés
creciente que dice María. En cuanto tengamos la oportunidad, creo que se
consolidará rápidamente nuestra figura en todos los centros sanitarios.
MARÍA. A nosotras esto nos ha ocurrido en el IHP con
endocrinólogos como Eugenio Fernández, que todo
paciente que ve nos lo termina derivando, dándonos nuestro lugar y reconociendo
la importancia de nuestro trabajo.
¿Qué consejos le
daríais a un Nutricionista o a un estudiante de nutrición que quisiera
dedicarse a la nutrición pediátrica en estos momentos?
LAURA: entusiasmo, ganas, esfuerzo…, y seguir estudiando,
ampliar conocimientos a través de másteres, cursos de expertos u otra formación
que amplíe lo aprendido en la carrera. Intentar formar o incorporarse a un
equipo multidisciplinar, en el que además del nutricionista estén representados
endocrinos, pediatras, gastroenterólogos, psicólogos, alergólogos, neurólogos,
entrenadores físico-deportivos o fisioterapeutas, dependiendo de las
especialidades que se vayan a trabajar.
MARÍA: te tienen que gustar los niños, yo creo que la pasión
y la ilusión son las que mueven el mundo, son las que te hacen ir con ganas a
trabajar y estar motivado para hacer las cosas, elaborar herramientas para los
pacientes, los protocolos de actuación, las estrategias a seguir con ellos. La
parte más cruda de esto es la dedicación, el tiempo y el sacrificio que
requiere que a veces se extienda incluso a los fines de semana. Tiempo que le
quitas a los amigos, a la familia a tu propio ocio y que en su lugar inviertes
en congresos, en formación y en seguir trabajando más allá de un horario establecido.
¿Antes de terminar la
entrevista queréis añadir algo más que consideréis importante y que queráis
dejar dicho?
MARÍA: yo quisiera animar a los nutricionistas o futuros
nutricionistas que vayan a leer esta entrevista a que no lo duden y se especialicen
en este maravilloso mundo de la nutrición pediátrica, porque es muy
gratificante el trabajo que desarrollamos en esta área. Decirles que si quieren
hacer prácticas con nosotras que se pongan en contacto conmigo en Sevilla o con
Laura en Córdoba. Yo personalmente estoy disponible y estaré encantada de
recibirlos en consulta y enseñarles todo lo que sé.
LAURA: Yo también quiero animar a todos
nuestros compañeros a que se formen y aprendan sobre esta especialidad. Es cierto que
los inicios son complicados y que tienes que ser muy persistente para poder avanzar, pero el esfuerzo compensa con creces. Es muy motivador comprobar como este trabajo te permite ayudar a cada niño a que tenga un futuro más saludable. Además, el
trabajar con niños te permite innovar en la consulta, ser creativa, disfrutar y
sonreír tras cada reto conseguido. Y, por supuesto, para cualquier duda pueden contactar con nosotras.
Quiero agradeceros una vez más que me hayáis concedido esta
entrevista en la que las dos habéis derrochado pasión y demostrado vuestra
entrega. Espero y deseo que sirva de inspiración para otros "nutris" que nos lean
y que este campo se desarrolle lo suficiente como para que podamos llegar a prestar un
servicio tan necesario como este a la sociedad. Como nutricionista también creo que la salud de los que más queremos, nuestros niños y niñas, debe ser lo primero. Gracias y ¡enhorabuena a las
dos!
Si queréis contactar con María o Laura podéis hacerlo
a través de sus correos electrónicos: mariarodriguez@ihppediatria.com y lauraramirez@ihppediatria.com
José María Capitán
dietista-nutricionista
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Como siempre un gusto leer tus post, muy interesante la labor de Laura y María, los buenos profesores dejan huella en los alumnos, yo tuve la suerte de disfrutar las clases de Alonso Rodríguez Herrera, pero solo en la asignatura de Alimentos funcionales, cuando cursé Nutrición infancia ya se había ido a Irlanda.... una pena.
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