viernes, 2 de octubre de 2020

SOMOS MAMÍFEROS

 Proteger la lactancia materna, una necesidad biológica, una responsabilidad social

Renata y Gael

A veces se nos olvida, pensamos que estamos por encima de la naturaleza, pero no es así, el ser humano es un animal mamífero, esto es un hecho incontestable. La leche materna es un verdadero superalimento, su composición única satisface todas las necesidades nutritivas del bebé en sus primeros meses de vida y su composición se va adaptando a sus necesidades a lo largo de su desarrollo y varía en función del número y la duración de las tomas. El consumo de leche materna favorece la salud del neonato más allá del periodo de lactación y se extiende a lo largo de toda su vida. Para la mamá también tiene increíbles beneficios, también protege su salud y también lo hará a lo largo de toda su vida. Por todo ello, como sociedad, debemos potenciar y proteger la lactancia materna por encima de las dificultades que la rodean, dándole toda la importancia que tiene para la salud del ser humano y reconociéndola como un bien de incalculable valor. 


Beneficios para el lactante

En los últimos cinco años se han publicado numerosos estudios que sugieren o asocian en mayor o menor grado a este mágico alimento con importantes beneficios para la salud del bebé. Entre ellos destacamos:

- Prevención de la obesidad infantil (12).

- Menor incidencia de diabetes tipo 1 (3).

- Menores probabilidades de desarrollar diabetes tipo 2 en la adolescencia (4).

- Protección frente al desarrollo del síndrome metabólico en niños y adolescentes (5).

- Riesgo reducido de los ronquidos habituales en los niños (6).

- Analgesia o reducción del dolor en el lactante (7).

- Protección frente a la otitis media infantil en los dos primeros años de vida (8).

- Protección de la caries dental, al menos en el primer año de vida (9, 10, 11).

- Protección frente al asma y quizás también contra los eccemas y la rinitis alérgica (12, 13).

- Efectos positivos sobre la aptitud física y probablemente sobre la aptitud cardiorrespiratoria en la infancia y la adolescencia (14, 15).

- Menor probabilidad de padecer maloclusión o posición inadecuada de los dientes (1, 16, 17, 18).

- Prevención de la diarrea por rotavirus (19).

- Disminución de la disbiosis de la microbiota intestinal relacionada con la diarrea (20).

- Protección frente a la enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa que se extiende a la vida adulta (21, 22).

- Protección, probablemente, frente al desarrollo de la celiaquía cuando la lactancia es prolongada (23).

- Menor riesgo de padecer leucemia infantil (24).

- Mayor desarrollo estructural del cerebro y de la inteligencia y también de la cognición en la adolescencia (25226).

 Mayores competencias socioemocionales en el bebé (27).

- Menos trastornos de la conducta en la infancia (28).

- Protección frente a los trastornos del espectro autista (29).

- Menor riesgo de muerte súbita (30).

- Menor mortalidad infantil (31).

Entre otras muchas ventajas para su salud.


Beneficios para la madre

Igualmente, los últimos estudios sugieren o asocian en mayor o menor grado a la lactancia con importantes ventajas para la salud de la madre:

 Reducción del riesgo de diabetes tipo 2 (32, 33, 1, 3435, 36).

- Disminución de las probabilidades de sobrepeso y obesidad (33).

- Protección frente a la hipertensión (37, 38, 36).

- Beneficios para la salud cardiovascular (39).

- Reducción del riesgo de fractura osteoporótica (40).

- Efecto protector frente al cáncer de mama (32, 41, 1, 42).

- Reducción del riesgo de cáncer de ovario (32, 1, 43).

- Menor riesgo de cáncer de endometrio (44, 45, 46).

- Riesgo reducido de cáncer de tiroides (47).

Entre otros muchos réditos para su salud.

Sin contar que, en ese momento único de la vida, se estrecha el vínculo afectivo y el bienestar emocional entre madre e hijo.


¿Quién dijo que fuera fácil?

A pesar de todos estos beneficios, las trabas a la hora de implementar la lactancia o continuarla un tiempo suficiente son muchas:

- Separación del bebé y la mamá tras el nacimiento. El contacto piel a piel de la madre con el bebé tiene efectos beneficiosos sobre la lactancia y puede aumentar su tasa de éxito (48). Por ello, tras su nacimiento, el bebé no debe perder el contacto ni ser trasladado lejos de su progenitora.

- Desarrollo de obesidad. Las madres que padecen obesidad tienen más posibilidades de abandonar antes la lactancia (49, 50, 51).  Sería necesario que aquellas mujeres con exceso ponderal que deseen ser madres puedan acceder a los profesionales y a los recursos necesarios para ser tratadas adecuadamente.

- Uso del chupete. El uso del chupete aumenta el riesgo de interrupción temprana de la lactancia (52). La OMS lo desaconseja, al igual que los biberones durante la lactancia materna, por causar interferencias en ella (53). En este sentido, las madres y padres deberían ser informados de este hecho y restringir su uso.

