Entrevista a Daniel Rodríguez
Siempre me atrajo la cooperación
internacional, por ello empecé a estudiar medicina; tenía la intención de
prestar mis servicios en aquellos países donde más se necesitasen.
Desgraciadamente, las circunstancias del momento me obligaron a abandonar la carrera
y con ella mis buenas intenciones. Muchos años más tarde, tras acabar el Grado
de Nutrición, mi vida ya tenía otro rumbo y no era viable dar ese paso, de
alguna manera “se me había pasado el arroz”.
Sin embargo, sí que conozco a una
persona que como dietista-nutricionista ha dado ese salto y ha trabajado en
distintos países contribuyendo a mejorar la calidad de vida de otros seres
humanos. Me refiero a mi colega Daniel Rodríguez, el cual conocí el año en el
que se inauguraba el Grado de Nutrición Humana y Dietética en la Universidad
Pablo de Olavide y con el que tuve la oportunidad de compartir algunas
asignaturas.
Dani, estoy seguro de que no soy el único que se ha planteado alguna vez dedicarse a la cooperación
internacional. ¿Hay muchos nutricionistas trabajando en esto?
Pues si te digo la verdad no
conozco a muchos. Lo cierto es que en la carrera no se nos forma para esto. Es
una pena, porque creo que el dietista-nutricionista tiene mucho que aportar
aquí. Yo empecé como cooperante tras optar a un programa de voluntariado que
había ofertado la diputación de Huelva y que buscaba a un técnico en nutrición.
Para mi suerte fui el único nutricionista que optó a esta plaza. Nuestros
compañeros no contemplan todavía esta posibilidad, quizás, más por
falta de conocimiento sobre este mundillo, que por falta de interés.