Entrevista a Francisco
Vallejo
La realidad del dietista-nutricionista en cada país es bien diferente,
aunque es muy frecuente que su figura no goce del reconocimiento profesional
que merece. En España, por ejemplo, no cuenta con una plaza en la sanidad
pública, y al igual que en otros países, su lucha se centra en llegar a ser considerado como un profesional sanitario más de pleno derecho. El D-N tiene mucho que aportar
a una sociedad que padece graves problemas de salud derivados de una
alimentación inadecuada y que, dentro del ámbito hospitalario, padece una alta
tasa de desnutrición, incrementando con ello el consiguiente drama humano y el gasto
sanitario que de una estancia intrahospitalaria prolongada se deriva.
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Paco |
Francisco, Fran, como lo conocen en el trabajo, o Paco como lo llaman
sus familiares y amigos, es un gaditano que estudió en Sevilla el Grado de
Nutrición Humana y Dietética, y que posteriormente cursó un máster en Gestión de la Calidad e Higiene en Industrias Alimentarias por la Universidad Camilo José Cela; todo ello entre 2010 y 2015. Él
pertenece a la primera promoción de D-N de la Universidad Pablo de Olavide. Al
finalizar sus estudios se trasladó a Exeter, al suroeste de Inglaterra, donde actualmente
trabaja como dietitian en el Royal Devon and Exeter Hospital. Con Paco tuve la
oportunidad de compartir varias asignaturas durante tres cursos. En aquellos
años él se sentaba en las bancas del fondo, yo, en cambio, debido a que no gozo
de muy buena vista, ocupaba los primeros asientos, justo en frente de la pizarra.
Quizá por este motivo, durante ese tiempo, no tuvimos demasiada relación, aunque
siempre me llamó la atención su semblante de buen chico y su buena disposición en clase.
Paco, ¿por qué
estudiaste Dietética y Nutrición?, ¿siempre quisiste ser
dietista-nutricionista?
Si te soy sincero, nunca había escuchado hablar sobre esta
carrera hasta que terminé segundo de bachillerato y nunca me había planteado dedicarme a esto. Cuando tuve
que elegir qué grado universitario estudiar, lo único que tenía claro es que quería dedicarme a las ciencias de la salud, que es lo que me apasiona. Me
considero una persona muy inquieta y curiosa, así que me planteé muchas
opciones, tales como Enfermería, Fisioterapia, Medicina o Biotecnología. Fue
entonces cuando di con el Grado en Nutrición Humana y Dietética y me di cuenta de
que todas sus asignaturas me gustaban. La idea de ayudar a las personas a
través de la alimentación me parecía brillante, y por aquel entonces, mi yo
inocente, pensaba que éramos unos profesionales sanitarios más de la salud
pública, así que me lancé a ello. A día de hoy, me alegro mucho de haber tomado
aquella decisión, aunque este es un mundo muy distinto al que me imaginaba.
¿Por qué te fuiste al
Reino Unido para ejercer como D-N al acabar la carrera?
En 2013 hice la Erasmus en Italia y allí aprendí mucho sobre
nutrición hospitalaria, las clases eran muy reducidas, menos de 15 personas, y
muchas de las clases se impartían en el complejo hospitalario, allí fue donde
empezó mi interés por la nutrición clínica. En 2014 hice mis prácticas en el
Hospital Virgen de Valme (Sevilla) y fue cuando supe que me quería dedicar a
esto. Sin embargo, me choqué con la realidad cuando vi que era imposible
trabajar como D-N en un hospital público y las pocas posibilidades que había en
hospitales privados eran de difícil acceso. Siempre me había planteado trabajar
en el extranjero, pero nunca en UK, hasta que mi pareja vino aquí para trabajar
como enfermera, al poco tiempo me comentó que nuestra figura, en este país,
está totalmente incluida en el sistema de salud, así que era blanco y en
botella. Me vine en 2015 y aquí llevamos más de 5 años, sin duda la mejor
decisión de mi vida.