- Falta de información sobre los beneficios de la lactancia materna y los perjuicios de no amamantar.  Para ello, sería necesario educar desde la escuela sobre la importancia de la lactancia (54); poner en marcha campañas informativas en los medios de comunicación (5556) y dirigir las intervenciones educativas tanto a la mujer como a su red social (57). Existen asociaciones de apoyo a la lactancia que pueden ser de gran utilidad, entre ellas, Fedalma (58) Alba Lactancia Materna (59), Amamanta (60), AELAMA (61),  Vía Láctea (62) y tantas otras distribuidas a lo largo de la geografía de los distintos países y regiones.

- Falta de compromiso paterno. El apoyo de la pareja de la mujer, y que este tenga la formación necesaria, será un factor importante para el inicio temprano de la lactancia, la lactancia materna exclusiva y la lactancia materna continua (63).

- Falta de apoyo social. En ocasiones la mamá se encuentra muy sola y desorientada, sin nadie a quien consultar las dudas que van surgiendo en el día a día. En este sentido, el apoyo por pares, es decir, el apoyo de otras personas con suficiente experiencia e instruidas para apoyar la lactancia materna, se ha mostrado beneficioso para aumentar la tasa de lactancia (64).

- Tiempo de baja maternal insuficiente para alcanzar la recomendación de la OMS sobre la implementación de la lactancia, de modo exclusivo, hasta los seis meses de edad (65). En las políticas de igualdad de los gobiernos se debe contemplar este hecho y alargar la baja maternal a todo un semestre, al mismo tiempo que se protege su contrato laboral. Aquellas mujeres que se encuentran en situación de desempleo deberían contar con una ayuda económica gubernamental que les cubriera, al menos, ese periodo mínimo.

- Prejuicios sociales que limitan dar el pecho cuando el niño lo demanda en el lugar en el que se encuentre. Dar el pecho en lugares públicos es un derecho de la madre lactante en muchos países, pero no en todos. La lactación en público debe normalizarse para favorecer una lactancia materna más exitosa, penando cualquier agresión que pretenda impedirla, como pueden ser los reproches o las invitaciones de terceros a desplazarse a un espacio privado.

- Dificultad a la hora de encontrar ubicaciones apropiadas para la lactancia fuera del domicilio. Se deberían habilitar salas de lactancia en espacios públicos como universidades, centros de trabajo, centros de salud, complejos comerciales o ayuntamientos. Resulta sorprendente como instituciones públicas dedicadas a la salud en general, a la atención de la mujer en particular o que se ocupen de servicios sociales, carezcan de lugares apropiados para cubrir esta necesidad de la madre y de su bebé. Esto demuestra la falta de sensibilidad existente con este tema y el enorme trabajo educativo que aún queda por desarrollar.

- Presión de la industria alimentaria para sustituir la lactancia por leche de fórmula. Debería prohibirse cualquier publicidad, en cualquier medio de comunicación, promocionando cualquier tipo de leche para lactantes, no solo la de inicio, como ocurre en muchos países, también la de continuación.

- Miedo creado por la pandemia del COVID-19. En estos tiempos que nos toca vivir, el miedo por la COVID-19 puede desalentar a muchas mujeres. Se requiere de una información adecuada y actualizada que resuelva sus dudas. Los virus de tipo respiratorio no suelen ser un problema que impida dar el pecho a mujeres infectadas, por lo que se sigue recomendando también en estas circunstancias la lactancia materna, guardando, claro está, las medidas higiénicas y de protección adecuadas (66).

- Ansiedad materna (67, 6869). 


En resumen: educación, más educación y políticas que protejan la lactancia materna

Las numerosas dificultades que la mamá se encuentra a la hora de amamantar favorecen que la tasa de lactancia materna sea mucho menor de la deseada en prácticamente todo el mundo, y que cuando se opte por dar el pecho se haga un tiempo insuficiente. Para revertir esta trágica situación debemos invertir en la educación de la madre, de su círculo social y del personal sanitario; su pareja y su red social deben entender la importancia de la lactancia y prestar su apoyo, aliviando la ansiedad y los temores que en muchos casos experimenta la mujer; y además es imperativo implementar políticas sociales que blinden la lactancia materna y que favorezcan su práctica el tiempo necesario. Y es que nos jugamos mucho, nos jugamos, nada más y nada menos, que la salud de ese conjunto de mamíferos al que llamamos humanidad.

                                                                                                              

                                                                                         José María Capitán                                                                                             dietista-nutricionista


Mención especial a la increíble labor divulgadora que han desarrollado el pediatra Carlos González y el dietista-nutricionista Julio Basulto a favor de la lactancia materna. Ambos nos han regalado libros tan maravillosos como: Un regalo para toda la vida y Mamá come sano.

 

  

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